Perros

Aunque no lo parezca, tu perro puede ser pesimista: esta es la clave sobre su humor

Mucho más que instinto: la ciencia explora si nuestros perros afrontan la vida con optimismo o pesimismo, desvelando el impacto de su actitud en su día a día

¿Cómo duerme tu perro? Esto es lo que dice la postura de tu mascota al dormir sobre su salud
¿Cómo duerme tu perro? Esto es lo que dice la postura de tu mascota al dormir sobre su saludiStock

Tradicionalmente, hemos recurrido a expresiones como "tener un humor de perros" para describir el mal genio o un mal día. Sin embargo, la ciencia del comportamiento animal nos invita ahora a replantearnos esta frase, sugiriendo que nuestros compañeros caninos podrían poseer un mundo emocional mucho más complejo de lo que imaginábamos, incluyendo rasgos que podríamos asemejar al optimismo o al pesimismo humano.

Aunque conceptos como el optimismo se han considerado exclusivos de nuestra especie, diversos estudios recientes apuntan a que los perros interpretan su entorno de una forma que podría definirse, con matices, como positiva o negativa. Esta predisposición emocional no implica que razonen como nosotros, sino que su "actitud" influye de manera tangible en cómo interactúan con el mundo, cómo reaccionan ante estímulos inciertos y cómo abordan las situaciones cotidianas.

Esta inclinación emocional, sea hacia el optimismo o el pesimismo, no es estática. Se ve influenciada por factores como su historial de aprendizaje, el entorno en el que viven y la calidad de su relación con sus cuidadores. De hecho, el estado emocional de los dueños puede contagiar a sus mascotas, llevando a un perro que convive con una persona estresada a manifestar también signos de estrés.

El optimismo canino: una brújula emocional que guía su aprendizaje

Una de las líneas de investigación más reveladoras se centra en cómo este supuesto optimismo o pesimismo influye directamente en la capacidad de aprendizaje de los perros y en su forma de afrontar tareas con resultados inciertos. Tal y como recoge el medio The Objetive, un estudio analizó precisamente esta relación, observando cómo reaccionaban distintos perros ante situaciones ambiguas en un contexto de aprendizaje.

Los investigadores diseñaron experimentos donde se presentaban señales o situaciones con resultados no garantizados, buscando medir la reacción inicial del animal. Por ejemplo, si un sonido indica la posibilidad de una recompensa, pero no siempre la hay, la forma en que el perro se acerca o duda ofrece pistas sobre su predisposición emocional.

Según los resultados de este estudio, aquellos perros que mostraron un "sesgo" más optimista abordaron las tareas con mayor entusiasmo y persistencia, obteniendo mejores resultados en comparación con los que se mostraron más cautos o "pesimistas". Esta diferencia emocional parecía marcar la manera en que afrontaban el desafío y su motivación para seguir intentándolo. Una actitud positiva se relaciona con una mayor eficacia en la resolución de problemas para los perros.

El estudio también reveló que los perros de mayor edad, los veteranos, tendieron a ofrecer mejores resultados generales en estas pruebas. La experiencia acumulada no solo les dota de más recursos cognitivos, sino también de una mayor capacidad para gestionar la incertidumbre y, posiblemente, les confiere una actitud más optimista frente a nuevos retos basada en un historial de éxito.

Estos hallazgos señalan que entender la disposición emocional de un perro no es una mera curiosidad, sino que tiene implicaciones prácticas en su adiestramiento, su bienestar y la forma en que interactuamos con ellos.