Perros

No multipliques la edad de tu perro por siete para saber su "edad real": no sirve de nada

La creencia popular sobre la edad de los perros multiplicada por siete es inexacta. La ciencia revela ahora cuándo es realmente vieja tu mascota según criterios más fiables

Un veterinario emite advertencia urgente a dueños de perros sobre un error común y obsoleto
Un veterinario emite advertencia urgente a dueños de perros sobre un error común y obsoletoistock

Los perros se han ganado a pulso un lugar fundamental en la vida de millones de personas. De compañeros de juegos a confidentes silenciosos, se integran en la estructura familiar ofreciendo una conexión incondicional y reconfortante en el día a día.

Compartir tantos momentos con ellos nos hace ser conscientes de su paso por la vida. Observar cómo crecen, maduran y, eventualmente, muestran signos de la edad, nos lleva a reflexionar sobre su propio ciclo vital.

Existe una curiosidad extendida sobre la equivalencia de sus años con los nuestros, y desde hace tiempo una regla matemática se popularizó para dar una respuesta rápida.

La vieja fórmula de los siete años, desestimada por la ciencia

Durante años, la idea de multiplicar la edad de un perro por siete para obtener su equivalente en "años humanos" ha sido un cálculo extendido. Sin embargo, la ciencia desestima esta ecuación, asegurando que no es un método preciso para determinar la vejez canina, según apuntan desde La Vanguardia. La realidad es que la edad a la que un perro se considera anciano depende de una combinación de factores.

Estudios recientes que han analizado la esperanza de vida y el inicio del envejecimiento en diversas poblaciones caninas, confirman que la edad de inicio de la vejez canina es muy variable. Si bien se puede hablar de una media general en torno a los 12 años y medio, esta cifra cambia drásticamente según la raza. Algunas razas más longevas pueden mostrar signos de envejecimiento mucho más tarde que otras con una esperanza de vida más corta.

Además de la genética y la raza específica, factores como el tamaño y el estilo de vida del animal juegan un papel importante. Se puede observar una tendencia a que los perros de tamaño grande envejezcan antes que sus congéneres más pequeños. También es relevante la calidad de los cuidados recibidos: una alimentación equilibrada, actividad física regular y atención veterinaria preventiva pueden influir en cómo y cuándo manifiestan los signos del paso del tiempo.

Comprender que la vejez en un perro no llega a una edad fija y universal nos permite abordarla de otra manera. Reconocer cuándo un perro entra en esta fase vital no implica el final, sino el comienzo de una etapa que requiere cuidados especiales adaptados a sus nuevas necesidades. De esta forma se les podrá garantizar un mayor bienestar y calidad de vida.