Enfermedades
Esta popular y adorable mascota es un foco de infección por Salmonella: así puedes evitarlo
Un popular animal, si no se cuida adecuadamente, puede convertirse en una fuente de transmisión de enfermedades
Las mascotas traen una alegría inmensa a nuestras vidas, y se ha demostrado en muchas ocasiones cómo su compañía resulta incluso beneficiosa para nuestra salud, tanto física como mental. Sin embargo, esto puede funcionar como un arma de doble filo: solo sucede así cuando les damos los cuidados y el cariño que merecen. Pero si actuamos mal, aunque sea por desconocimiento, su cercanía puede provocarnos enfermedades.
Por eso es tan importante ser un dueño responsable, no solo por la salud del propio animal, sino también por la de la nuestra propia y la del resto de personas y mascotas. Uno de los seres peludos más populares que solemos tomar para que vivan con nosotros y llenen de alegría nuestros hogares podría convertirse en un foco de contagio de la bacteria Salmonella.
Esta popular y adorable mascota es un foco de infección por Salmonella: así puedes evitarlo
El medio Zoonoses and Public Health publicó a finales del año pasado un artículo muy interesante sobre la presencia de Salmonella no tifoidea en uno de los animales de compañía más comunes tanto en España como en el resto del mundo. Los investigadores del Departamento de Agricultura y otras instituciones estadounidenses descubrieron que algunos especímenes eran resistentes a esta bacteria.
Se trata ni más ni menos que de los perros domésticos, que pueden albergar esta enfermedad y contagiársela a otros canes o a sus dueños. El estudio titulado "Resistencia antimicrobiana y potencial zoonótico de Salmonella no tifoidea (NTS) en perros domésticos" analizó 87 cepas de NTS aisladas de perros domésticos y las comparó con 77 cepas humanas obtenidas en el mismo periodo y área geográfica.
De esta forma, encontraron que las cepas de perros incluían diversos serotipos relevantes para la salud humana y que todas poseían genes de resistencia a clases de antibióticos consideradas críticas o altamente importantes por la Organización Mundial de la Salud. Además, identificaron 16 aislamientos humanos estrechamente relacionados con seis cepas asociadas a perros, lo que sugiere una posible transmisión entre perros y humanos.
Cómo evitar contagiarse por salmonelosis de nuestro perro
- Lávate las manos después de manipular alimentos para perros, heces o juguetes.
- Limpia las áreas donde tu perro come para evitar contaminación cruzada.
- Evita que coma basura o cadáveres de animales en la calle o el jardín.
- Haz un monitoreo intensivo de su estado de salud: La diarrea (a veces con sangre), los vómitos, la fiebre y el letargo pueden ser signos de infección. Consulta inmediatamente al veterinario si notas cambios en el comportamiento o la salud de tu perro.
- Prevén su contacto con los humanos: Evita que los niños pequeños besen o compartan utensilios con el perro. Después de manejar sus excrementos, limpia muy bien la zona y deséchalos correctamente.
- Asegúrate de que tu mascota recibe atención veterinaria de forma regular.
¿En qué consiste la salmonelosis?
La salmonelosis es una infección alimentaria provocada por la bacteria 'Salmonella', un microorganismo que habita en los intestinos de humanos y animales y se elimina a través de las heces, según la define la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera una de las enfermedades transmitidas por alimentos más frecuentes y extendidas a nivel global. Aunque en la mayoría de los casos es leve, en ciertas circunstancias puede ser grave e incluso mortal. Generalmente, la bacteria afecta el intestino sin superar las defensas naturales del organismo. Los síntomas suelen ser leves y los pacientes se recuperan sin necesidad de tratamiento específico.
Sin embargo, en personas vulnerables como niños y ancianos, la deshidratación puede ser severa y representar un riesgo para la vida. Los síntomas aparecen entre 6 y 72 horas después de ingerir alimentos contaminados y la enfermedad suele durar entre dos días y una semana. Para aliviar las molestias, los especialistas recomiendan mantenerse hidratado, consumir alimentos ligeros y sin grasa, y guardar reposo.