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Curiosidades

¿Por qué los gatos se tumban donde nos sentamos? Tiene una explicación

Son animales altamente territoriales y su percepción del entorno está fuertemente influenciada por los olores

Gato istock

Cualquier persona que conviva con un gato conoce bien la escena: basta con levantarse por un instante del sofá o de la silla para que, al volver, el minino se haya adueñado del lugar. Lejos de tratarse de una travesura sin sentido, este comportamiento tiene raíces profundas en la naturaleza del gato. Desde el instinto territorial hasta el deseo de cercanía emocional, los motivos detrás del llamado 'robo de asiento' revelan mucho sobre el mundo interno de estos animales.

Los gatos son animales altamente territoriales y su percepción del entorno está fuertemente influenciada por los olores. Cada vez que una persona se sienta en un lugar, deja tras de sí un rastro olfativo imperceptible para los humanos, pero muy significativo para el sensible olfato felino. Al detectar ese olor, el gato interpreta que ese espacio es seguro, familiar y, por tanto, ideal para descansar. Además, al instalarse en el sitio que su dueño acaba de abandonar, el gato también está marcando ese espacio como parte de su propio territorio.

Otro factor clave en esta conducta es la búsqueda de calor. Los gatos provienen de ancestros que vivían en climas cálidos, por lo que tienen una clara preferencia por ambientes calurosos. Un asiento recién utilizado conserva el calor corporal y para un gato representa un lugar cómodo y eficiente para reposar.

Curiosidad felina

Por supuesto, no se puede dejar de lado la curiosidad innata de los gatos. Les fascinan los cambios y un asiento recién desocupado representa algo nuevo que explorar. Su olor, su temperatura y la posibilidad de observar el entorno desde una perspectiva distinta lo convierten en un imán para su atención.

¿Se puede evitar este comportamiento?

Si bien este acto es inofensivo y, en muchos casos, encantador, hay quienes prefieren evitarlo. La solución no pasa por regañar al animal, sino por ofrecerle alternativas atractivas: mantas cálidas, cojines con el olor del dueño o espacios elevados que ofrezcan comodidad y seguridad.