Teatro

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«Arizona» o un viaje a la frontera de EE UU

«Arizona» o un viaje a la frontera de EE UU
«Arizona» o un viaje a la frontera de EE UUlarazon

¿Qué puede llevar a un matrimonio a coger un fusil e irse a la frontera para defender a su patria de intrusos? En 2005, tras leer una noticia en el periódico, Juan Carlos Rubio decidió escribir «Arizona», basada en estos hechos reales: «Hablaba de unas patrullas de ciudadanos norteamericanos que vigilaban la frontera para "reflexionar con sus vecinos del sur", es decir, para impedir el paso de mexicanos ilegales hacia territorio americano. Me resultó curioso lo de "reflexionar"con un arma en la mano. Ese año, España también pasaba por una "invasión"de inmigrantes, que, ocho después, no sólo se ha detenido, sino que son los españoles quienes ahora "invaden"otros países en busca de una vida mejor». Su estreno, dirigido por él mismo, obtuvo en 2006 Mención de Honor del Premio Lope de Vega. Ahora llega al CDN en coproducción con el Instituto Nacional de Bellas Artes de México, dirigido por Ignacio García y con dos actores mexicanos, Aurora Cano y Alejandro Calva.

Un desierto árido

Según su autor, «Arizona» es una obra «que reflexiona sobre las fronteras, la intolerancia, la violencia, la xenofobia, la migración, la estupidez humana y la manipulación. Un retrato tragicómico del alma de dos seres humanos –George y Margaret– perdidos en el desierto de la vida». El desierto, «lugar árido y silencioso, puede ser real o personal, una metáfora de la vida, un lugar como cualquier otro para reflexionar, si se quiere reflexionar, porque "Arizona"no es un lugar, es un estado mental. No es antiamericana, sino un alegato contra la intolerancia allá donde se dé». ¿Qué puede llevar a dos personas a velar por una frontera?: «El desconocimiento, el miedo a lo desconocido –continúa Rubio–. Creen que vienen a quitarnos el trabajo, a robarnos los hijos... No piensan que nadie pasa la frontera por gusto sino por necesidad, que se juegan la vida y dejan mucho atrás. Les han vendido una imagen que está a años luz de su realidad y para ellos es El Dorado». De ahí su opinión: «Creo que las fronteras no deberían existir. Provocan incomunicación y separan al ser humano; son ficticias, cambian. Aunque la verdadera frontera es la pobreza. A un rico no se le cierran las puertas».

«Me siento orgulloso de haber sido invadido tantas veces en España. ¿Para qué sirve una raza pura? –se pregunta Rubio–. Las mezclas enriquecen». La obra «refleja con ironía la estupidez humana y la manipulación que sufren por desinformación. Margaret se hace preguntas, pero George se niega a pensar que la vida evoluciona». Y apostilla el autor: «Tiene valor que sean dos mexicanos los que hacen de gringos. Ojalá que los políticos tomaran nota del teatro. Aquí no hay fronteras».

Cuándo: del 14 de mayo al 16 de junio. Dónde: Teatro María Guerrero. Madrid. Cuánto: 16 euros. Tel. 91.310.29.49.