
Arquitectura
La casa indiana única en el mundo que tienes que ver en Asturias
Sus azulejos fueron pintados a mano uno a uno sobre cerámica de Talavera

Tiene Asturias varias localidades con origen indiano y eso ha quedado plasmado en su arquitectura.Colombres, Puerto de Vega, Malleza, Boal... Los indianos emigraron desde sus pueblos en los que poco más había que miseria y trabajaron en América sin olvidarse jamás de sus familias ni de sus pueblos. A ellos les enviaban el dinero todos los meses y fruto del esfuerzo indiano se construyeron escuelas, lavaderos y casas de una hermosa e inmensa belleza.
Fue a finales del siglo XlX y principios del XX cuando los viajes por ultramar se hicieron de forma masiva. Desde Asturias partieron miles de persona cuyo destino era Cuba, Argentina, México, Puerto Rico...
Todos tomaban el barco con la idea en la cabeza de "Hacer las Américas", es decir, lograr enriquecerse y poder ayudar a los que dejaron atrás, para que pudieran vivir con dignidad en los pueblos.
Muchos de esos indianos regresaron en viajes de visita pero algunos construyeron casas para volver a su tierra. Al compromiso de los indianos con sus orígenes le debe Asturias mucho, aunque también es verdad que el sueño indiano fue para otros un viaje que no cumplió con las expectativas previstas; muchos regresaron pobres al mismo lugar de donde ya habían salido una vez sin una moneda en el bolsillo.
Pero hay una casa que no se puede dejar de visitar en Asturias y que es símbolo de la belleza de la arquitectura indiana. En sus casas quisieron dejar los indianos plasmada su riqueza y también lo hicieron con las palmeras, que solían plantar en sus fincas como muestra lujo y abundancia. No hay amante de la arquitectura y cultura indiana que no conozca Villa Anita, ubicada en Boal.

Se construyó en 1926 para un emigrante enriquecido en Cuba, Celestino Martínez, quien llegó a ser alcalde de Boal y del que cuentan que despachaba todos los asuntos municipales desde su villa privada. La casa es a simple vista una auténtica maravilla, pero destacan sus azulejos de colores y filigranas y que fueron pintados a mano uno a uno sobre cerámica de Talavera. También llama la atención la inclinación del tejado, y la cenefa de madera que adorna todos sus aleros.
Esta casa ha sido fotografiada mundialmente y su fachada ha recorrido el mundo entero. El interior de la casa también llama la atención, con azulejos en la planta baja que mantienen los mismos tonos que la fachada: azules y amarillos. Villa Anita es la joya del recorrido que tiene la villa boalesa por las casas indianas y que son la esencia e identidad de este pueblo tan bonito como escondido en el valle del Navia.
En julio, el pueblo celebra su fiesta indiana y se engalana con trajes propios de quienes viajaron a América en busca de fortuna el siglo pasado. Bajo el lema "Volven os americanos", el pueblo es un hervidero de gente y de actividades.
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