Consumo
Hamburguesas y embutido aptos para veganos y carnívoros
Chorizo, morcilla, salami, albóndigas y medallones son algunos de los productos para ir «desenganchándose» poco a poco de la voracidad por los alimentos cárnicos
Chorizo, morcilla, salami, albóndigas y medallones son algunos de los productos para ir «desenganchándose» poco a poco de la voracidad por los alimentos cárnicos
En España se consumen al día 53,68 gramos de carne de vacuno y de ovino-caprino por persona, según el «Informe del Consumo de Alimentación de 2014», publicado por el Ministerio de Agricultura. Si a eso se le añaden los 29,42 gramos de carne de cerdo (puesto que la Organización Mundial de la Salud lo considera carne roja, aunque en España no), la ingesta se eleva a 83,1 gramos al día. Y falta añadir los embutidos (9,75 gramos al día sólo de jamón cocido y curado). Y son sólo los datos de consumo en el hogar. Es decir, falta sumar lo que se consume en restaurantes y restarle la comida que acaba tirándose; en cualquier caso, el consumo de carnes rojas y procesadas está muy por encima en España de la barrera de los 50 gramos al día que recomienda la OMS. A partir de ella, se incrementa en un 18 por ciento la probabilidad de sufrir cáncer colorrectal, según concluyó esta semana la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC). Aunque como ya afirmaron a este periódico médicos y nutricionistas, una persona que base su dieta en carne roja y embutidos morirá antes de un infarto.
No es que consumir carne sea negativo para la salud –de hecho, la dieta mediterránea la incluye–, el problema es el exceso y haber dejado de lado la fruta y la verdura. Cabe recordar que antes nuestros abuelos consumían carne una vez a la semana, y hoy su ingesta es prácticamente a diario, cuando debería ser dos veces a la semana, y como máximo tres.
Si usted se considera un «devorador» de carne, hay opciones para engañar a la vista. Cada vez son más las compañías que ofrecen hamburguesas, salchichas e incluso embutido sin un gramo de carne. La compañía Ahimsa tiene varios productos: chorizo elaborado con soja, avena, gluten de trigo, huevo y cebolla, chopped, así como versiones aptas para veganos tanto de chorizo como de salami, cuyo ingrediente principal es el tofu. También destaca la mortadela con fécula de trigo y pistachos, entre otros ingredientes, de Vegetalia. Su precio, eso sí, es más caro que el embutido (2,95 euros 130 gramos de salami, por ejemplo), pero el sabor está más que conseguido.
De modo que engañará a la vista y su paladar disfrutará. Otra opción son las hamburguesas y salchichas. En este campo el abanico de empresas es muy amplio: Natursoy, Mallorca bio, Vegetalia, Biomundo, Biogran, Soria natural, Zuaihzu y Ahimsa son sólo algunas de ellas.
Así hay hamburguesas de algas y berenjenas, de champiñón, de tofu y algas, de curry con maíz y arroz, de cereales, ahumada de calabaza, de alcachofas, de boletus, de brócoli, de espinacas, de zanahoria... En definitiva, un amplio abanico de opciones para contentar a los paladares más exigentes y con unos precios aproximadamente de 3,52 o 3,04 euros los 190 gramos según qué marca.
También hay albóndigas de tofu, salchichas y medallones aptos para vegetarianos, veganos y también para carnívoros. A priori uno puede pensar que el sabor no está logrado, pero lo cierto es que los productos de algunas de las marcas descritas no sólo no decepcionan, sino que «enganchan» a los paladares más exigentes. Si no se lo cree, pruébelos. Todas las marcas citadas tendrán su stand en Biocultura, la feria que organiza la Asociación Vida Sana, y que se celebrará del 12 al 15 de noviembre en Ifema, en Madrid.
Menor huella
Y para los que cuando quieran comer carne sea carne, otra opción es optar porque ésta sea ecológica. Cada gesto cuenta, y su organismo le agradecerá optar por consumir carne únicamente dos veces a la semana. También el medio ambiente, porque según un estudio elaborado por la organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) la producción de carne es responsable del 14,5 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono. Y todo apunta a que el porcentaje seguirá creciendo, ya que el consumo de carne en los países en desarrollo crece entre un 5 y un 6 por ciento cada año.
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