Lo que deberíamos saber sobre crecer sin hermanos

Crecen las familias con un solo hijo y también las dudas sobre cómo educarles. Los expertos niegan que los hijos únicos sean más caprichosos o egoístas

Las familias españolas han dado un vuelco en los últimos años. Crecer sin hermanos hace 30 años era una rareza y hoy es la norma para tres de cada 10 niños. Las madres aseguran que si las condiciones económicas y laborales fuesen otras tendrían dos hijos, pero la realidad es otra y la media en nuestro país se sitúa en 1,37 hijos.

Muchos padres sufren por el impacto que pueda tener esa falta de hermanos en el carácter de sus hijos y, de hecho, lo hace pero no necesariamente es algo negativo. De hecho, son más amables. Un 28% más que las personas que han crecido con hermanos, según un estudio de la Universidad de Zurich publicado en la revista Nature. Los psicólogos advierten de la importancia de la familia ampliada, es decir, mantener el contacto frecuente con primos u otros familiares. Recuerdan que ponerles las cosas demasiado fáciles los incapacita para enfrentar las dificultades de la vida y que depositar en ellos demasiadas expectativas puede tender a agobiarles y a generarles ansiedad. La clave para ser hijo único sin morir en el intento pasaría por tener amigos y establecer relaciones profundas y duraderas.