Guerra en Ucrania
Así será el próximo “ataque en tres niveles” de Rusia, según la inteligencia ucraniana
El subdirector de la agencia de inteligencia militar de Ucrania (HUR) advierte en una entrevista que la situación “está más difícil que nunca”
El subdirector de la agencia de inteligencia militar de Ucrania (HUR), el general de división Vadym Skibitsky, ha asegurado en una entrevista con The Economist que la situación “está más difícil que nunca” para su país desde que fue invadido por Rusia, en febrero de 2022, y aventura que las cosas “están a punto de empeorar”.
En su extensa entrevista con el semanario británico, Skibitsky desgrana todos los motivos de preocupación para el gobierno de Zelenski, que confía en las nuevas remesas de armas procedentes de Occidente para hacer frente a una acometida del Kremlin que en muchos aspectos ya ha comenzado.
Para empezar, el jefe militar ucraniano dar por hecho que Rusia seguirá adelante con su plan para “liberar” todas las regiones orientales de Donetsk y Luhansk en Ucrania pero apunta que intentará por todos los medios “tomar algo” simbólico para exhibirlo como trofeo en el Desfile de la Victoria del próximo 9 de mayo en Moscú, si es que finalmente se celebrara, algo que no está confirmado.
La preocupación inmediata de Ucrania es su bastión elevado en la ciudad de Chasiv Yar, que tiene las claves para un avance ruso hacia las últimas grandes ciudades de la región de Donetsk. Probablemente sea cuestión de tiempo que esa ciudad caiga de forma similar a Avdiivka, bombardeada hasta el olvido por los rusos en febrero, afirma el general. "No hoy ni mañana, por supuesto, pero todo depende de nuestras reservas y suministros", añade.
A medio plazo, el jefe de inteligencia sugiere que Rusia se está preparando para un ataque alrededor de las regiones de Jarkov y Sumy, en el noreste, con un empujón importante de la ofensiva a finales de mayo o principios de junio.
Un ataque en tres frentes
Mayo será el mes clave, dice el general, ya que Rusia empleará un plan de “tres niveles” para desestabilizar el país. El factor principal es el militar. Aunque el Congreso de Estados Unidos dio tardíamente el visto bueno a más ayuda militar, pasarán semanas antes de que llegue al frente. Es poco probable que pueda igualar la reserva de proyectiles de Rusia o proporcionar una defensa efectiva contra las destructivas bombas aéreas guiadas de baja tecnología de Rusia, pronostica el militar en las páginas de The Economist.
El segundo factor es la campaña de desinformación de Rusia en Ucrania destinada a socavar la movilización ucraniana y la legitimidad política de Volodomir Zelenski, cuyo mandato presidencial teóricamente termina el 20 de mayo. Si bien la Constitución claramente permite su extensión indefinida en tiempos de guerra, sus oponentes ya están enfatizando la vulnerabilidad del presidente.
Un tercer factor, dice el general, es la incesante campaña de Rusia para aislar a Ucrania a nivel internacional. "Estarán cambiando las cosas en cualquier forma que puedan", pronostica.
Además de esto, el delicado proceso de movilizar a la población para luchar se ha visto paralizado por las luchas políticas internas y la indecisión en Kyiv.. El servicio militar obligatorio se estancó en gran medida en invierno después de que Zelenski despidiera a los jefes de las oficinas de reclutamiento militar. El parlamento tardó meses en aprobar una nueva ley para ampliar el reclutamiento a los jóvenes de 25 a 27 años y obligar a los hombres en edad militar a registrarse en una nueva base de datos.
Tomar las repúblicas bálticas en una semana
El general dice que el mayor factor desconocido de la guerra es Europa. Si los vecinos de Ucrania no encuentran una manera de aumentar aún más la producción de defensa para ayudar a Ucrania, ellos también eventualmente se encontrarán en la mira de Rusia, argumenta.
Skibitsky resta importancia al Artículo 5 de la carta de defensa colectiva de la OTAN e incluso a la presencia de tropas de la Alianza en los estados fronterizos con Ucrania, lo que, según él, puede significar poco cuando se pone a prueba. “Los rusos tomarán los países bálticos en siete días”, argumenta de manera un tanto inverosímil. " El tiempo de reacción de la OTAN es de diez días”, añade.
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