Barcelona

El “dream team” español que planta cara al cáncer

La AECC reúne a los mayores expertos en la lucha contra esta enfermedad. Mariano Barbacid, Josep Tabernero y Luis Paz-Ares explican a LA RAZÓN los principales retos. Insisten en buscar el origen de las células malignas y no tanto de cada tumor

De izda. a dcha., el bioquímico del CNIO Mariano Barbacid; Josep Tabernero, oncólogo del Vall d'Hebron, y Paz-Ares, experto en cáncer de pulmón del 12 de Octubre
De izda. a dcha., el bioquímico del CNIO Mariano Barbacid; Josep Tabernero, oncólogo del Vall d'Hebron, y Paz-Ares, experto en cáncer de pulmón del 12 de Octubrelarazon

La AECC reúne a los mayores expertos en la lucha contra esta enfermedad. Mariano Barbacid, Josep Tabernero y Luis Paz-Ares explican a LA RAZÓN los principales retos. Insisten en buscar el origen de las células malignas y no tanto de cada tumor.

Madrid reunió ayer a los máximos representantes en la lucha contra el cáncer. Lo consiguió la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), la entidad financiadora más grande de España y a cuya llamada acuden los referentes más importantes de esta materia. Solo un dato: ha conseguido sacar adelante 334 proyectos desde 2011 gracias a la inversión de 56 millones de euros. En este contexto, LA RAZÓN unió ayer a tres referentes españoles para debatir sobre el futuro de la principal enfermedad del siglo XXI. Josep Tabernero, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona y uno de los mayores expertos en cáncer gastrointestinal; Luis Paz-Ares, uno de los responsables de los buenos resultados en la lucha contra el cáncer de pulmón y jefe del servicio de Oncología del Hospital 12 de Octubre; y Mariano Barbacid, bioquímico del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y experto en el tratamiento del cáncer de páncreas. Hace solo unos meses publicó un estudio en el que demostró que se pueden eliminar las células malignas de este órgano, uno de los más letales.

Prevención

¿Cómo visualizan la lucha contra el cáncer dentro de 20 años? Tabernero deja claro que «es importante reconocer que la incidencia del cáncer va a seguir aumentando hasta probablemente 2030-35». ¿Por qué? «La población envejece, tenemos una esperanza de vida mayor, pero es verdad que si aplicáramos bien las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para evitar o poder diagnosticar precozmente el cáncer, probablemente estaríamos reduciendo el 45% de los tumores». Y aporta una línea de investigación aún por confirmar: «Algunos apuntan a que prolongando la lactancia materna más años podríamos prevenir más por la influencia que puede tener en el microbioma del adulto». Y es que son este tipo de nuevos ángulos en la investigación lo que intentan conseguir cumbres como la organizada por la AECC junto al Cancer Research de Reino Unido –entidad de referencia en Inglaterra–. Es más, en la reunión de ayer, bajo el título «Grand Challenge» (gran desafío), los investigadores apuntaron nuevos retos: desde el origen de la carcinogénesis (proceso por el que se producen las células tumorales) a la metástasis y desde el diagnóstico precoz al tratamiento. Asimismo, se considera importante analizar las lesiones premalignas para, así, diseñar estrategias de prevención. «Queremos profundizar en estos retos para poder acelerar los resultados y conseguir nuevos tratamientos más eficaces y menos tóxicos, y trabajar en estudios en las personas que superan la enfermedad», sostienen desde la AECC.

Ante la pregunta del futuro de la enfermedad, Barbacid insiste en la necesidad de valorar lo ya conseguido. «Hace dos décadas no había medicina de precisión ni inmunoterapia, que son los dos grandes avances. Cabe esperar que, al menos , sigamos avanzando tanto como hasta ahora». Hace hincapié en dos batallas «contra las que tenemos que luchar: la de la detección temprana, porque el mejor cáncer es el que no ocurre; y, por otro lado, tenemos que seguir entendiendo mejor sus mecanismos moleculares y, sobre todo, cómo diseñar terapias eficaces para los cánceres más avanzados». E insiste: «Ambos trabajos deben realizarse de forma coordinada».

Para Paz-Ares una de las claves para vencer la enfermedad y que se reduzca tanto la mortalidad como su prevalencia es evitar los cigarrillos. «Sí es factible que dentro de 20-30 años el tabaco haya desaparecido. Para ello debemos mejorar nuestra normativa. Si lo elimináramos, reduciríamos la mortalidad entre un 30 y un 35% asociada hoy al cáncer. Tendría una incidencia muy relevante en tumores de pulmón, de cabeza-cuello, de vejiga, de páncreas o de esófago», sostiene el oncólogo. «En muchos de estos tumores el diagnóstico precoz y la prevención es un reto muy importante. El de pulmón es el que más mata». Por eso están buscando diferentes vías para poder tratarlo. «Tenemos datos iniciales de que realizar escáneres cada año puede ayudar, pero probablemente el diagnóstico molecular es nuestra mayor esperanza. Para ello, la biopsia líquida nos puede ayudar en la detección a tiempo de estos tumores», añade el experto.

Financiación

Pero todas estas oportunidades para controlar la enfermedad no se traducirán en éxitos si no se consigue la financiación. Y este es uno de los principales problemas de nuestro país. «Aprovecho para pedir al Estado que implante un presupuesto ligado a la investigación del cáncer, tanto clínica como preclínica, porque en España no hay una financiación específica, mientras que sí existe en el resto de países», afirma Barbacid. La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) estima que este año el número de casos aumente hasta los 277.234, un 12% más que en 2015. Por lo que es evidente que es un problema de salud pública. A la afirmación del bioquímico se suman tanto Tabernero como Paz-Ares, ambos han podido avanzar en sus investigaciones gracias a la financiación privada. «Los esfuerzos de la AECC para la investigación y la prevención es clave, entidades sin ánimo de lucro que promueven la investigación puntera por fortuna, pero también muy a nuestro pesar, por la falta de inversión pública», subraya el oncólogo del Vall d'Hebron.

En lo que se refiere a las líneas de investigación más prometedoras, la inmunoterapia seguirá dando de qué hablar. «Sin duda aún estamos en los inicios para explotar esta nueva era de la inmunoterapia. Llevamos tiempo utilizándola, con un éxito de perfil bajo y, quizá, en la última década ha resurgido».

Hemos sido capaces de potenciar terapéuticamente un par de vías de señalización relevantes que el tumor utiliza para evadir al sistema inmune, pero aún nos quedan muchas otras», asevera Paz-Ares. Por su parte, Tabernero insiste en que esta terapia, «por ahora, solo beneficia a los tumores llamados calientes, los que el sistema inmune reconoce y quiere eliminar, pero en el 75% de los restantes nunca detecta la amenaza. En este caso, las apuestas terapéuticas se dirigen a enseñarle que él es el mejor armamento que tenemos en la lucha contra la enfermedad».