España

Enfermedades tropicales: Se asientan en España

Los expertos advierten de que seguirán produciéndose infecciones por Zika, fiebres hemorrágicas, Dengue, etc. Preocupan los patógenos que afectaban sólo a animales y han pasado a los humanos, sobre los que suelen actuar de forma más agresiva

Enfermedades tropicales: Se asientan en España
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Los expertos advierten de que seguirán produciéndose infecciones por Zika, fiebres hemorrágicas, Dengue, etc.

Siguen apareciendo casos de las llamadas enfermedades tropicales. Esas que apenas sabíamos pronunciar pero que hoy en día se han hecho un hueco en nuestro vocabulario. Chikungunya, Ébola, Fiebre Hemorrágica Crimea-Congo (FHCC) y Zika, del que fue notificado recientemente el segundo caso en España producido por transmisión sexual y cuyos datos sobre incidencia publicados por el Ministerio de Sanidad ascienden a un total de 307 infectados. Otras como el Chikungunya han ido bajando las cifras de 266 en 2014 a 198. En cuanto a la FHCC, dos son los casos registrados por el momento.

Y ante la alarma social que generan, los expertos aclaran que lo mejor es que nos vayamos «acostumbrando» a que se sigan sucediendo estas situaciones en los próximos años. Basilio Valladares Hernández, director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias y Catedrático de Parasitología de la Universidad de La Laguna explica que «lo que no es normal es que se trate de casos autóctonos, pero sí está empezando a ser habitual la llegada constante de empresarios o gente que viaja a zonas endémicas, contraen la enfermedad y regresan con ella a España».

Por su parte, Paloma Merino, especialista en Microbiología y responsable de la Unidad de Enfermedades del Viajero del Hospital Clínico San Carlos de Madrid añade que «España es un país de entrada. Es puerta de África y por contexto histórico y cultural con Latinoamérica, por eso debe ser pionera y estar a la cabeza, tanto en investigación como en el control de cualquier tipo de enfermedad epidemiológica. Es un país clave».

De animal a humano

Aunque hay quienes dicen que estas patologías no habían existido hasta ahora en países de Europa Occidental, de algunas como la FHCC, «ya en 2010 se encontraron unas garrapatas (vector transmisor de la enfermedad) en los ciervos de Cáceres», dice Valladares. Y ahí está lo verdaderamente relevante. Los últimos casos que se han producido son llamativos porque eran enfermedades de los animales que empiezan a pasar al hombre. Es decir, «son patologías que se describieron por primera vez a mediados del siglo pasado y de trataba de patógenos de animales que no pasaban a las personas. En cambio ahora el contacto más directo con los patógenos hace que éstos se vayan acostumbrando también a generar dolencias en los humanos», subraya Valladares.

Y se vuelven más agresivos porque cada microorganismo tiene un huésped y está acostumbrado a infectar de la misma manera. Cuando salta a otra especie la patología suele ser más aguda porque no está acostumbrado al hábitat de los humanos y puede ser mucho más destructivo. En el caso de la malaria, por ejemplo, en un principio se hablaba de cuatro especies de Plasmodium (parásito productor de la malaria) (P. falciparum, P. vivax, P. ovale y P. malariae), pero desde hace unos años «se está encontrando una especie que infecta a los monos (P. knowlesi) que sólo se había transmitido entres monos y que ahora ha dado el salto al hombre. Esto es un indicador más de la adaptación de los patógenos «y está haciendo que enfermedades que aquí eran prácticamente imposibles ver ahora las estemos viendo. Algo que va a seguir sucediendo», matiza Valladares. «Y si entra en nuestro terreno el vector podemos tener pequeños problemas, como ha ocurrido en el norte de Italia con el Chikunguya, el Dengue en el sur de Francia o como ha sucedido también con el virus West Nile en toda Francia y Estados Unidos».

Por su parte, Merino explica que, en lo que se refiere a vectores, «en España se ha detectado el que transmite el virus de FHCC y también la fiebre del Lloviu (en una cueva asturiana). Es decir, conocemos nuestros vectores y claro que entre ellos que circulan virus, lo que ocurre es que no en tanta cantidad para afectar al hombre. Ahora, además, se están haciendo estudios de investigación entre las garrapatas y los mosquitos, y hay programas de control de los mismos para ver si en España existe la posibilidad de que un cambio en la ecología de estos vectores puede producir el aumento o incluso la entrada de virus». Por ello, de cara a los próximos años, «creo que lo que va a venir en el futuro es que, lentamente irán apareciendo enfermedades de animales que se van adaptando en humanos y eso es algo que hay que ir continuamente investigando», matiza Valladares.

Lo más preocupante

Lo que inquieta a los profesionales es el asentamiento, de los vectores, ya que una vez dentro, «expulsarlo es prácticamente imposible. Se puede hacer en el momento en el que entra pero cuando ya se ha asentado, es muy difícil», dice Valladares. El ejemplo más preocupante fue la entrada en España del Aedes albopictuse «que entró por Cataluña a través de mercancías y tardaron en actuar para evitar que se expandiera y al final se extendió por todo el corredor Mediterráneo, llegó a la zona de Málaga y está entrando por el norte hacia Aragón y País Vasco», matiza.

En vista de lo que espera en el futuro, los expertos reivindican que «se debe seguir apoyando la investigación y la formación en este tipo de patologías. A nadie le interesaba el Ébola, el Zika o el Dengue, pero había gente en la sombra trabajando en silencio y en cuanto a visto la necesidad de dar una respuesta se ha dado muy rápido por parte de los profesionales», concluye Merino.