Glaucoma, 500.000 españoles no saben que la tienen

Poco a poco, de forma silente, el glaucoma se va aporderando de la visión de la persona, hasta que un día, la ceguera se hace presente y retonar la visión se vuelve un reto clínico. En el Día Mundial de esta enfermedad se quiere subrayar la importancia de una detección y tratamiento precoz para evitar que termine con el sentido de la vista de los más de medio millón de españoles que la sufren sin saberlo, y que alcanza el millón con los diagnosticados.

Si perder la visión es uno de los hechos que más miedo da después del cáncer y la enfermedad cardíaca, ¿por qué no se someten las personas a revisiones periódicas? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el glaucoma es la segunda causa de ceguera y la primera irreversible.

Las cifras a nivel mundial sitúan su prevalencia en el 3,5 % entre personas en el rango de edad de 40 a 80 años. Se calcula que en el año 2020 se alcancen los 76 millones de personas con esta enfermedad y en el año 2040 se superen los 110 millones.

¿Cuándo se desarrolla y quiénes son propensos?

La edad es un factor de riesgo. Aunque hay casos en todas las edades, partir de los 60 se vuelve algo más habitual. En el caso de la población africana e hispana esta media baja a los 40 años.

También influyen los antecedentes familiares, si se padece diabetes y otras patologías cardiovasculares, como HTA (hipertensión arterial).

Desde la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF) advierten de la falta de estudios y de investigaciones en profundidad centrados en la patología y la mujer. En la actualidad se calcula que más de 500.000 mujeres en España padecen esta enfermedad y no existe una norma o protocolo común de actuación para estas fases de la vida de la mujer.

¿Qué signos de alerta hay?

Mirar a través de un catalejo. Esa el visión que queda cuando la patología ocular ha terminado por echar a un lado la visión periférica, que es lo primero que, de forma lenta, se pierde.

El glaucoma constituye una dolencia crónica en la que tiene lugar una pérdida de visión irreversible por el daño del nervio óptico. Se comienza perdiendo la visión lateral y, con el tiempo y si no se aborda, esta puede acabar pareciendo a la obtenida si se mirase a través de un tubo.

Diagnóstico y tratamiento precoz

“La prevención, seguimiento e investigación son las tres claves a tener en cuenta”, apunta Luis Fernández-Vega Sanz, director médico del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV).

Es una enfermedad que puede diagnosticarse tarde, en ocasiones cuando ya existe una importante pérdida del campo visual, por lo que “es muy importante que las personas a partir de los 40 años acudan al oftalmólogo de forma periódica, con el fin de poder diagnosticar a tiempo esta enfermedad. Además, si existen antecedentes familiares deben realizar revisiones antes”, advierte Pedro Pablo Rodríguez Calvo, responsable de la Unidad de Glaucoma del IOFV.