Médicos

«La clínica que mira sólo la facturación comete mala praxis»

Antonio Montero Martínez / Presidente del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la primera región, Madrid (COEM)

«La clínica que mira sólo la facturación comete mala praxis»
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- Recientemente se han aliado con otros colegios madrileños, como el Icomem (Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid); con el de los farmacéuticos (COFM) y los fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (Cpfcm) para combatir los problemas profesionales. ¿En qué consiste?

-Se trata del Observatorio de la Profesión, que hemos creado junto al Icomem, COFM y fisioterapeutas de Madrid. Nos hemos unido porque muchos de los problemas que sufrimos son comunes a todos, y en total, en Madrid, sumamos más de 100.000 colegiados y pensamos que así podemos hacer más presión a las administraciones. Hemos detectado que los farmacéuticos tienen un problema de venta por internet directa de fármacos sin ningún tipo de control; a la vez, estamos viendo que hay una serie de empresas extranjeras que están vendiendo en la red tratamientos de ortodoncia sin ningún tipo de control, como alineadores y férulas de descarga; y, los fisioterapeutas sufren un alto grado de intrusismo. Todo esto, al final, pone en riesgo la salud pública.

-En los últimos años se ha vivido un «boom» en la odontología tanto a nivel tecnológico como de profesionales, ¿no?

-Se trata de dos cosas diferentes. Por un lado, hay una mayor tecnificación de la profesión, lo que requiere un profesional más cualificado, con formación continua, y esto repercute en una mejor atención al paciente. Por otro, se ha vivido un «boom» de las clínicas, que es independiente. En España, en concreto, el exceso de profesionales por el surgimiento de las universidades privadas ha hecho que muchos empresarios vean el negocio en organizar cadenas de clínicas dentales donde en ocasiones tienen a los dentistas contratados bajo la figura del falso autónomo, o con salarios muy precarios, por lo que se están aprovechando. Son dos temas independientes aunque confluyen en el tiempo. En la última década se ha duplicado el número de dentistas, y al haber paro, pues es muy fácil abrir una clínica y contratar dentistas, como mano de obra barata.

-¿Cómo se combate desde el COEM?

-Estamos en ello, porque el que tiene la posibilidad de revertir esta situación es la Administración. Por eso ya hemos denunciado el problema ante ellos. Por una parte, exigimos un control en el número de graduados en Odontología. No es lógico que si la OMS establece que tiene haber un dentista por cada 3.500 habitantes para que la asistencia sea correcta y a la vez el dentista pueda desempeñar su labor, en Madrid halla uno por cada 700 habitantes. Este hecho ha provocado la creación de una serie de clínicas que lo único que les interesa es la facturación y en ocasiones hemos visto que se sobreindican tratamientos innecesarios. Y eso desemboca en una mala praxis, en todo el tema de las financiaciones, ya que a los pacientes se les están forzando a recibir una serie de tratamientos que en ocasiones no necesitan, no son los más indicados, pero sí los más rentables para la clínica.

-¿Qué campañas de concienciación están llevando a cabo en la población?

-A raíz del escándalo de Funnydent, hemos alertado de que eso no ha surgido en una ocasión es susceptible de que se repita de nuevo. El caso de un paciente que va a una clínica y le financian todo un tratamiento, que en principio no había solicitado, pero que de alguna manera le convencen de que es lo que necesita, pues al final termina en un paciente que se queda «secuestrado» por la clínica. Por otro lado, estamos concienciando de que a veces en estas clínicas hay un comercial ajeno a la profesión cuyo objetivo es la venta del tratamiento. Hemos detectado que esta figura está cobrando protagonismo, a veces proceden del mundo de la venta de automóviles o de la venta de pisos. Su papel es convencer a la persona de que firme la financiación. En muchas ocasiones éstos están con una bata blanca haciendo radiografías y diagnósticos a pacientes, es decir, le indican al usuario a lo que tiene que someterse. Vienen aleccionados por la empresa de cuál es el tratamiento más rentable para la clínica y les conducen hacia él. Por eso nuestra campaña va enfocada a que sólo un profesional colegiado pueda atender a los pacientes, nunca una persona ajena, la población que acude a estos centros debe verificar la validez de las manos profesionales en que se ponen, que sean siempre dentistas.

-¿Por qué si existe una buena formación de los dentistas estos hechos conducen a un desprestigio del gremio?

-Todo esto es complicado. El problema fundamental es que cuando los empresarios y las grandes financieras se han introducido en la clínica dental, no velan por la salud, sino por la cuenta de resultados. Sólo se preocupan por la facturación. No ven un paciente que necesitan un tratamiento y unos cuidados, sino un cliente al que haber cuánto dinero puedo obtener de él. Esto ha hecho mucho daño, porque hemos pasado de gozar de cierto prestigio a ser una especie de clínicas de cosmética en donde bueno van al dentista, como el que va a la peluquería a cortarse el pelo. De hecho, a algunos profesionales les obligan a tener una facturación mínima mensual, con lo cual, el profesional cuando tiene ante sí la opción de dos tratamientos uno más económico que otro, oferta el más caro y más beneficioso para la clínica.

-Uno de los debates que siempre ha existido es que la Odontología no tiene todos sus servicios bajo el paraguas de la cobertura del SNS. ¿Ha influido en que haya esa oportunidad de fraude?

-Probablemente sí. Nosotros este año hemos firmado un convenio de colaboración con la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, para la atención bucodental de niños de seis a 16 años, en esta etapa van a tener todos los tratamientos bucodentales cubiertos, gratuita por la salud pública. Esto es beneficioso, claro, si esto se extendiera a toda la población sería magnífico. Las cadenas dentales intentan atraer a los pacientes con menos recursos económicos porque precisamente la publicidad ilícita y engañosa que realizan es fundamentalmente de grandes descuentos, de si te pones un implante te regalo una televisión... Esto en salud es inconcebible y menos en un país desarrollado. Si hubiera cierta cobertura en una población con menos recursos, esto ya no sería tanto negocio.

-Ha mencionado el tema de la publicidad engañosa. ¿Se debe exigir una legislación más estricta?

-Claro que necesitamos una mayor regulación. Hoy es muy limitada, porque sólo está prohibido publicitar marcas de productos sanitarios, es decir, dar a conocer la marca del implante. Pero, por lo demás, todo se puede hacer, publicitar precios, descuentos, ofertas... En realidad, todas las cadenas a las que nos referimos hacen anuncios en televisión, prensa... En realidad dan mensajes engañosos, porque sólo dan a conocer el precio parcial de los tratamientos y no el final, y claro lleva a error al paciente.

-¿Han pedido al Ministerio elevar el control de estas acciones?

-A las administraciones les hemos pedido que se copie la misma legislación que existen en países de nuestro entorno como Francia o Portugal, en donde, por ejemplo, las clínicas dentales solamente pueden publicitar el número de colegiado, nombre y la especialidad que se desarrolla dentro de la Odontología. Todo lo demás está prohibido. En Sanidad esto no es adecuado.