La disfunción intestinal golpea a ocho de cada cien ciudadanos

La incontinencia fecal se da tanto en niños como en adultos. La vergüenza y el pudor son algunos de los obstáculos que se presentan a la hora de reconocer el problema. Los irrigadores transanales son una de las grandes soluciones

La disfunción intestinal es un trastorno originado por causas múltiples y generalmente estigmatizado en la sociedad. Aproximadamente un 8% de la población la padece. Pedro López Pereira, jefe de Sección del Servicio de Urología Infantil del Hospital Universitario La Paz (Madrid), explica que dicha disfunción puede ser orgánica o neuropática; la primera es cuando hay una causa orgánica y la segunda cuando hay un problema en la médula». En concreto, la incontinencia fecal se da tanto en niños como en adultos, generalmente entre los 4 y los 11 años, en el primer caso, y a partir de los 65 años, en el segundo. Los motivos son diversos, entre las que destacan las lesiones medulares o neurológicas; causas de origen funcional –estreñimiento crónico o mal funcionamiento del colon– o las originadas por secuelas quirúrgicas. En el caso de los niños, además, se debe muchas veces a ciertas malformaciones congénitas.

Uno de las barreras que tienen las personas que padecen este tipo de trastorno son el pudor y la vergüenza a confesar su alteración. «Muchas veces el paciente no reconoce el problema; por lo tanto, no se le puede tratar y las consecuencias son cada vez más graves», asegura López Pereira. Además, pide a los diferentes especialistas «trabajar todos juntos por la calidad de vida de todas estas personas que padecen depresión y baja autoestima por un trastorno siempre estigmatizado por la sociedad».

«Los pacientes que sufren incontinencia fecal son depresivos por definición», afirma Mario Ortega López, adjunto del Servicio de Cirugía y del Aparato Digestivo de la Unidad de Coloproctología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid). Por ello cree fundamental el apoyo de «psicólogos para el manejo psicológico de dichos pacientes».

En cuanto a los niños, Eva García Peña, enfermera de la Unidad de Incontinencia Fecal del Hospital Infantil La Fe de Valencia apunta que «la formación y el seguimiento del paciente por parte del profesional enfermero es fundamental para evitar traumas desde la infancia». Una apuesta segura es el trabajo en equipo, ejemplo de ello es García Peña puesto que trabaja estrechamente con los cirujanos pediátricos de su Unidad estudiando conjuntamente cada caso de incontinencia fecal en los niños, para aprobar después planes individualizados. «Este método presentó resultados asombrosos, ya que el 80% de los pacientes eran incontinentes y hoy, gracias fundamentalmente a los irrigadores transanales, el 70% son continentes. Hemos revertido la situación», declara la enfermera de La Fe.

María Ángeles Prosper, madre de Ana una niña con incontinencia fecal y urinaria confiesa que «después de haberse someterse a una veintena de intervenciones quirúrgicas en estos años, hoy con el irrigador su hija puede defecar cuando le apetece en apenas tres cuartos de hora». También, agradece la ayuda de su enfermera, «ha sido nuestras manos, nuestros ojos, el apoyo psicológico...», asegura Prosper. En el caso de los adultos, María Jesús Navarro explica que «tiene una lesión medular desde hace 25 años, eso provoca un estreñimiento que exige una ayuda para evacuar». «Los primeros años te recomiendan supositorios, laxantes o tomar fibra entonces yo he ido pasando por todo esto y me ha ido creando algunos más problemas que otros», explica. Inventaron el Peristeen y se convirtió en toda «una maravilla” para ella, ya que «no utiliza medicación, simplemente funciona con agua templada, es muy cómodo, rápido higiénico», reconoce Navarro.

De interés para los afectados:

Asociación de Parapléjicos y Personas con Gran Discapacidad Física (ASPAYM)

Web: www.aspaymalbacete.org

Email: aspaymalbacete@ono.com

Teléfono: 690990841