Bartolomé Beltrán
La disrupción digital
«Hoy las tecnologías disruptivas están dictando el futuro, a medida que las innovaciones difuminan los límites»
«Hoy las tecnologías disruptivas están dictando el futuro, a medida que las innovaciones difuminan los límites»
En este 15 aniversario de A TU SALUD conviene recordar que han pasado muchas cosas. Una de ellas viene dada por los retos de las nuevas tecnologías. Esta es una de las últimas fronteras del Sistema Nacional de Salud (SNS). «Estamos al borde de una revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado antes», (Klaus Schwab, autor del libro «La cuarta revolución industrial»).
Hoy las tecnologías disruptivas están dictando el futuro, a medida que las innovaciones difuminan los límites entre los ámbitos físico, digital y biológico. Los robots ya están en nuestras salas de operaciones y restaurantes de comida rápida; hoy podemos usar imágenes en 3D y extracción de células madre para desarrollar huesos humanos a partir de las células del paciente, y la impresión en 3D está creando una economía circular en que podemos usar y reutilizar las materias primas. En la Cuarta Revolución Industrial convergerán las tecnologías que alcanzan su mayoría de edad, como la robótica, la nanotecnología, la realidad virtual, la impresión 3D, internet, la inteligencia artificial y la biología avanzada.
Un estudio realizado por la Universidad de Oxford en 2013 estima que cerca de la mitad de los empleos de EE UU se podrían perder debido a la automatización en las próximas dos décadas. Por otra parte, economistas como James Bessen, de la Universidad de Boston, argumentan que la automatización va de la mano con la creación de nuevos empleos. Entonces, cuál de las dos consecuencias es... ¿nuevos empleos o un desempleo estructural masivo?
En este punto podemos estar seguros de que la Cuarta Revolución Industrial tendrá un efecto disruptivo sobre el empleo, pero nadie puede predecir todavía la escala del cambio.
Así es que antes de amargarnos con todas las malas noticias, deberíamos ver sus precedentes históricos, que sugieren que el cambio tecnológico tiende más bien a afectar la naturaleza del trabajo que la oportunidad de participar en el trabajo mismo.
La experiencia del pasado ha mostrado una y otra vez que es necesario proteger las clases más desprotegidas. Los trabajadores vulnerables al desplazamiento por parte de la tecnología deben tener el tiempo y los medios para adaptarse. Puede haber consecuencias de largo alcance cuando un alto nivel de desigualdad en las oportunidades y resultados haga que la gente crea que en el futuro no hay lugar para ellos. Ese es el reto.
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