Salud
Rebelión contra las pseudociencias
Casi 400 facultativos urgen a la nueva ministra medidas para acabar con estas terapias
Casi 400 facultativos urgen a la nueva ministra medidas para acabar con estas terapias.
Nunca contó con el visto bueno de la comunidad científica, pero desde que salieron a la luz las imágenes del pecho de Rosa Morillo, la mujer que murió tras no tratar su cáncer de mamá con quimioterapia para en su lugar recurrir a las pseudoterapias, la presión de los facultativos sobre los que predican estas ciencias no ha dejado de crecer. Casi 400 médicos y científicos firmaron ayer una carta abierta a la nueva ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, en la que urgen la puesta en marcha de medidas para acabar con estas prácticas.
«Seamos claros: las pseudociencias matan. Y no solo eso, sino que son practicadas incluso por médicos colegiados y con el respaldo de los colegios. Han llevado a la muerte a miles de personas solo en nuestro país, y lo siguen haciendo», reza la misiva que lleva el sello de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (Apetp) junto con el Grupo Español de Pacientes con Cáncer, la ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, el Círculo Escéptico y la Red de Prevención Sectaria y del Abuso de Debilidad y FarmaCiencia.
«Ministra, esto no se soluciona en Europa, como usted ha sugerido recientemente, porque va más allá de la homeopatía. Esto también se soluciona en España, haciendo cumplir la ley, creando nuevas leyes y protegiendo los derechos del enfermo y sus familias. Se soluciona luchando contra lo que se está convirtiendo en una plaga que afecta a las mismas raíces del sistema de salud de nuestro país. Porque seamos claros de nuevo: la deontología médica no está en juego», añaden en el texto. En declaraciones a Efe, el vicepresidente de la Apetp, Emilio Molina añadió que el problema es que las pseudociencias «están proliferando y están fuera de control».
En la misiva, los facultativos se refieren a dos casos: el de la Rosa Morillo y el de Mario Rodríguez. La primera falleció después de dejar su tratamiento en manos de médicos que practican pseudociencias. En ese tiempo, el bulto que había detectado en su pecho llegó a multiplicar por cuatro su tamaño porque solo fue combatido con «bolitas de azúcar y agua». El cáncer que padecía se extendió hasta los huesos, la médula y la piel. Falleció tres años después.
Por su parte, Mario Rodríguez renunció a la quimioterapia que los médicos le habían recetado para la leucemia que padecía. El curandero que se lo recomendó, José Ramón Llorente, un hombre sin formación que se presentaba a sí mismo como «especialista en medicina naturalista y ortomolecular», salió absuelto después de que el padre del joven lo denunciase por intrusismo y homicidio.
Hace unos días, el científico del CSIC Carlos Briones denunció en Twitter que una pediatra de la sanidad madrileña había recetado homeopatía a su hijo.
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