El bar del interior de Ibiza donde se puede comer por 15 euros rodeado de cuadros

El bar Costa, en la localidad de Santa Gertrudis (municipio de Santa Eulària) es gastronomía y tradición, pero también arte. El establecimiento se ha convertido con el paso de los años en un emblema de la isla.

Fundado en 1968 por Antonio Costa, ha logrado sobrevivir al tiempo, convirtiéndose en un lugar de encuentro para locales y turistas que buscan no solo disfrutar de una comida tradicional, sino también sumergirse en la historia de la isla.

La carta es sencilla: tapas, bocadillos y uno de los postres más típicos de Ibiza; el flaó. Se trata de una especie de tarta de queso con hierbabuena y al que se le aplica azúcar por encima antes de comerlo.

El menú no es extenso, pero eso es lo que convierte al bar Costa en un lugar singular. Sobre todo, porque en los últimos años, cuando los precios de la isla en general han vivido un crecimiento desorbitado, este negocio de Santa Gertrudis los ha mantenido igual.

Su historia

Pero lo que realmente hace muy peculiar al bar es la pasión por el arte de los antiguos dueños, que fueron acumulando cuadros en sus salas interiores hasta convertir el lugar en una especie de galería de arte.

En sus paredes cuelgan centenares de pinturas. Durante las décadas de 1970 y 1980, el bar se convirtió en un punto de encuentro para artistas, músicos y bohemios que encontraron en Santa Gertrudis un refugio para su creatividad.

El hecho de que muchos de ellos no pudieran permitirse pagar la cuenta con dinero llevó a la creación de la galería que es hoy. Por otra parte, la decoración rústica del bar, con una enorme chimenea circular en el medio de su sala principal, ha sido testigo de la evolución de la isla a la vez que a mantenido su esencia local.

El encanto de Sant Gertrudis

Además, el hecho de que esté situado en el pueblo de Santa Getrudis suma al bar Costa aún más encanto. La localidad encarna la Ibiza tranquila y auténtica, más propia de hace unas décadas.

Con su iglesia blanca presidiendo la plaza, la zona ha sabido conservar su aire rural y su ritmo pausado a pesar del crecimiento turístico. A lo largo de sus calles peatonales, las galerías de arte, las tiendas de artesanía y los cafés con encanto conviven con antiguos payeses, nuevos residentes y turistas.

El pueblo es también un punto de encuentro cultural, frecuentado por artistas, escritores y músicos que (como antaño) han hecho de este pueblo su refugio creativo.

Todo un referente en la isla

En la actualidad, el Bar Costa sigue siendo un referente de la isla, no solo por su comida, sino porque es un lugar donde aún se puede experimentar un pedazo de lo más tradicional de Ibiza.

A pesar de los cambios que ha sufrido la pitiusa en las últimas décadas, el establecimiento sigue siendo un lugar al que regresar para sentirse acogido mientras se disfruta de la gastronomía local y se observan uno a uno los cuadros de su espontánea galería.