Turismo
Todo lo que tienes que ver en un solo día en Formentera: el paraíso de Baleares
Aunque la isla es pequeña, tiene bastantes cosas que ver, desde sus magníficos faros hasta las playas más recónditas de Baleares en la única isla del archipiélago que no tiene semáforos
Formentera es una de esas islas que parecen pensadas para quienes creen en el mito del paraíso. Tranquila, azul turquesa hasta el exceso, y lo suficientemente pequeña como para recorrerla en un día. ¿Milagro? No. Solo necesitas una mochila, unas gafas de sol y ganas de descubrir lo esencial en tan solo 24 horas.
Cómo llegar: el ferri desde Ibiza
El único acceso a Formentera es por mar. Lo habitual es salir desde el puerto de Ibiza en uno de los múltiples ferris que conectan ambas islas. La travesía dura entre 25 y 35 minutos, dependiendo de la compañía (Balearia, Trasmapi, Aquabus…).
Hay salidas cada 30 minutos desde las 7 horas y hasta bien entrada la noche. Precio medio: unos 25 euros ida y vuelta si compras con antelación. Llegarás al puerto de La Savina, puerta de entrada a la isla y punto de partida para cualquier itinerario.
Mañana: playas de postal y un faro legendario
Nada más desembarcar, lo ideal es alquilar una bici eléctrica o una moto. La isla es plana, amable y con buenas rutas ciclistas. Las motos permiten más agilidad si quieres abarcarlo todo. Hay muchas opciones junto al puerto.
A solo 10 minutos en bici desde La Savina está Ses Illetes, una playa tan bella que parece irreal. Arena blanca, aguas de acuarela y un entorno protegido que forma parte del Parque Natural de Ses Salines. Ideal para darte el primer baño del día.
Cruza la isla en dirección este (unos 25 minutos en moto y un poco más en bicileta) para llegar al mítico Faro de la Mola, situado en lo alto de un acantilado. Julio Verne lo mencionó en una de sus novelas, y no cuesta imaginar por qué. Las vistas al Mediterráneo son infinitas y el faro transmite esa soledad poética tan típica de Formentera.
Mediodía: calas y cocina con acento isleño
Este pequeño y encantador pueblo de pescadores es ideal para una comida auténtica. Prueba el bullit de peix (guiso de pescado con arroz) o una ensalada payesa con peix sec, muy típica de la isla.
Muy cerca, a pie o en moto, te espera Caló des Mort, una cala diminuta, encerrada entre rocas, con una estética brutal. Si puedes evitar las horas punta de verano, será una experiencia inolvidable.
Tarde: mercadillos, pueblos blancos y atardecer épico
La capital de Formentera parece más un pueblecito pesquero detenido en el tiempo. Casas blancas, una iglesia fortificada y tiendecitas con encanto. Si coincide con día de mercado (lunes, martes y jueves por la tarde en verano), mejor aún.
Tu última parada tiene que ser aquí: el Cap de Barbaria, con su faro icónico y el camino entre sabinas torcidas y tierra roja. Es uno de los mejores lugares del Mediterráneo para ver el sol esconderse en el mar. No olvides asomarte a la cueva foradada junto al faro: un túnel natural que desemboca en un balcón salvaje sobre el acantilado.
Regreso a Ibiza
Vuelve con tiempo al puerto para embarcar rumbo a Ibiza, cargado de fotos, sal en la piel y la certeza de que Formentera cabe en un día… aunque te deje queriendo más.