Gastronomía
Una semana de aperturas, y las que quedan...
No nos cansamos de decir que el del Retiro es el barrio gourmet por excelencia. La zona capitalina, junto a la de Ponzano, que dan ganas de zampársela a mordiscos lentos. Novísimo es Atlántico Casa de Petiscos (Menéndez Pelayo, 11), dirigido por Pepe Solla, lo mismo que el espacio Atlántico, a secas, situado en la calle Velázquez. La cacheira viajera, el ceviche de vieira, el bacalao con pasas, la empanada de carne, un alucinante steak tartar picado a cuchillo y unas riquísimas navajas con lima, bocados todos firmados por el cocinero gallego y en pequeños bocados, auguran una larga vida de llenazos al local. Lo mismo que Taberna y Media (Lope de Rueda, 30), con José Luis Martínez al frente, otro recién llegado al barrio en el que descubrir los productazos de temporada, entre ellos, los espárragos de Aranjuez. Los probamos a la plancha con una pizca de sal de vino tinto y también como protagonistas de un hojaldre con salmón y salsa holandesa gratinada e, incluso, en un guiso tradicional, servido con una tosta de pan y un huevo poché. Las alcachofas de Tudela, también en su mejor momento, salen de la cocina confitadas. Las devoramos, eso sí, después de probar las croquetas, los calamares, las gambas al ajillo y unas patatas bravas, más bien buñuelos, acompañados de una salsa que resulta una derivación del mojo hecho con tomates secos. De postre, fresón con espuma de chocolate blanco. En definitiva, nos topamos con esa riquísima cocina tradicional que se elaboraba en el Madrid de los 50 y que, a veces, echamos de menos. En la próxima visita, iremos a por los callos. Prometido. La nueva propuesta del hotel NH Madrid Nacional se llama Tablafina (Pº del Prado, 48). Se trata de un local que reúne las tendencias que atraen a todo gourmet. Abre en un amplísimo horario los siete días de la semana y propone una barra repleta de embutidos y conservas de alta calidad, además de pinchos, cremas y demás bocados calientes. Una oferta gastronómica asesorada por Abel Valverde y David Robledo, almas, junto al maestro Óscar Velasco, de Santceloni. Se nota. También es de visita obligada niMÚ (Goya, 31), el restaurante del hotel Adler, sobre todo para conocer la apuesta del recién llegado cocinero dominicano Héctor Arias. Para abrir apetito, anchoas sobre camembert templado y pan de cristal y croquetas con trufa y pimientos de padrón. Seguimos con las albóndigas de ternera lechal y probamos el pez mantequilla con goma wakame.
Y, por último, en Enso Sushi (Pº de la Castellana, 15) nos encontramos con hasta veinte pescados diferentes de calidad sashimi (dentón, lecha, sargo, pargo, lubina, dorada...), además de una importante variedad de sushi con un toque fusión, aunque lo que llama la atención son los platos que salen del kamado, el horno cerámico de leña japo, que otorga matices ahumados. Lo mismo que los nueve platos (45 euros) que componen el menú en el que el atún del mediterráneo es el protagonista. El sashimi de akami, el maki negitoro y el uramaki de atún picante son sólo algunos manjares.
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