Terrorismo yihadista
Además de asesinos, chulos
Los cabecillas del Estado Islámico están exultantes con las campañas de atentados que sus “soldados” cometen en distintos puntos del mundo. Y, para colmo, hacen alarde de ello con unos comentarios entre la burla y la chulería. Cuando ETA cometía un mayor número de acciones criminales, expertos en inteligencia militar se preguntaban en privado qué cifra de muertos estaba dispuesta a soportar el pueblo español antes de rebelarse con todos los medios contra la banda terrorista. ¿Alguien se ha hecho esta pregunta con el problema del yihadismo o, como dicen algunos (¡qué vergüenza!) es un problema con el que poco menos tenemos que convivir? O se reacciona ya, o las consecuencias serán funestas. Como prueba, algunos textos de estos canallas para que buenistas, asustaditos, cobardes en definitiva, reflexionen un poco. Estos, los malos, no van a perdonar a nadie, ni siquiera a los que se pongan de perfil o miren a otro lado.
En uno de sus últimos panfletos, afirman textualmente que se han cometido esos atentados “para confirmar lo que tantos analistas habían estado afirmando, que con la pérdida de territorio en Irak y Siria, el Estado Islámico cambiaría su enfoque con la realización de ataques contra el suelo cruzado (cristiano)”. Como dicen los castizos, encima “choteo”.
Sin embargo, aseguran que para la banda yihadista “perder territorio no es nada nuevo” . Ya le ocurrió en Irak. La invasión de tropas occidentales no les condujo a su derrota, “más bien produjo el reagrupamiento del Estado Islámico, redoblando su esfuerzos, reavivando las llamas de la guerra, recapturando cada pulgada de territorio que había perdido, además de la expansión en Siria. Afganistán y otras regiones alrededor del mundo, regiones donde nadie hubiera esperado que los mujahidin (soldados) tomarían el control y establecerían la regla de Alá”.
“No se puede calificar de sorpresa --añaden-- el que a varios miles de millas de Manchester, los soldados del Califato en Asia Oriental asaltaran la ciudad de Marawi, en el sur de Filipinas, en la isla de Mindanao.Tras perseguir a los policías locales y a los militares, levantamos la bandera del Estado islámico en una escena que recuerda la liberación de Mosul”.
Sobre el atentado de Manchester, dicen que “la explosión sacudió la ciudad y llenó a sus residentes de terror, ya que muchos de ellos se apresuraron a ponerse a salvo(...) Amigos y familiares tomaron a las redes sociales en la búsqueda de sus seres queridos. Los pubs comenzaron a ofrecer alcohol gratis al personal de emergencia con el fin de despejar de sus mentes de las escenas traumáticas”.
“Los enemigos del Islam hicieron todo lo posible para presentarse como valientes y desafiantes, pero sus esfuerzos fueron un completo fracaso. Estaban claramente sufriendo”, subrayan
Vuelvo al párrafo inicial, ¿cuántos muertos, cuántos atentados, cuánta destrucción, tiene que poner el Estado Islámico sobre la mesa para que se reaccione como hay que reaccionar? Quieren hacernos creer que es poco menos que imposible vencerles, pero se puede hacer: medios (capacidad de ejecución); información (libertad de acción); valentía y ganas (voluntad de vencer).
Mientras, a aguantar, además de asesinatos, chulería. Vaya panorama.
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