Crisis en el PSOE

¿Un referente moral?

¿Un referente moral?
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Repentinamente, la imagen y declaraciones de un nuevo personaje se vienen repitiendo en periódicos, telediarios y sálvames variados. Se trata de Javier Fernández, desde el pasado sábado presidente de la gestora que trata de recomponer la debacle interna en la que Pedro Sánchez, exsecretario general, sumió al Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Algunos de sus compañeros han presentado a su nuevo líder ocasional como un “referente moral” lo cual confirma lo poco que se conocen fuera las cosas que suceden en Asturias y, lo que es peor, la preocupante sospecha de que pretenden despistar al resto de España, gracias a esa circunstancia.

El PSOE de Sánchez arrastró a toda España hacia esta situación y tras su inolvidable Comité Federal trata de remendar los costurones en el partido. Hasta aquí, nada que reprochar. Pero al frente de la gestora han situado a Javier Fernández, más de tres décadas en política y gobernando (?) Asturias con 14 de 45 diputados gracias a la sempiterna muleta de Gaspar Llamazares (Izquierda Unida) y en la mochila una vasta (con v) recolección de corrupciones.

El tupido telón de la Cordillera Cantábrica ha impedido que trascienda a los medios informativos del resto de España los recientes escándalos que acompañan al “referente moral” socialista:

• ‘Caso Musel’, 247 millones de sobrecostes portuarios declarados fraudulentos por la Oficina Europea antifraude (OLAF). En fase de instrucción judicial.

• ‘Caso Villa’, otrora omnipotente líder minero y ahora bajo los efectos de un ‘síndrome confusional’ que le permite eludir las explicaciones sobre su fortuna. No es ningún secreto que Villa fue el mentor político de Javier Fernández y su impulsor al frente de la Federación Socialista Asturiana (FSA) desde hace años tras un convulso Congreso.

• ‘Caso Riopedre’ de saqueo a la Educación por parte de un Consejero y su equipo. A la espera de sentencia tras un juicio en el que se desvelaron bochornosas conversaciones de la trama socialista y sus maquinaciones para apropiarse de los fondos públicos.

• Por medio otras proezas con el “referente moral” del socialismo español de silencioso observador en primera fila y siempre desde su máxima responsabilidad de la FSA. Las de un ya inhabilitado exalcalde de Cudillero, a la sazón diputado autonómico, dan para un folletín. Las de los principales responsables del Centro cultural Niemeyer para un serial sobre depredación de dinero público, viajes, gastronomía y buena vida.

También la trayectoria de Javier Fernández ofrece al gran público muestras de su trayectoria política caracterizada por la holgazanería insuperable. Su paso por el Senado a lo largo de casi siete años dejó una palmaria evidencia: tres Legislaturas, “cero” intervenciones. ¿Alguien da menos?

Ahora Javier Fernández imparte doctrina a cuenta de la formación de Gobierno en España. Alarma también el desconocimiento sobre su condición de gobernante que está arrastrando a Asturias al mayor empobrecimiento y a la cola de las Comunidades Autónomas en asuntos cruciales como el crecimiento del Producto Interior Bruto o la evolución del empleo.

Si para resolver el desbloqueo que sufren las instituciones democráticas españolas lo que procedía era encontrar a una persona caracterizada por el arte de no hacer nada más que dejar caer las hojas del calendario, como diría Maura, la elección es perfecta. Si lo que se necesita es un político modélico en la defensa del interés general de España y en la lucha contra la corrupción, el fiasco es total.

¡Menos mal que Asturias es pequeña y no da para más!