Sociedad

Al final del camino de piedra (II)

Al final del camino de piedra (II)
Al final del camino de piedra (II)larazon

Tras abrocharse el botón de la chaqueta gris marengo de Mansolutely, Alberto se dirige decidido hacia el coche, un Mercedes 220 SE Cabriolet, de Nuptia Cars. Sus manos acarician el metal con la suavidad del carpintero que repasa la madera después de la lija, buscando astillas con los ojos de la piel. Los asientos de cuero oscuro están calientes, invitan a sentarse. Una vez allí, parece como si el traje se camuflara en el interior del coche.

La enorme nube de bordes esponjosos y de todas las tonalidades del blanco avanza rápida hacia el sol, cubriéndolo completamente. Finca Villasolita se inunda de una nueva tonalidad, como si un velo gris tapara los ojos. La temperatura desciende drásticamente, dejando la piel fresca. Un escalofrío. El aire silba entre las copas de los pinos, que lucen brotes nuevos de un verde chillón brillante. Otro soplo. La nube continúa su camino y despeja el sol, recuperando el día su luz y su calor.

Los ojos castaño oscuro de Alberto repasan lentamente el salpicadero, de madera y cuero. Sus manos buscan, de nuevo, imperfecciones, sin encontrarlas. El volante, compuesto por dos finos círculos —el interior, de metal, y el exterior, de cuero negro — es el detalle definitivo que demuestra la pieza de coleccionista que tiene ante sí.

En el exterior de la casa, Claudia intenta decidir qué sortijas de Navarlaz va a lucir con el siguiente outfit. Sortijas de oro blanco con brillantes, esmeraldas, rubíes rosas. Hay personas en quienes las joyas tienen un influjo especial, y en este caso, Claudia ha caído atrapada en él, de manera que en vez de elegir sólo una, ha decidido ponérselas todas.

El vestido es un diseño de manga larga y breve cola de inspiración vintage de Basaldúa, con encaje de flores blancas, aplicaciones de flores en relieve y tiras de encaje de Cluny color crema en mangas, cuerpo, cuello y cintura. Para protegerse del sol, Claudia lleva una maxi pamela en color crudo con un gran lazo rosa y rosas naturales preservadas de tonos rosa y amarillo, de Graellsia Madrid, inspirada en la pamela que Bianca Jagger lució el día de su boda. El conjunto se completa con unos pendientes formados por tres rombos de cuarzo blanco en cascada que aportan movimiento. La imagen perfecta para la novia romántica, de estilo vintage y que no desea pasar desapercibida, en una boda en el campo.

— Hace un día perfecto para dar una vuelta, — dice Alberto —sube y nos damos un paseo.

— Deja que me quite la pamela. El ramo de L’Atelier de las Flores de rosas color salmón y freesias lilas me lo llevo para disfrutar de su fragancia por el camino. ¿Has sentido cómo huele? — dice Claudia, mientras le acerca el ramo para que lo huela.

Los miro a distancia, y les digo:

— Tal y como os veo, estáis perfectos para pasar por el altar. Conozco un sacerdote de confianza, ¿queréis que lo llame?

Y de fondo, alguien canturrea “ta chán ta cháaaaannnn”.

Ambos estallan en una carcajada. Click. Ruth Roldán ha captado el momento con un único click. Es lo que distingue a los fotógrafos excepcionales, que son capaces de observar el tiempo y detenerlo a través de su objetivo como si de un acto reflejo se tratara.

El sol ha comenzado ya su descenso, dando al paisaje un tono amarillo que en pocos minutos se tornará en naranja. Sebas, enfundado en su traje de Mansolutely ve salir a Eugenia de la casa. Lleva un vestido de Basaldúa de malla dorada en el cuerpo hasta la cadera, rematada por flores bordadas con hilo de plata en las caderas y larguísima cola. En la cabeza, un velo de tul de seda y un tocado de Mónica Roldán de hojas blancas y pedrería con cinta de terciopelo verde anudada detrás, donde el velo deja entrever la espalda en pico rematada por una flor bordada con hilo de plata.

El vehículo aparece por el portón blanco con sus dos ocupantes, que traen en sus ojos el verde de la sierra de Madrid.

El sol cae y el día de trabajo termina para todos. Se recogen vestidos, zapatos, tocados, equipo fotográfico, brochas y tenacillas. Nos retiramos y dejamos Finca Villasolita como la encontramos. Tranquila. En silencio. Almudena y José Luis nos despiden con su calidez mientras ven cómo desfilamos uno a uno por el camino de piedra, donde el portón de madera blanca indica el paso a la finca. Cruzo el portón y me invade el olor a alquitrán y a dulce que a mi padre le recuerda a su niñez, y, mientras inspiro profundamente, pienso en él como cada vez que reconozco el olor.

Infinitas gracias a todos los que habéis hecho posible este reportaje, especialmente a los modelos.

Más fotos en www.lbda.es/blog-bodas

Proveedores mencionados por orden de aparición:

Finca Villasolita: www.fincavillasolita.com

Mansolutely: www.instagram.com/mansolutely

Nuptia Cars: www.instagram.com/nuptiacars

Navarlaz Madrid: www.instagram.com/navarlazmadrid

Basaldúa: www.instagram.com/alwaysbasaldua

Graellsia Madrid: www.instagram.com/graellsiamadrid

L’Atelier de las Flores: www.instagram.com/latelierdelasflores

Ruth Roldán: www.instagram.com/ruthroldanfoto

Mónica Roldán: www.instagram.com/_monicaroldan

Salo Madrid: www.instagram.com/salomadrid.es

Laure de Sagazan Spain: www.instagram.com/lauredesagazanspain