El Gobierno de Pedro Sánchez
Predecir sin decir
Por Yolanda Berdasco
Encuestas, sondeos, paneles... La estadística se ha colado en los medios por la puerta grande y en campaña electoral se convierte en la reina de los pronósticos. Hacer predicciones sobre quién ganará las elecciones, cuántos escaños conseguirá cada uno y qué pactos son más probables tras las elecciones es un juego muy entretenido y da para llenar mucho espacio. Si eso además lo acompañamos de datos que respaldan las afirmaciones periodísticas, el interés crece y hasta puede servir para alentar o disuadir a aquellos indecisos o simplemente, menos motivados para acudir a las urnas.
Es curioso comprobar revisar los resultados de las encuestas de hace un cuarto de siglo. Los medios técnicos eran entonces menores, pero eso, curiosamente, no era un escollo para las empresas de estudios de mercado, que conseguían pronósticos bastante ajustados. Todo ello con gastos millonarios (en pesetas) y un panorama político menos revuelto que el actual, hay que reconocerlo.
Con la situación actual, partidos que irrumpen y para los que no existe ‘recuerdo de voto’, etc. tratar de establecer unos resultados aproximados se convierte en una odisea, pero los periodistas no dejan de intentarlo.
Los expertos en datos han asaltado ya las redacciones y hacen un excelente trabajo, se ofrecen las fichas técnicas de los estudios que se realizan y se valoran cuestiones más allá de los datos. Sin embargo, a pesar de la cantidad de estudios, las previsiones son poco claras.
La encuesta preelectoral del CIS, en la que la muestra es muy amplia y que cuesta mucho dinero público, cuenta con un 40% de No Sabe/No contesta. Esto implica que los datos ofrecidos solo son del 60% de los encuestados y que 4 de cada diez decidieron no decir a quién votarían ¿Indecisos? ¿Vergonzosos? ¿Siguiendo alguna estrategia concreta? ¿Identificando al CIS con el Gobierno?
En los últimos sondeos, las horquillas para el partido más votado son de 50 escaños (104-154). Esto implica que es probable que se acerque a su media, 129 aproximadamente. Sin embargo, con esa variación, es difícil equivocarse y claro está, la información que se ofrece aporta más bien poco, porque será muy diferente un partido con 100 escaños, que uno con 150. A esto hay que sumarle que, en un acto de profesionalidad, se ofrece el margen de error con el que se han hecho estos cálculos y es de un 10%, el doble de lo que en estadística se considera el margen de error habitual. Es decir, que estos datos que ya de por sí son amplios, son fiables al 90%.
En definitiva, los resultados de los sondeos están siendo esta vez tan amplios que los reales pueden diferir bastante de lo previsto. Como muestra tenemos lo que ocurrió en Estados Unidos hace unos años o más cerca, el caso andaluz.
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