Rutas
Esta es la impresionante ruta que te lleva a una mesa escondida entre rocas del Cantábrico
Es uno de los rincones mágicos de Cantabria y de los que más impresionan al visitante
Cantabria es conocida por sus impresionantes paisajes y rutas de ensueño, y entre todas ellas esconde un tesoro costero que pocos conocen: una ruta que culmina en una cueva entre acantilados, un lugar que deja sin aliento a quien lo visita. Descubre por qué este recorrido, accesible y lleno de magia, se ha convertido en uno de los más especiales del norte de España.
La ruta de la Cueva de Cucabrera, que parte desde la playa de Galizano, es una experiencia que combina naturaleza, historia y belleza en un solo trayecto. El recorrido comienza en el aparcamiento de la playa, donde el camino se abre paso entre sauces que flanquean la carretera. Tras cruzar un puente estrecho, el sendero lleva hasta Bos de San Miguel, desde donde ya se divisa la playa de Galizano, un enclave perfecto para admirar la fuerza del mar Cantábrico, sus acantilados verticales y la pureza de un entorno prácticamente virgen.
El trayecto continúa por un camino de tierra que se va estrechando gradualmente, hasta quedar encajonado entre las grietas de las rocas. Estas formaciones naturales actúan como una cortina que enmarca las vistas al arenal de la playa, creando una estampa digna de película. Al llegar a la cueva, el visitante se encuentra con una mesa de roca en su interior, un lugar ideal para disfrutar de una comida, una merienda o incluso de un atardecer inolvidable. Este rincón es, sin duda, uno de los más especiales de Cantabria para presenciar cómo el sol se oculta en el horizonte.
Ubicada en el municipio de Ribamontán, la Cueva de Cucabrera no solo destaca por su belleza natural, sino también por su valor histórico. Se cree que esta cavidad estuvo habitada hace miles de años, lo que añade un toque de misterio y fascinación al lugar.
Esta ruta es una auténtica maravilla y lo tiene todo: vistas, un paisaje de coste precioso y el premio de poder disfrutar de una mesa en la que podrás disfrutar comiendo un bocata o una tortilla, escondidos de la fuerza del Cantábrico pero a sus pies. No te la pierdas.