Coronavirus

Guardia Civil y Policía Local en pandemia: orden, seguridad y respeto al virus

También llevan material de protección hecho por particulares donde hay escasez, reparten alimentos, medicinas o libros en la España despoblada y velan por nuestro bienestar

Miguel Crespo, policía local de la localidad vallisoletana de Laguna de Duero
Miguel Crespo, policía local de la localidad vallisoletana de Laguna de DueroLa RazónLa Razón

Tras los profesionales de la Sanidad, que son los que más están mirando al coronavirus a los ojos cada día y le combaten con todas sus fuerzas aun a riesgo de su vida, otra de las profesiones que durante estas semanas de pandemia está teniendo un gran protagonismo y repercusión por su imprescindible e impagable labor en beneficio de la ciudadanía, es la de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, representados principalmente en Castilla y León por la Policía, tanto Nacional como Local, y por la Guardia Civil.

Y especialmente en el medio rural y en la que llaman la España despoblada o que se vacía, donde la presencia de la Benemérita sobre todo, no es solo que permite comprobar que el Estado se encuentra allí de alguna forma, sino la tranquilidad y bienestar que produce entre los habitantes de esos pequeños pueblos saber que, ante cualquier contratiempo, problema o pandemia, como es el caso que nos ocupa, siempre habrá algún agente vestido de verde dispuesto a echar una mano para que no les falte de nada además de velar por su seguridad y garantizar que todo está en orden.

LA RAZÓN ha querido adentrarse en el día a día de sus duras y complicadas jornadas en estos casi dos meses ya de confinamiento y cuarentena social, por una crisis sanitaria que parece que ya va dejando respirar y abre las puertas de las casas poco a poco. Y lo hace a través del testimonio de dos jóvenes agentes que desempeñan su labor en el medio rural. Uno es un policía local, Miguel Crespo de Oleaga, destinado en la localidad vallisoletana de Laguna de Duero, en el alfoz de la capital, y el otro es un sargento de la Guardia Civil, David Sierra Linares, adscrito a la Comandancia del municipio burgalés de Salas de los Infantes.

Ambos cuentan a este periódico su tarea diaria de vigilancia y control ciudadano para que nadie se salte el confinamiento sin justificación, pero también contra una delincuencia que si bien reconocen que ha caído en este tiempo, “nunca descansa”, advierten, porque se siguen produciendo actuaciones y detenciones. “La labor de patrullaje que hacemos ahora es similar a lo que hacíamos antes del estado de alarma, pero hay que ser conscientes de la importancia de controlar y vigilar que se cumple el decreto, y todos los turnos están centrados en eso prácticamente, en procurar que todo el mundo respeta la cuarentena”, señala a este periódico el policía local. “Son días más complicados que a lo que estamos acostumbrados, y sin olvidarnos de la obligación de perseguir delitos, sí que es verdad que estamos más centrados en hacer cumplir las medidas dictadas por el Gobierno sobre el confinamiento”, apunta, por su parte, el guardia civil, quien admite que el trabajo se ha multiplicado en este tiempo debido a que la obligación de mantener la seguridad ciudadana han tenido que añadir la vigilancia a la población para que mantengan estas medidas.

Al menos, cuenta David que sí que han detectado una disminución considerable en el número de denuncias puestas en las dependencias oficiales. “Es algo normal porque la gente no quiere acudir a interponer demandas por miedo a contagiarse, aunque les informamos de que pueden ponerlas de manera telemática", apunta. Si bien, cree que cuando finalice el estado de alarma aumentarán las denuncias relacionadas con las nuevas tecnologías, por lo que hace un llamamiento a todas las personas para que extremen la precaución ante estos ciberdelitos, “ya que el auge en el uso de redes sociales, compras online, visitas a páginas web lo favorecen y estos ciberdelincuentes tampoco paran”, asegura .

David Sierra Linares, sargento de la Guardia Civil en la localidad burgalesa de Salas de los Infantes, durante una jornada de trabajo en estos días de pandemia
David Sierra Linares, sargento de la Guardia Civil en la localidad burgalesa de Salas de los Infantes, durante una jornada de trabajo en estos días de pandemiaLa RazónLa Razón

Miguel Crespo señala que en estas semanas de alerta sanitaria han formulado más de 150 denuncias de personas que no han podido justificar su presencia en la calle, especialmente de gente que se acercaba hasta Laguna de Duero andando desde la localidad vecina de Boecillo, separadas por algo más de cuatro kilómetros, con la excusa de hacer una compra o de vecinos que viven en chalets de urbanizaciones sacándose una cerveza para tomársela con el de enfrente.

“En nuestro caso hemos tenido que denunciar a una persona que iba a comprar pan estando en las afueras del pueblo donde no hay panaderías o a otro con varios kilos de setas encima que decía que se había parado un momento con el coche porque se encontraba mal”, explica, por su parte, el guardia civil, que asegura que en los primeros días del confinamiento tuvo que emplearse a fondo y hacer pedagogía en numerosas ocasiones para hacer comprender a varias personas que no podían pasear por el monte si iban solos aunque no hubiera riesgo de contagiarse con nadie.

Una labor de vigilancia y control del estado de alarma que a partir de ahora tendrán que intensificar, una vez que ya ha comenzado el plan de la desescalada puesto en marcha por el Gobierno, primero con los niños, y ahora este fin de semana y a partir del lunes, con la posibilidad de salir a correr y pasear por parte de los adultos y la apertura de algunos comercios con cita previa.

Implicación con los vecinos

Las jefaturas de la Policía local y las Comandancias de la Guardia Civil son los primeros lugares a los que cualquier ciudadano del medio rural acude cuando tiene algún problema, pero ellos son también los primeros en ir allá donde se requiere de su presencia, y los que intentan estar cerca de las personas que necesitan de su atención. “Estamos en permanente contacto con todos los alcaldes de la zona, con las farmacias, los centros médicos, las residencias de mayores y los asistentes sociales, para comprobar que toda el mundo se encuentra atendido y no les falta nada, en especial alimentos y medicinas”, destaca el sargento del Instituto Armado, al recordar que en su caso se encuentra en una zona de España muy despoblada donde sus vecinos tienen una media de edad muy avanzada y que en ocasiones se encuentran viviendo solos. Asimismo, cuenta David que también están en contacto con los directores de los centros educativos por si es necesario llevar material escolar a los niños que residen en localidades más alejadas y que sus familias no dispongan de medios para acudir al centro a recogerlo.

La Guardia Civil de Burgos entrega de material didáctico a alumnos de la provincia que lo necesitan en estos días
La Guardia Civil de Burgos entrega de material didáctico a alumnos de la provincia que lo necesitan en estos díaslarazonGUARDIA CIVIL

Crespo explica que en Laguna de Duero, donde trabaja, esta labor la hace principalmente Protección Civil, pero apunta que sí que han estado llevando medicamentos a personas mayores que viven solas así como yendo a muchas casas de particulares que han estado confeccionando mascarillas o cualquier otro tipo de material de protección para llevarlo después donde les dijeran, aunque especialmente a las residencias de ancianos del municipio, “que es donde más falta hacía este material”.

Hábitos distintos y más medidas de protección

Si algo ha cambiado también en las vidas de estos agentes es en las medidas de seguridad y prevención que tienen que llevar a cabo cada día y casi a cada paso que dan. Y no solo en su trabajo, sino también en su vida personal y familiar. “A nivel operativo, se han establecido patrullas formadas por dos componentes fijos para hacer de cortafuegos ante la posibilidad de que si un agente fuese contagiado sólo tenga que realizar una cuarentena preventiva su compañero de servicio, de esta manera se pretende conseguir que la eficiencia de la Unidad se resienta lo menos posible ante un contagio”, explica el sargento de la Guardia Civil.

En los vehículos disponen de varias mascarillas FFP2, guantes y gel hidroalcohólico de desinfección para manos. La mascarilla y los guantes las usan cuando una intervención va a requerir un contacto físico con alguna persona, y en caso de una actuación normal el protocolo a seguir sería mantener la distancia de seguridad recomendada y realizar dicha operación sin tocar ningún objeto. Y cuando terminan cada servicio se realiza una desinfección total del vehículo oficial y del material usado durante el mismo.

“Nuestra jefatura fue bastante previsora e incluso antes de empezar el estado de alarma se marcaron ya unos criterios de actuación para protegernos. Al ser una plantilla pequeña, si causan baja tres o cuatro agentes se descontrola la protección al ciudadano aquí. Y la verdad es que nos han dotado de material suficiente, guantes, mascarillas e incluso pantallas faciales gracias a la multinacional del automóvil Renault (FASA), que nos las ha proporcionado y nos viene muy bien”, explica, por su parte, el policía local de Laguna de Duero, quien cuenta también que puntualmente les desinfectan con ozono el coche patrulla, y que el ayuntamiento y muchos vecinos les han dotado de geles hidroalcohólicos y de otro tipo de material de proteccion. “La verdad es que no nos podemos quejar. ¿Que podríamos tener más? Pues a lo mejor, pero estamos suficientemente protegidos”, destaca Crespo.

A nivel personal esta pandemia también les ha cambiado la forma de actuar en casa. “Mi familia está confinada en casa como todas las personas, entienden mi trabajo y que pertenezco a un servicio esencial y necesario para el normal funcionamiento del país, confían en que no corro riesgos innecesarios donde me pueda contagiar y llevar el virus a casa”, afirma David Sierra, casado y padre de dos hijos, uno casi adolescente ya. “La preocupación está ahí -prosigue- ya que el riesgo cero no existe pero tampoco puedes pensar que estás infectado porque te impediría disfrutar de ella”. Por eso, cuando llega trabajar sigue las recomendaciones y consejos de las autoridades sanitarias dejando los zapatos fuera de casa, lavando la ropa de trabajo y desinfectándose las manos a menudo.

Miguel Crespo, policía local de la localidad vallisoletana de Laguna de Duero
Miguel Crespo, policía local de la localidad vallisoletana de Laguna de DueroLa RazónLa Razón

“He tenido que cambiar mis hábitos de higiene y protección en el trabajo, pero en casa también sigo el protocolo. Voy a trabajar con una ropa y cuando regreso a casa la dejo en el garaje, me cambio allí y subo a casa, y antes de ver a los míos -está casado y tiene tres hijos pequeños- me pego una ducha", señala asimismo Crespo, a la vez que asegura que intenta tener mucha higiene de manos y extremar las precauciones al máximo. Sobre todo al principio, cuando procuraba no estar muy cerca de la familia, hasta que les hicieron los test que ninguno de los catorce agentes que forman parte de la Policia Local de Laguna dio positivo. "La prueba nos ha dado bastante tranquilidad aunque no hay que bajar la guardia, porque el cornavirus sigue circulando por ahí”, advierte.

Tanto David como Miguel afrontan sus jornadas con respeto a un virus que saben de su fortaleza y virulencia, pero sin miedo y siempre dispuestos a actuar ante cualquier contratiempo. “Miedo como tal no le tengo a este coronavirus porque nos debemos a nuestro trabajo y si hay que intervenir en cualquier situación se interviene, tengas las consecuencias que tengas”, asegura el policía local, quien asegura que pasa más miedo cuando va comprar a un supermercado que cuando está vestido de uniforme trabajando. “Creo que lo importante es saber protegerse bien y no pasar por alto ningún detalle”, apunta.

Aliento de la población

De cara al futuro, David tiene claro que las costumbres han cambiado sobre todo en el modo de ver la vida, de comunicarnos entre nosotros y relacionarnos. Cree que el tiempo dirá cuanto dura esta situación y si podremos volver a la situación anterior, y asegura que lo más importante es hallar una vacuna para frenar esta pandemia. “Mientras tanto seguiremos con nuestros cometidos para hacer cumplir las leyes, mantener la seguridad ciudadana y en apoyo de los colectivos más vulnerables; es lo que hemos elegido y adoptaremos las medidas necesarias para evitar riesgos innecesarios, pero lo primero es ayudar a las personas”, asegura, contundente.

Una labor que no pasa desapercibida por la población, que estos días lo está reconociendo desde sus balcones, ventanas y terrazas cuando salen a mostrar su agradecimiento a los que se está jugando cada día la vida por ellos. “Notamos ese aliento de la gente y sé que nos valoran y apoyan más que nunca nuestro trabajo. Yo preferiría estar en mi casa en lugar de poner en riesgo a la familia u otras personas, no lo voy a negar, pero es mi trabajo y estoy orgulloso de poder ayudar al ciudadano en todo lo que pueda", destaca Miguel Crespo.

David cree que la mayoría de la gente entiende que están para ayudar y trabajando para hacer cumplir las medidas de confinamiento por el bien de todos, y cuando pasan con el coche sobre las ocho de la tarde por las calles vacías de Salas de los Infantes con los vecinos en sus balcones si que nota que aumentan la intensidad de esos aplausos cuando les ven. Es algo que les enorgullece, dice, y por ello se ven en el deber moral de devolverles el saludo por cortesía.

“Es un simple gesto con la mano, pero que es correspondido con muchos más aplausos y palabras de ánimo”, cuenta el guardia civil, que no quiere dejar escapar esta oportunidad para felicitar a sus compañeros por su labor, implicación y disposición para el servicio. También a todas y cada una de las personas que están colaborando, a todos los alcaldes, personal sanitario y de las residencias de mayores, farmacéuticos, bomberos y asistentes sociales y por supuesto a todos los vecinos de las poblaciones de mi demarcación. “Se están comportando de una manera excelente, adoptando las medidas ordenadas y aceptando las explicaciones que se les facilita cuando tienen alguna duda, haciendo que nuestro trabajo sea mucho más sencillo, algo que agradecemos profundamente”, finaliza.