Cultura
“Sábado 5 de mayo de 1962. Como todos los días la sirena del pozo marca la entrada del relevo de la mañana en el pozo María, en Caboalles de Abajo, León. Sin embargo, ningún minero entra a trabajar”. Con estas palabras da comienzo el libro ‘La primavera antifranquista. Lucha obrera y democrática en El Bierzo y Laciana (1962-1971)’, del historiador berciano Alejandro Martínez, que se presentó ayer sábado en las instalaciones de la Fundación Sierra Pambley en Villablino.
Este relato de una década de luchas, publicado por la editorial Marciano Sonoro, culmina una investigación que arrancó en 2017 y que trata de dar a conocer y reivindicar la memoria de los mineros bercianos y lacianiegos, grandes olvidados en la construcción del movimiento de oposición a la dictadura. “Quiero devolver este pequeño fragmento de la historia democrática a las personas que la escribieron”, explica el autor.
En ese sentido, el libro arranca su relato en las grandes huelgas de 1962, consideradas punto de inflexión en la lucha frente a la dictadura. Tras la represión de la posguerra y la desarticulación de las organizaciones y partidos obreros, el Plan de Estabilización aprobado por el régimen en 1959 y el consecuente endurecimiento de las condiciones económicas provocó un malestar que estalló espontáneamente en Asturias y que pronto se extendió a zonas como Laciana, Fabero, Ponferrada o el Bierzo Alto. Durante cerca de un mes, hasta 20.000 trabajadores de las dos comarcas llegaron a secundar una huelga que “por número, por impacto y por su papel como revulsivo” merece un lugar en la historia de la lucha antifranquista, defiende el historiador.
La protesta logró pequeñas conquistas que “quebraron la lógica de la derrota” imperante desde 1939 y abrieron el camino a nuevas formas de organización de la acción colectiva. “La conflictividad laboral les permite socializar la política para politizar la sociedad”, resume Martínez. Además, esta huelga vio nacer en Laciana a las primeras Comisiones Obreras permanentes, germen del actual sindicato CCOO, que empezaron a imponer prácticas entonces ilegales y propias de la democracia como la huelga, las asambleas o la elección de sus representantes. En 1962, 152 trabajadores de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP) protagonizaron en Villablino la primera asamblea democrática celebrada en la provincia desde 1936. “Obligaron al régimen a saltarse su legalidad, porque las reuniones, especialmente por motivos laborales, estaban prohibidas”, recuerda el historiador.
A lo largo de los años siguientes, los conflictos fueron “más localizados y más politizados”, de la mano de la táctica de infiltración en el Sindicato Vertical promovida por los líderes de la lucha antifranquista para aprovechar las grietas que ofrecía el régimen. En 1967, Fabero es escenario del primer encierro documentado en una mina de la provincia de León durante el franquismo y en agosto del 68 una protesta en Matarrosa del Sil involucra a estudiantes del Servicio Universitario de Trabajo (SUT), la iniciativa con la que el régimen pretendía acercar a los estudiantes a la realidad laboral.
Otro hito reflejado en el libro de Martínez es el encierro en el Pozo Julia de Fabero entre los meses de noviembre de 1969 y febrero de 1970. Considerada la huelga más larga del franquismo, ese año es recordado en la cuenca como ‘las navidades sin carbón’. El historiador también relata los duros golpes sufridos durante esos años por los dirigentes del Partido Comunista de España (PCE) en la comarca, con la desarticulación de la red que les ayudaba a huir a Bélgica y la detención de la cúpula local de la formación en diferentes puntos de Ponferrada, Fabero y Villablino.
Héroes y víctimas
En su relato, Martínez defiende que los protagonistas de estas luchas “son víctimas porque sufren la violencia represiva pero son héroes porque su papel fue clave en la lucha contra la dictadura”. “Los derechos de hoy descansan en esas luchas del pasado”, subraya el historiador, que aspira a rescatar con este libro “algunos episodios que pueden aportar enseñanzas democráticas para la sociedad de hoy”.
En ese sentido, el berciano defiende que la responsabilidad social del historiador no permite “ser equidistante entre quienes luchaban por la democracia y quienes defendían la dictadura o se aprovecharon económicamente de ella” y lamenta el papel secundario al que la historiografía relega en muchas ocasiones a esos trabajadores y la escasez de estudios históricos que aborden esta cuestión, frente a la proliferación de ensayos sobre las empresas mineras. “Hasta que los leones tengan sus propios historiadores, las historias de cacería seguirán glorificando al cazador”, asegura el autor, citando al escritor Eduardo Galeano.
La relevancia de la minería asturiana también extiende un manto de sombra sobre sus compañeros bercianos y lacianiegos, considerados en muchas ocasiones actores secundarios de una lucha de la que en ocasiones fueron vanguardia. Dando voz a los protagonistas de esas huelgas, a través de 16 entrevistas a hombres y mujeres de diferentes pueblos de las cuencas mineras, Martínez valora haber recuperado “testimonios que llegan a lugares oscuros que no aparecen en la documentación”.
El libro contrasta la información aportada en esas entrevistas con la existente en la Biblioteca Nacional, en el Archivo Histórico Provincial de León, en el Archivo Historia del Trabajo de la Fundación Primero de Mayo o en la documentación de la Asociación de Estudios sobre la Represión en León (Aerle). Además, los anexos incluyen varios documentos de la época, como escaletas de Radio Pirenaica, expedientes de detenidos, informes del Sindicato Vertical o recortes de periódicos clandestinos.
Vinculación personal con el sector
Licenciado en Historia por la Universidad de León (ULE), Martínez proviene de una familia de tradición minera y muestra con orgullo la cartilla de artillero que obtuvo tras participar en un curso sobre excavaciones subterráneas con explosivos de la Mina Escuela del Bierzo. El sector minero también protagoniza gran parte de su carrera como investigador, con el libro ‘De siervos a esclavos. 1843-1947. El primer siglo de minería en Fabero del Bierzo’, publicado en 2018, o el proyecto de divulgación ‘Nuestra Historia, El Bierzo y Laciana’, centrado en la memoria industrial, obrera y democrática de estas dos comarcas.
Además, en el año 2017 se alzó con un accésit en los III Premios de Investigación Antonio Estévez, organizados por el Instituto de Estudios Bercianos (IEB), con el trabajo ‘Del foro al campo de trabajo’ y en 2019 se proclamó ganador del primer premio de relatos ‘El mono azul’, organizado por Mundo Obrero con el texto ‘¿Futuro?’. Con este nuevo libro, Martínez busca arrojar luz sobre una etapa silenciada y rendir homenaje a los protagonistas que hicieron germinar la primavera antifranquista en las comarcas del Bierzo y Laciana.