Sucesos

El rey del “simpa” de Valladolid la vuelve a liar y ahora agrede a la Policía

Intenta nuevamente irse sin pagar de un establecimiento y acaba en Comisaría

Se ha convertido en una “auténtica” celebridad en Valladolid, pero está trayendo en jaque al sector hostelero de Valladolid. No es para menos, ya son casi una veintena de ocasiones en que este hombre, de 32 años, ha visitado las dependencias policiales vallisoletanos acusado de irse sin pagar el importe de comidas o bebidas que ha consumido. El clásico “simpa” de toda la vida, consistente en que entras en un establecimiento, pide lo que le parece y se va si avisar o sin pagar un euro. O pone excusas peregrinas de todo tipo, desde el “no tengo dinero” hasta “ya va a venir a pagar algún familiar”...

Y este jueves la volvió a liar. A lo largo del día, un establecimiento hostelero solicitaba nuestra presencia “ya que una persona que se dedica desde hace un tiempo a irse sin pagar, vuelve a intentarlo en un bar”, destacan en el twitter de la policía local. Y no contento con ello, el experto en “simpa” se negó a identificarse, agrediéndolos y amenazándolos gravemente por lo que fue detenido.

Y es que este individuo no coge cualquier cosa a la carta al azar, sino que se fija en los platos más caros y costosos a los que le gusta bañarlos con calimocho y whisky. Hasta la fecha se acumulan un total de casi 20 denuncias en cualquier rincón de Valladolid, que no se libra de la actitud de este personaje, y que tan pronto puede entrar en un bar de la Acera de Recoletos, como de La Rondilla, o en la misma Plaza Mayor. No sorprende que su rostro ya se haya convertido en un clásico entre los hosteleros de Valladolid que ahora miran con más atención a los clientes que piden.

Son muchas las ocasiones en que los establecimientos hosteleros han visto como algún cliente se ha hecho el orejas y se ha ido sin pagar. Unos de los casos más relevantes que se recuerdan en los últimos años ocurrió en León en el año 2017, en la localidad de Bembibre, cuando una familia celebraba un bautizo con 120 invitados, y con una factura que ascendía a 2.000 euros. Los invitados comenzaron a bailar la conga, saliendo por la puerta, y montando de inmediato en los coches. Ver para creer.