Toros
Una fuerte tormenta complica el segundo encierro de Cuéllar
Los toros de Partido de Resina se han ido disgregando durante por el recorrido, lo que ha aumentado la preligrosidad
Los encierros más antiguos de España, los de la localidad segoviana de Cuéllar, no están dejando indiferentes a nadie. El segundo de ellos, celebrado este lunes 29 de agosto, se ha presentado complicado, incluso con lluvia de tormenta, con los toros de la ganadería de Partido de Resina disgregados por el recorrido del campo y con uno de ellos que finalmente no ha accedido al tramo urbano del encierro, mientras que no se han registrado incidencias graves para los corredores y caballistas.
Fuentes municipales han informado de que, nada más salir de los corrales del Cega, el encierro ha salido complejo porque, inmediatamente, la manada se ha disgregado en dos y posteriormente otro animal se ha separado.
Por este motivo, el trabajo de los caballistas ha sido costoso en la zona de pinar que atraviesa el recorrido por el campo, de unos cinco kilómetros en total.
La conducción hasta la zona conocida como ·El embudo”, donde comienza el recorrido urbano de 1,5 kilómetros, tampoco ha sido tranquila porque primero entró un toro suelto y después el resto del grupo, comenzando a llover en ese momento.
Sin embargo una de las reses ha vuelto sobre sus pasos y se ha dirigido de nuevo hacia la ruta campestre, por lo que ha tenido que ser anestesiado y cargado en un camión municipal, para trasladarlo a los corrales.
De momento no se ha informado sobre el parte de enfermería, aunque no consta ningún incidencia grave, según miembros de la Asociación Encierros de Cuéllar. Las reses serán lidiadas esta tarde por los diestros Fernando Robleño, Manuel Escribano y Damián Castaño.
Diosleguarde, estable tras cornada
Por otra parte, el diestro Manuel Diosleguarde permanece “estable, intubado y sedado” en el Hospital Clínico de Valladolid, donde en la madrugada de este lunes 29 de agosto fue operado de urgencia y por espacio de “cinco horas” de la gravísima cornada sufrida en Cuéllar, que le partió la arteria femoral y la vena safena.
E joven espada salmantino, de 23 años, se encuentra ingresado en la unidad de reanimación y cuidados críticos de adultos (REA) a la espera de un parte médico oficial, aunque los médicos que han llevado a cabo la operación confirman que la situación “está controlada” dentro de la extrema gravedad, ha informado a EFE uno de los apoderados del torero, José Ignacio Cascón.
La intervención de Diosleguarde, que fue estabilizado en un primer momento en la misma enfermería de la plaza, duró cerca de cinco horas y finalizó bien entrada la madrugada, y en ella los doctores tuvieron que realizarle un baipás para reconstruir los daños en los vasos seccionados por el pitón del sexto toro de Cebada Gago.
El apoderado del torero califica de “fundamental” el trabajo realizado por los servicios médicos de la plaza de toros de Cuéllar para que la situación no hubiera ido acabado en tragedia: “Si esta cornada le pasa en cualquier portátil, sin enfermería adecuada ni médicos especializados en este tipo de cornadas, no lo cuenta”.
Manuel Diosleguarde, que hacía su cuarto paseíllo como matador de toros, fue cogido a la hora de entrar a matar al sexto toro de la corrida de este domingo 28 de agosto en Cuéllar, de la ganadería de Cebada Gago.
El torero entró muy recto con la espada y el animal lo prendió de manera certera por el muslo derecho, dejándolo suspendido en el aire con el pitón dentro durante varios segundos.
”Fueron unos momentos de muchísima angustia. Nos asustamos y más cuando desde la enfermería de la plaza no nos decían nada durante la hora que estuvo dentro. Las caras de la cuadrilla y de los familiares que estaba allí eran de muchísima preocupación, porque sabíamos perfectamente que la cornada era muy fuerte”, añade Cascón.
El primer parte médico rezaba lo siguiente: “cornada en cara interna del muslo derecho de 25 centímetros, con trayectoria descendente y posterior por debajo de triangulo de Scarpa con extensa afectación del vasto interno del cuádriceps y sangrado de safena y de ramas de la femoral superficial”.
Después de realizar un clampaje de la femoral y de suturar la safena interna, fue trasladado, sedado y ya intubado, al hospital de Valladolid, a poco más de 50 kilómetros de la localidad de Cuéllar, donde permanece ingresado a la espera de evolución.
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