Cine

El cineasta leonés Chema Sarmiento recibe la Espiga de Honor de la Seminci

El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo critica las “desviaciones ideológicas” de este festival

El guionista Chema Sarmiento recibe la Espiga de Honor de la 67 Semana de Cine de Valladolid junto al vicepresidente de la Junta, Juan García Gallardo
El guionista Chema Sarmiento recibe la Espiga de Honor de la 67 Semana de Cine de Valladolid junto al vicepresidente de la Junta, Juan García GallardoLeticia Pérez/IcalAgencia ICAL

El cineasta leonés Chema Sarmiento, autor del películas como El filandón y Viene una chica, recibió la Espiga de Honor de la Semana Internacional de Cine de Valladolid como reconocimiento a su larga e interesante trayectoria cinematográfica, que se inició a principios de la década de los 80 con el mediometraje Los montes.

El realizador berciano recibirá el galardón honorífico este lunes en el teatro Zorrilla como acto central del Día del Cine y el Audiovisual de Castilla y León que se celebra ese día. Una entrega que tuvo lugar durante la Gala del Cine de Castilla y León, donde se proyectaba la copia restaurada de su película El filandón (1984).

Chema Sarmiento fue recibido por el director de la Seminci, Javier Angulo, así como por la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid, Ana Redondo, y el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, quien asistió acompañado por la directora general de Políticas Culturales, Inmaculada Martínez.

Allí, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, aseguró que la Semana Internacional del Cine de Valladolid (Seminci) se ha desviado en los últimos años de su “esencia”, al apostar por “algunos proyectos puramente ideológicos, que estaban dirigidos a proveer de una ingeniería social de género y verde”, que recordó el Gobierno autonómico no respalda con su subvención de 250.000 euros.

García Gallardo, que asistió en el Teatro Zorrilla a la Gala del Cine y el Audiovisual de Castilla y León, dentro de la programación de la 67 edición de la Seminci, aseguró que han visto cómo en la programación del festival se ha incluido alguna sección como la referida al cambio climático, que consideró “se desviaba” de la “finalidad original” de la Seminci.

Aunque reconoció que sigue existiendo, matizó que en esta edición no ha sido subvencionada por la Consejería de Cultura. El resto de los apartados de la programación, dijo, les parece “estupendo”, porque remarcó el festival es un proyecto “imprescindible”, por la “afluencia” de público, la “expectación” que genera, los visitantes que atrae y el conocimiento que promueve de Valladolid “al mundo”.

Asimismo, el vicepresidente reconoció que la Seminci es un” proyecto cultural imprescindible” para Castilla y León y con una “larga trayectoria”, que recordó ha contado con el apoyo de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, que gestiona Vox, con 250.000 euros, que añadió van dirigidos a financiar “gran parte” de las secciones del festival.

Resumen tercera jornada

La tercera jornada de la 67 Semana Internacional de Cine de Valladolid deparó una nueva mirada muy diversa al cine de autor que se está filmando en todo el mundo, con un programa triple en la competición oficial que incluyó ‘Nada’, una fábula con carga de profundidad en torno al nihilismo en la adolescencia, dirigida por los daneses Trine Piil y Seamus McNally; la tragicomedia teñida de realismo mágico ‘Alma viva’, de la francesa de ascendencia portuguesa Cristèle Alves Meira; y el fascinante relato sobre la amistad ‘Las ocho montañas’, un auténtico canto de amor a la naturaleza con la firma de los belgas Felix van Groeningen y Charlotte Vandermeersch.

El día arrancó a primera hora con ‘Nada’, la adaptación a la gran pantalla de la novela homónima de Jane Teller, todo un superventas internacional que desató no pocas polémicas cuando irrumpió en el mercado editorial. “Nada importa. Hace mucho que lo sé. Así que no merece la pena hacer nada. Eso acabo de descubrirlo”. Son cuatro frases que se instalan a modo de mantra en la cabeza de Pierre Anthon, un chico de catorce años que, para sorpresa de sus compañeros de curso, decide abandonar la escuela y aislarse en lo alto de un árbol al concluir que la existencia no tiene ningún sentido. Es partir de entonces cuando el resto de estudiantes se embarca en una cruzada por intentar convencerle de todo lo que tiene sentido en la vida, aunque el proceso no será tan sencillo como imaginaban.

‘Nada’, un impactante “cuento de esperanza y luz”, en palabras de su autora, ha llegado ahora a la gran pantalla de la mano de los realizadores Trine Piil y Seamus McNally, que en clave de cruda fábula invitan a reflexionar sobre cuestiones como el sentido de la vida, la pertenencia a un grupo, los fanatismos, la desconexión intergeneracional, la privacidad, el amor de juventud o la soledad que envuelve la difícil transición hacia el mundo adulto.

La película invita al espectador a reflexionar sobre su escala de valores mientras le va sumiendo en una escalada de violencia que le golpea. Con ligereza y sin elevadas pretensiones narrativas, se ciñe al relato original, sin despegarse en demasía de él, algo que le impide volar más alto de lo que hubiera podido. Quizá lo menos logrado es la integración del mundo adulto en el microcosmos preadolescente en torno al cual gira el relato. La irrupción de la policía o los roles de los padres resultan demasiado forzados, como tampoco creo que resuelve bien el desenlace final, quizá algo precipitado y naif.

La directora y guionista Trine Piil, protagonista este lunes en Seminci.
La directora y guionista Trine Piil, protagonista este lunes en Seminci.SEMINCISEMINCI

La codirectora Trine Piil defendió hoy en Valladolid el estreno del film en España, y señaló que descubrió el libro de Teller por casualidad una Navidad en Londres, y contó que lo leyó en una cama minúscula de su sobrina, tras lo cual comenzaron un proceso muy trabajoso para conseguir los derechos para adaptarla al cine. “Está lleno de cuestiones filosóficas con un planteamiento muy atractivo. Gira en torno a la cuestión fundamental de qué es lo que importa en la vida. No es una pregunta sencilla, es algo difícil de responder y creo que me moriré sin encontrar la respuesta”, apuntó.

En declaraciones recogidas por Ical subrayó que le “encanta que esté contada a través de ellos ojos de unos adolescentes”, y cuestionada sobre la perenne y llamativa ausencia de los padres a lo largo del metraje, explicó que “fue algo deliberado”, una decisión que responde a la realidad de que “muchas veces los padres prefieren no saber lo que hacen sus hijos” y “no enfrentarse a la realidad”.

Una mirada infantil a la magia

“Los vivos cierran los ojos a los muertos, pero muchas veces son los muertos quienes abren los ojos a los vivos”. La frase es de ‘Alma viva’, el notable debut en el largometraje de la cineasta francesa de ascendencia portuguesa Cristèle Alves Meira. La película es una declaración de amor a la tierra de sus padres, que se despliega ante el espectador en clave de tragicomedia con tintes de realismo mágico.

La clave del film es la pequeña Salomé, interpretada excepcionalmente por Lua Michel (la hija de la directora), cuyos ojos miran la realidad que le rodea con asombro y fascinación. Esos ojos son lo primero que contemplamos en el film, antes de que el montaje dé paso a un plano subjetivo de lo que observan, la muerte de un familiar cercano, al que las mujeres de la casa velan con aflicción.

Escena de la película 'Alma viva'.SEMINCI24/10/2022
Escena de la película 'Alma viva'.SEMINCI24/10/2022SEMINCISEMINCI

La película pone en el mismo plano las caras opuestas de una moneda: la muerte y la vida, la alegría y el dolor, la solidaridad y la inquina… Todo se conjuga y convive en esta tragicomedia que ha sido elegida por Portugal para representar al país en la carrera por el Óscar a la mejor película de habla no inglesa.

“Estoy muy honrada y orgullosa. No lo esperaba. Esta película cuenta la historia de mis padres y de tantas familias como la suya, que tuvieron que emigrar para ganarse la vida. Estoy muy contenta de que se vaya a ver por todo el mundo”, subrayó sobre un film que tuvo su estreno mundial en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes.

En declaraciones recogidas por Ical, la cineasta explicó que le gusta construir historias de una forma naturalista, donde todo resulte “verosímil” y “muy real”, si bien aclaró que en el rodaje no hubo margen para la improvisación, y “todo estaba escrito y muy definido de antemano”. “Admiro mucho a Abbas Kiarostami. Es un ejemplo para mí. Él era capaz de conseguir que lo ordinario pareciera extraordinario de una forma magistral”, explicó.

En su película, son los personajes femeninos los que soportan el peso del relato. La narración se articula en torno a la muy especial relación que tiene la pequeña Salomé con su abuela, a quien muchos en el pueblo consideran bruja, y que advierte a la niña de los “terribles poderes” que esta tiene gracias a su particular don: es un cuerpo abierto donde se pueden aposentar los espíritus. Cuando la anciana fallece, la niña está convencida de que es una vecina enemiga quien la ha envenenado, y no tardarán en salir a la luz las encarnizadas rivalidades entre ambas familias.

El hombre y la tierra

La jornada se cerró con ‘Las ocho montañas’ otra adaptación literaria, esta vez de la novela homónima de Paolo Cognetti, Premio Strega en Italia y premio Médicis a la mejor novela extranjera publicada en Francia hace apenas cuatro años. La voz en off de Pietro (Luca Marinelli) da la bienvenida al espectador de ‘Las ocho montañas’, una historia sobre la amistad, la conexión del hombre con la naturaleza y el complejo proceso de la búsqueda de tu lugar en el mundo.

Charlotte Vandermeersch, codirectora y coguionista de 'Le otto montagne', que supone la adaptación de la novela homónima de Paolo Cognetti
Charlotte Vandermeersch, codirectora y coguionista de 'Le otto montagne', que supone la adaptación de la novela homónima de Paolo CognettiSEMINCISEMINCI

El film, que se alzó con el Premio del Jurado en la última edición de Cannes (ex aequo con ‘EO’, de Jerzy Skolimovski, que también compite ahora en Valladolid), arranca en el verano de 1984, cuando los padres de Pietro, un joven urbanita de Turín, alquilan para pasar el verano una casa en Grana, un pequeño pueblo de montaña en los Alpes, donde por ironías de la vida solo vivía un niño: Bruno.

A través del tiempo, con encuentros y desencuentros, el film dibuja la formación y consolidación entre ambos de una amistad muy especial, y deja apuntes de la difícil relación que Pietro mantiene con su padre. El paso del tiempo llevará la relación entre ambos a nuevos estadios, por las antagónicas forman que cada uno de ellos tiene para relacionarse con su entorno, un enclave natural apabullante y omnipresente, que marcará las vidas de los dos.

Charlotte Vandermeersch explicó en Valladolid que su compañero, Felix van Groeningen, recibió la propuesta de adaptar el libro tras rodar ‘Alabama Monroe’ y ‘Beautiful Boy’. “Los productores italianos que tenían los derechos no querían a un director local, querían un director internacional y filmar la película en inglés. Pero cuando leímos la historia nos dimos cuenta de que se trata de un libro muy auténtico, narrado de una forma muy especial y les convencimos de mantener el idioma original. Es una historia muy épica, que sigue el desarrollo de la amistad entre dos hombres durante 30 años, y está llena de sensibilidad y honestidad, pena y alegría, como la vida misma. Las cosas suceden pero no con el desarrollo común de una trama, sino como la vida”, señaló.

Sobre la decisión de filmar la película en 4:3, la cineasta explicó que la intención inicial al aproximarse al proyecto era “rodarlo en Scope, con formatos muy panorámicos que pudieran reflejar la grandeza del paisaje en las montañas”. Sin embargo, “durante la preparación del film estuvieron repasando fotos y nos dimos cuenta de que la montaña respiraba de otra forma en ese formato cuadrado, y funcionaba muy bien porque le daba más altura a la montaña y nos permitía situar a los personajes siempre en relación con ella”. En ese sentido, detalló que han filmado con lentes de alta definición pero en un formato antiguo, que “absorbe a los personajes”.