Sociedad
Carlos Umaña alerta de que “estamos ante el riesgo más alto de la historia de que se inicie una guerra nuclear a gran escala”
El Premio Nobel de la Paz 2017 pronuncia en la Universidad de Burgos la conferencia ‘El desarme nuclear humanitario: un imperativo global urgente y posible’
El Premio Nobel de la Paz 2017, Carlos Umaña, alertó, en Burgos, de que “estamos ante el riesgo más alto de la historia de que se inicie una guerra nuclear a gran escala”. Lo hizo durante la conferencia “El desarme nuclear humanitario: un imperativo global urgente y posible” que pronunció este miércoles 16 de noviembre en el Aula Magna de la Universidad de Burgos (UBU).
En este sentido, este activista contra de las armas nucleares y copresidente de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear, Premio Nobel de la Paz en 1985, y directivo de la Campaña Internacional para abolir las Armas Nucleares, que ganó el mismo premio en el año 2017, apuntó que, “de las 12.000 armas nucleares que hay en el mundo, unas 1.800 están en alerta máxima, es decir, están apuntando a ciudades y están listas para ser detonadas en minutos”.
“Es una situación bastante preocupante”, advirtió, al tiempo que señaló que “si salimos ilesos” de esta situación, “tiene que conducirnos al desarme nuclear”. Así, consideró que “lo bueno de todo esto, si que hay que buscar algo bueno, es que la gente está abriendo los ojos sobre lo que significa realmente tener armas nucleares”.
Porque, en su opinión, “esta crisis actual no es algo casual, no es porque Putin sea una persona particular” sino que “es la consecuencia lógica de lo que implica la tenencia de las armas nucleares”. “Esta amenaza existencial tenemos que eliminarla de una vez por todas y necesitamos un cambio de paradigma y para ese cambio de paradigma necesitamos que se involucre la mayor cantidad de gente posible”, subrayó.
Desde 2013, su trabajo se ha centrado en hacer campaña para concienciar sobre el impacto humanitario de las armas nucleares y en conseguir el apoyo social y político para el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN). Ha trabajado estrechamente con gobiernos, incluso como parte de la delegación costarricense, en varias conferencias gubernamentales relacionadas con armas nucleares, y también ha organizado conferencias regionales y mesas redondas con políticos, activistas y redes regionales de organizaciones por la paz.
La ponencia que pronunció versó sobre las consecuencias de las armas nucleares y sobre lo que se puede hacer al respecto. “El desarme nuclear es un imperativo urgente y es algo en lo que tenemos que participar absolutamente todos los ciudadanos del mundo”, advirtió. En esta línea, se mostró esperanzado y subrayó la importancia de que se esté construyendo un movimiento, como la Campaña Internacional para abolir las Armas Nucleares, al que le fue concedido, recordó el Premio Nobel de la Paz en 2017 por concienciar al mundo sobre las consecuencias humanitarias de las armas nucleares y por los esfuerzos revolucionarios en conseguir una prohibición de armas nucleares a través del TPAN.
Un tratado, del que resaltó que “está avanzando”, que “se convirtió en ley internacional el año pasado” y que “está avanzando en su universalización y la estigmatización de las armas nucleares”. Por ello, entendió que “es posible” es desarme nuclear, si bien reconoció que “es un camino que requiere mucho esfuerzo” pero que “es posible” y “es la única opción compatible con la vida sobre la tierra”. “O es el fin de las armas nucleares o es nuestro fin”, concluyó Umaña.
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