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Turismo

Los internautas eligen estos cinco preciosos pueblos medievales como los mejores para disfrutar del verano en España

Destacan su rica gastronomía, su valioso patrimonio y su magia capaz de transportarte a otra época

La localidad burgalesa de Frías Ayuntamiento de FríasAyuntamiento Frías

El verano es la época del año ideal para conocer nuevos rincones de España. Muchos son los lugares por descubrir pero los internautas han seleccionado los cinco mejores pueblos para disfrutar de la época estival en nuestro país, por su rica gastronomía, su valioso patrimonio y por contar con esa magia capaz de transportarte a otro periodo.

Las villas más impresionantes de nuestro país, y las más visitadas, son las que se han quedado en la Edad Media. Y es que la historia medieval de España es la denominación historiográfica de un periodo de más de mil años, entre los siglos V y XV, en el marco territorial completo de la Península Ibérica.

Como hitos inicial y final suelen considerarse las invasiones germánicas de 409 y la conquista de Granada de 1492. El reino visigodo, a partir de la batalla de Vouillé (507), abandonó su presencia en Galia y se centró en las antiguas provincias romanas de Hispania. Fracasado el intento de construir una sociedad dual, en la que la minoría visigoda se mantuviera rígidamente separada de la mayoría hispanorromana, a partir del III Concilio de Toledo (589) se fomentó la construcción de una sociedad y cultura comunes, con un gran peso de las instituciones eclesiásticas, bien adaptadas a las estructuras pre-feudales que se venían imponiendo paulatinamente desde la época tardorromana.

Las debilidades internas no desaparecieron, permitiendo el rápido éxito de la invasión árabe de 711, que inauguró una prolongada presencia musulmana en España, redenominada como al-Ándalus. En el periodo del Califato de Córdoba (929-1031) alcanzó su cumbre, convirtiéndose en una potencia económica y militar e iniciando una verdadera "edad de oro" cultural que se prolongó mucho más allá de su desaparición como entidad política, según recuerda Wikipedia.

El surgimiento, consolidación y crecimiento de los reinos hispanocristianos convirtieron ese periodo de ocho siglos, desde su punto de vista, en una "Reconquista" y "Repoblación" de todo el espacio peninsular, al que ya se denominaba "España" en las nacientes lenguas romances.

Hasta el siglo XI el predominio fue claramente musulmán. En la Plena Edad Media (el periodo de las cruzadas), entre la conquista de Toledo (1085) y la batalla de las Navas de Tolosa (1212) la situación pasó por distintos puntos de equilibrio, pues los espectaculares avances cristianos conseguidos ante la división andalusí en taifas fueron frenados e incluso revertidos en los momentos en que los imperios norteafricanos almorávide y almohade impusieron su unificación bajo un rigorismo religioso.

Las décadas centrales del siglo XIII presenciaron decisivas conquistas cristianas, que dejaron el territorio musulmán reducido al emirato nazarí de Granada, mientras que la estructura territorial peninsular conformaba la denominada "España de los cinco reinos" (el de Granada, el de Portugal, el de Navarra y las Coronas de Castilla y de Aragón).

La unión de los Reyes Católicos y su compleja política matrimonial permitió, en el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna, la construcción de una Monarquía Hispánica cuya naturaleza y niveles de integración son, en sí mismas, otro problema historiográfico. Simultáneamente se desarrollaba la Era de los Descubrimientos, cuyo primer beneficiario fue Portugal, que para esa época podía ser vista como la primera monarquía autoritaria de Europa occidental en constituir un Estado moderno (o nación-Estado), condición que se disputa con la propia España (de cuyo destino común no se separó hasta 1640) y los reinos de Inglaterra y Francia.

De ese periodo muchos pueblos preciosos han llegado a nuestros días, y se ha convertido en el “paraíso” de los turistas. Pues cinco de ellos son los preferidos para disfrutar del verano.

Frías (Burgos)

Declarada Bien de Interés Cultural en 2005, Frías es una ciudad medieval levantada en lo alto de un cerro, y está considerada como la ciudad más pequeña del mundo. Sus calles son estrechas y desiguales y a ambos lados se disponen las casas adosadas entre sí, algunas de las cuales parecen colgadas sobre el cortado rocoso. La ciudad estaba protegida por una muralla del siglo XIII y contaba con tres puertas: la de Medina, la del Postigo y la de la Cadena.

Entre sus atractivos patrimoniales destacan:

Puente medieval

Construido aprovechando la roca que afloraba por el río, era paso obligado de la vía comercial que unía la meseta y la costa cantábrica. Así, en el siglo XIV se construyó una torre para controlar el paso y cobrar el impuesto de portazgo. Tiene 143 m de largo y casi cuatro de ancho y está formado por nueve arcos, siendo los centrales apuntados y el resto rebajados.

Castillo de los Duques de Frías

Es la construcción más alta de la ciudad y la más espectacular. Se comenzó a edificar en el siglo XII con un carácter defensivo, así, parte de sus ventanas se encuentran rematadas con columnas de capiteles románicos. El conjunto se compone de una elevada torre del homenaje y, en torno a ella, un amplio patio de armas con restos de antiguas dependencias y rematado en altos muros almenados. En el exterior se aprecia el foso excavado en la roca. Está declarado BIC desde 1949.

Iglesia de San Vicente

Situada en el cortado rocoso de la ciudad, tiene un origen románico aunque con reformas y añadidos posteriores como la torre, levantada a comienzos del siglo XX tras la caída de la anterior. En el siglo XIV y XVI se añaden dos capillas: la del Santo Cristo y la de la Visitación, en el interior de ambas existen importantes obras de arte como varios sepulcros renacentistas y las pinturas del retablo, atribuidas a Juan de Borgoña.

Rollo de Justicia

Está situado a la entrada del casco histórico y fue declarado BIC en 1963. Los rollos de justicia son columnas de piedra que representaban la categoría administrativa del lugar o el enclave elegido para la condena y castigo de los presos.

Pedraza (Segovia)

La configuración geográfica de Pedraza favorece un asentamiento temprano; hay indicios de población prehistórica en los valles que arropan al río Cega y se han encontrado restos junto a la actual explanada del castillo de cerámica hecha a mano que hacen suponer que la propia roca donde hoy se asienta Pedraza estaba ya habitada hacia el siglo IV a. C. por un núcleo de población celtibérica. Pero hay que dar un salto a la Edad Media, para encontrar datos más fiables; en el siglo XI se produce la Reconquista definitiva y queda definida la frontera entre Castilla y Al-Andalus.

Los siglos XVI y XVII corresponden a la época de mayor esplendor de Pedraza, gracias a la cabaña de ovejas merinas y al Honrado Concejo de la Mesta, una tupida red de cañadas para facilitar el tráfico ganadero que llegó a controlar tres millones de cabezas. Los talleres segovianos se hicieron famosos en toda Europa y la lana castellana abastecía talleres de Brujas y Florencia; en La Velilla aún en el siglo XIX subsistían un lavadero de lanas y dos batanes.

Como consecuencia del proceso de despoblación del campo que marca los inicios del siglo XX y que continuará agravándose hasta bien pasada su primera mitad, las casas quedan abandonadas expuestas a la ruina y se venden a bajo precio. Éste es el factor que contribuyó a dar un giro a la situación, a que se produjera el golpe de péndulo al retorno, que en Pedraza se inició en los años sesenta consolidándose ya en los ochenta; la gente de la ciudad compraba y restauraba casas para convertirlas en segunda residencia, y ese flujo cada vez mayor de urbanitas que llegan a la zona en fines de semana y festivos impone un esquema y un ritmo económico diferentes a los tradicionales.

El pulso inusitado recuperado por Pedraza es un mérito reconocido por la Fundación internacional Europa Nostra, que en 1996 concedió a Pedraza un diploma "por la recuperación de la vida de esta Villa Medieval amurallada, mediante una respetuosa rehabilitación de sus viejos edificios, con la frecuente colaboración de la iniciativa privada". Desde 2014, también forma parte de la Asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España. Su grandiosa arquitectura ha hecho que fuera elegida como el Pueblo Más Bello de Castilla y León 2019.

Entre sus atractivos destacan:

Cárcel de la Villa

Es un edificio señero situado en la misma puerta de entrada al recinto amurallado, mantenido y explotado por la Fundación, que se encarga de organizar su visita turística guiada, mostrando al visitante los secretos de este lugar histórico y sus curiosidades a lo largo de los siglos.

Castillo

Uno de los castillos más antiguos de Europa, casa de los Condestables de Castilla durante siglos y testigo directo de la prisión de los hijos del Rey de Francia, Francisco I. En 1925 el pintor eibarrés Ignacio Zuloaga adquirió esta histórica fortaleza y la convirtió en su segunda residencia y estudio de pintura durante años. En la actualidad pertenece a un nuevo grupo de propietarios que lo quieren convertir en un referente turístico.

Puerta de la Villa

Es la única puerta de entrada y salida a Pedraza, otorgando a la localidad de una envidiable defensa, durante siglos.Sus dos portones son de madera de álamo negro.

Una reciente restauración ha devuelto a la puerta su coquetería mudéjar, que estaba oculta tras un tosco enlucido. A ambos lados de la puerta, se puede apreciar un bonito esgrafiado en sus muros. El escudo que protagoniza su fachada exterior es el de los Fernandez de Velasco, señores de la Villa durante cuatro siglos.

Fue torreón defensivo, y posteriormente albergó el edificio de la Cárcel, hasta el año 1890, siendo sus muros testigos de muchas historias, contadas hoy algunas de ellas en las visitas guiadas que realiza la Fundación Villa de Pedraza.

Plaza Mayor

Para muchos, es una de las Plazas más bonitas de España; irregular en su forma y creada para que las familias nobles de la Villa disfrutaran desde sus balcones, de los festejos taurinos celebrados desde 1550.

A día de hoy, sigue transformándose en plaza de toros, luciendo sus mejores galas durante las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de Carrascal, del 6 al 11 de Septiembre. Pocas familias fueron las privilegiadas de vivir en esta Plaza, conservándose todavía sus palacios y casonas datadas en los siglos XVI y XVII, presididas en su conjunto por imponentes fachadas y elegantes escudos de armas, encargados de recordarnos hoy,a quién pertenecieron entonces. Sin duda alguna, el corazón de Pedraza se encuentra en su Plaza Mayor, un lugar de encuentro, único y cargado de historia.

Iglesia de San Juan Bautista

La Iglesia de San Juan Bautista es de origen románico y fue construida en el siglo XIII. Sus puntos visibles del románico desde el exterior son la torre de doble arquería y el ábside. Tras sus diversas remodelaciones se añadieron nuevas partes a la iglesia. Además, con el paso de los años el interior de la iglesia fue evolucionando según las distintas épocas introduciéndose retablos barrocos, encalando las paredes que han ocultado las pinturas originales de la iglesia, adornando el techo con formas de escayola…

La iglesia consta de dos capillas en las que se ofician las misas. Una pequeña que se utiliza en invierno, la cual está dedicada a la virgen del Carmen, y la capilla principal que se usa en la época de más calor. Es la única Iglesia de Pedraza abierta al culto, y abre únicamente los domingos, a misa de 13:15 horas y algunos días festivos siempre para el culto.

Iglesia de Santa María

Es el tempo más cercano al Castillo, donde los Condestables de Castilla celebraron sus ceremonias religiosas durante siglos. Aunque su estado actual de conservación no es muy bueno, debido a su abandono en el Siglo XIX, se pueden apreciar en ella elementos de diferentes épocas.

Se puede observar su alta Torre del campanario y el ábside semicircular románico de la nave norte, junto con ventanas de medio punto y geminadas. También se mantiene la puerta que conserva completas las piedras labradas de las jambas y del arco. Pertenece al igual que el Castillo a la Familia Zuloaga, ya que Don Ignacio compró las dos fortalezas en 1925. De manera puntual se realizan en ella exposiciones de arte y de artesanía.

Iglesia de Santo Domingo

Este templo fue suprimido como parroquia entre 1840 y 1845. Merced a los resultados de los Conciertos de las Velas, la Fundación Villa de Pedraza adquirió en 1998 el citado inmueble situado en la antigua judería de la población. La Fundación Villa de Pedraza acometió después del desescombro, con seguimiento arqueológico, llevado a cabo en 2006, importantes obras de consolidación, restauración y rehabilitación del inmueble.

Actualmente la Fundación dispone de un lugar de divulgación cultural y de actividad económica, constituyendo un espacio polivalente abierto a todos los pedrazanos y visitantes. Adaptable a las necesidades donde priorizar sus acciones a favor de la diversidad. Dispone de varias salas y espacios además del destinado para la sede de la Fundación.

Desde el año 2012 el Centro ha venido acogiendo celebraciones privadas e institucionales, exposiciones, ferias, conferencias, presentaciones y reuniones de diverso tipo.

Ermita de San Pedro

Es un pequeño templo románico convertido en una vivienda particular con el paso de los años. Su ubicación, cerca del aparcamiento de la Villa, hace que curiosamente pase desapercibido para muchos visitantes.

Albarracín (Teruel)

Albarracín es un lugar único. Pasear por sus calles, recorrer su muralla y adentrarse en sus monumentos es como hacer un viaje al medievo. El visitante admirará cada rincón, sus casas de color rojizo, sus puertas y llamadores, sus diminutas ventanas con visillos de encaje o sus balcones corridos en rica forja y de madera tallada.

El precioso legado arquitectónico y urbanístico de Albarracín transpira encanto y sosiego. Entre sus atractivos destacan su Plaza Mayor, que es donde se encuentra el Ayuntamiento, es un buen lugar para que comenzar la visita por este pintoresco pueblo, que alberga un buen número de monumentos y museos interesantes, como la catedral, las iglesias de Santiago y Santa María, la Casa-Museo Noble de la familia Pérez y Toyuela, el Museo Municipal y el Museo Diocesano. No te pierdas si vas con niños el Museo del Juguete.

Sigüenza (Guadalajara)

Sigüenza está situada en la provincia de Guadalajara, en el alto valle del río Henares conocido como el «valle de Sigüenza». Estratégicamente emplazada sobre el valle cumplió una gran función defensiva durante la Edad Media. Visitar la ciudad de Sigüenza es vivir su historia a lo largo del tiempo. Recordando en primer lugar su pasado celtibérico, romano, visigodo y musulmán; y disfrutando a continuación de su centro histórico medieval que cautiva a primera vista, con su castillo en lo más alto del cerro de su asiento, sus calles estrechas (las Travesañas), la Casa del Doncel (Martín Vázquez de Arce); y las dos iglesias de San Vicente y Santiago. De esta época quedan restos de los lienzos, torreones y puertas de dos murallas.

En la Plaza Mayor renacentista los visitantes se encuentran con la majestuosa fachada meridional de la Catedral, que alberga en su interior obras de varios estilos artísticos. Recorriendo Sigüenza el turista se puede sorprender al descubrir un Ensanche renacentista amurallado, una calle monumental barroca, y un barrio ilustrado cuajados de edificios de diversos estilos. Todo ello se complementa con el pulmón verde de la Alameda neoclásica, lugar de tertulias, reuniones y fiestas.

Besalú (Girona)

La villa de Besalú está situada en un importante y tradicional cruce de caminos al este de la Garrotxa. Bisuldunum, su nombre original, era una fortaleza entre dos ríos: el Fluvià, al sur y el Capellades, al norte.

Fue sede de un importante condado independiente. Cuenta con un conjunto histórico-artístico medieval considerado como uno de los más bien conservados de Catalunya. Forman parte de este conjunto la antigua iglesia del monasterio de Sant Pere del siglo XII, de la que destaca la originalidad de su deambulatorio; la iglesia de Sant Vicenç del siglo XII, donde se conserva una capilla gótica lateral dedicada a la Vera Cruz; la fachada de la antigua iglesia hospital de Sant Julià del siglo XII; la casa de Cornellà, monumento románico del siglo XII y la sala gótica de la Cúria Real. Destaca toda la judería, y en especial el Miqvé.

El Miqvé o casa de baños rituales de Besalú es, junto con el de Girona, el único rencinto de baños judíos descubierto hasta ahora en la Península Ibérica. Se trata de una casa de piedra con bóveda de cañón, típicamente románica, del siglo XII. El majestuoso puente románico sobre el río Fluvià es otro de los vestigios del Condado de Besalú, que junto con el de Barcelona, Ripoll y el de Girona, vio el nacimiento de la nación catalana. No sólo por los monumentos se tiene que valorar Besalú, sino también por el aire medieval que ofrecen sus calles llenas de recuerdos.