Sanidad
La nueva estrategia de Atención al Paciente Crónico de la Junta beneficiará a dos millones de personas afectadas
Los avances tecnológicos van a permitir acercar los recursos a la población, sobre todo en el ámbito rural
El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez Ramos, ha presentado la nueva 'Estrategia de Atención al Paciente Crónico, Visión 2024-2030: la importancia de un enfoque integral y centrado en la persona', que tiene como objetivo principal responder a uno de los mayores retos de la salud pública del siglo XXI. También reconoce expresamente la necesidad de respuestas específicas, ya que en Castilla y León la prevalencia de estas patologías asciende al 68,2 % de la población con más de 15 años, siendo el volumen estimado de población afectada alrededor de dos millones de personas.
Según ha explicado el titular de Sanidad, Castilla y León afronta un escenario de transformación demográfica marcado por el envejecimiento de la población y una creciente prevalencia de personas con enfermedades crónicas, y “asegurar su calidad de vida y optimizar el uso de los recursos disponibles no es solo una obligación sanitaria, es una responsabilidad institucional y social a la que la Junta de Castilla y León ha decidido responder con rigor y visión de futuro”.
Algunos datos que ponen de manifiesto el gran impacto de las enfermedades crónicas:
- Son la primera causa de muerte y de discapacidad precoz
- Causan el 60 % de las muertes en el mundo
- Originan más del 75 % del gasto público sanitario entre servicios médicos y de farmacia
- Representan la primera causa de demanda asistencial en los centros sanitarios
- Ocupan el 80 % de las consultas de Atención Primaria
- Son la causa del 60 % de ingresos hospitalarios
- Son el motivo del 33 % de las atenciones en urgencias
- Además, nuestra Comunidad presenta un elevado índice de envejecimiento que se cifra en 223,9 %, mientras que la media nacional es de 142,3 %, (habiendo experimentado en el último año el mayor crecimiento de toda la serie histórica).
La población mayor de 65 años en Castilla y León representa ya el 27,08 % frente al 21,8 % de España; y los mayores de 85 años suponen el 5,42 % (el porcentaje más alto de todas las CC.AA.) frente a la media nacional que es del 3,29 %.
Asimismo, el consumo de medicamentos aumenta de modo muy importante con la edad y la cronicidad. Un estudio de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria informa que la población en tratamiento simultáneo con cinco o más medicamentos se ha triplicado en 10 años. En el caso de las personas mayores de 64 años, la polimedicación pasó del 9,8 % al 28,2 %.
Estas cifras implican tener que adaptar las estructuras asistenciales y sociales para atender a un número cada vez mayor de personas con patologías de larga duración. Por ello, esta Estrategia no solo actualiza y da continuidad a líneas previas puestas en marcha por la Junta de Castilla y León, sino que lo hace con una visión que no se limita a reformar estructuras, sino que propone una forma distinta de entender la enfermedad y de cuidar.
Nueva forma de entender al paciente crónico
Esta Estrategia abre, por tanto, una nueva forma de entender el cuidado al paciente crónico pluripatológico, ya que no solo plantea una reorganización del sistema, sino una transformación profunda en la manera de abordar la salud crónica. Se pasa de un enfoque reactivo y episódico a uno preventivo, continuado y centrado en las trayectorias de vida. La persona, no la enfermedad, se convierte en el verdadero núcleo del modelo.
El documento presentado consta de 9 líneas estratégicas, 27 objetivos y 126 acciones que pretenden reorientar la organización del sistema de salud para una atención integral y de calidad a las personas con patología crónica y sus familias, consolidando lo que se viene haciendo desde hace años (se actualiza la estrategia regional de atención al paciente crónico aprobada en 2013) y añadiendo acciones que persiguen incluir aspectos novedosos e innovadores -como los avances tecnológicos- que van a permitir acercar los recursos a la población, sobre todo en el ámbito rural.
Por todo ello, los modelos planteados en esta Estrategia se orientan hacia la atención centrada en la persona desde una perspectiva integral, holística e interdisciplinar, lo que implica favorecer su empoderamiento y el de las personas cuidadoras, proporcionándoles la información adecuada sobre su proceso para una toma de decisiones compartida, así como la educación necesaria para favorecer el manejo de sus enfermedades y el autocuidado.
Fortalezas
Una de las principales fortalezas de este plan, que está diseñado hasta el año 2030, radica en el papel atribuido a la Atención Primaria, que deja de ser concebida como una puerta de entrada y pasa a ocupar su posición natural como eje vertebrador y coordinador del sistema sanitario. Así, la Atención Primaria lidera la estratificación de los pacientes según los grupos de riesgo, la planificación de cuidados y la continuidad asistencial, garantizando el seguimiento del paciente y su familia a lo largo de su ciclo vital.
La Estrategia reconoce también el papel central y decisivo de la enfermería en la atención a la cronicidad. Lejos de un enfoque delegado o limitado, el nuevo modelo promueve un desarrollo competencial pleno del colectivo enfermero en ámbitos como la atención domiciliaria, la gestión de casos, la educación terapéutica o el acompañamiento a la persona en situaciones de fragilidad o dependencia. Esta reorganización profesional mejora la calidad de los cuidados y potencia el valor relacional del sistema, con profesionales más próximos y accesibles.
Otro avance sustancial es la apuesta clara por una continuidad asistencial real, garantizada por sistemas de información interoperables, la existencia de planes de atención individualizados y la colaboración estrecha entre niveles asistenciales y servicios sociales. Los expertos entienden que la fragmentación asistencial, uno de los principales déficits del modelo tradicional, se vence desde una lógica de integración operativa y medible.
También se refuerza el papel de la salud pública y la promoción comunitaria como instrumentos clave para mitigar el impacto de los factores de riesgo y favorecer entornos saludables. La activación de activos comunitarios, la educación para el autocuidado y la participación de la ciudadanía son dimensiones centrales del modelo, con impacto directo sobre la equidad.
La Estrategia incorpora además la tecnología como un vector de transformación esencial. La segmentación poblacional mediante Grupos de Morbilidad Ajustada (GMA, herramienta de estratificación poblacional que permite clasificar a los pacientes en grupos únicos en función de su morbilidad), la telemonitorización clínica, las plataformas de seguimiento remoto, la historia clínica compartida y el soporte telefónico enfermero son ya realidades operativas que optimizan la atención sin renunciar al vínculo profesional. Lejos de suponer una deshumanización, estas herramientas permiten concentrar los recursos presenciales allí donde más valor generan.
Por situar el problema, las patologías crónicas más prevalentes en Castilla y León que forman parte del proceso de estratificación de la población a través de los GMA son la hipertensión arterial, la artrosis, la artritis, la diabetes y la depresión. Asimismo, las enfermedades crónicas que experimentan un mayor crecimiento en los últimos años son el dolor crónico, la cirrosis, la insuficiencia renal crónica y la insuficiencia cardiaca.
Uno de los aspectos más relevantes de este plan plurianual es el proceso con el que ha sido construido, ya que nace del trabajo colaborativo entre múltiples perfiles profesionales del sistema de salud, especialistas en salud pública, gestores sanitarios y asociaciones de pacientes, cuya experiencia ha permitido incorporar propuestas concretas que enriquecen el enfoque clínico.