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¿Por qué las personas en silla de ruedas no pueden usar su abono de tren como las demás?
Las personas con discapacidad denuncian que no tienen las mismas ventajas que el resto
Las personas que viajan en silla de ruedas no pueden formalizar la reserva de su plaza en tren cuando utilizan un abono de larga distancia ni en la propia estación, ni a través de internet, ni directamente en el servicio de asistencia a personas con discapacidad Adif Acerca y esos obstáculos en la tramitación que encuentra ese colectivo han sido denunciados unánimemente por las instituciones zamoranas.
¿Por qué las personas en silla de ruedas no pueden usar su abono de tren como las demás? Esa pregunta se la hace María Eugenia Cabezas, que ha sufrido en carne propia una situación de este tipo y finalmente, tras varias llamadas en las que le pasaban de un departamento a otro sin darle solución, ha optado por tirar la toalla, anular su abono de diez viajes y sacar un billete normal mucho más caro para asegurarse una "plaza H".
Esa plaza específica para personas que viajan con su propia silla de ruedas va en los trenes Avant y AVE en los primeros vagones, los reservados para lo que antes se conocía como primera clase o clase preferente y que ahora se denomina confort en Renfe, y ahí comienza el problema.
Los abonos son para plazas estándar y no confort por lo que cuando se va a formalizar el billete con un abono no existe opción para marcar la "plaza H", que sin embargo sí está disponible si se saca como billete sencillo, que con los descuentos actuales para viajeros frecuentes puede costar hasta diez veces más.
"Me veo en la tesitura de devolver mi abono porque no puede utilizar la plaza H", lamenta María Eugenia Cabezas tras relatar cómo primero en la venta telefónica le dieron como "única opción" que preguntara en el servicio de asistencia a personas con discapacidad si podían bloquear la plaza y en ese servicio le dijeron que no.
Una "chapuza" que no garantiza la plaza
Al final, tras poner la correspondiente reclamación en Renfe harta de que se pasaran la pelota de un servicio a otro, como solución le indicaron telefónicamente que primero reservara un asiento estándar y luego llamara al servicio Acerca para que se lo cambiasen por la plaza H, algo que considera "una chapuza" ya que no le garantizan que después de hecha la reserva de asiento estándar vaya a tener uno disponible para silla de ruedas.
Desde Renfe han reconocido a Efe que ese es el procedimiento para reserva de plaza con abono, ya que no es posible adquirir el billete directamente en la estación ni de otra forma directa, sino que primero hay que formalizar uno estándar y después llamar al servicio Acerca (antes denominado Atendo) para que lo cambien por uno de plaza H si estuviera disponible.
Aunque finalmente Cabezas desistió de adquirir con abono su billete y el de su asistente para el viaje que realizará este mes de Zamora a Madrid, no se ha quedado callada ante esa situación discriminatoria y comentó lo ocurrido con sus compañeros de Corporación, ya que es concejala del Ayuntamiento de Zamora.
Tanto en esa institución como en la Diputación de Zamora todos los grupos políticos, IU, PP, PSOE, Zamora Sí y Vox, han apoyado por unanimidad sendas mociones en las que han pedido explicaciones a Renfe por los problemas que encuentran los usuarios recurrentes para formalizar la reserva de plaza con su abono y mencionan específicamente la dificultad añadida para las personas en silla de ruedas.
De Palencia a Zamora por Madrid
La palentina Zulema Ortiz también sabe las desventajas que supone moverse en silla de ruedas a la hora de viajar en tren, aunque su protesta por tener que dar un rodeo innecesario no logró tanto eco como la de Cabezas.
Ella quiso viajar el pasado mes de junio de Palencia a Zamora a un festival de música heavy y lo que fue muy "heavy" fue el rodeo que tuvo que dar pese a existir una combinación con trasbordo en Valladolid que le permitía ir de Palencia a Zamora.
En vez de ello, al no disponer el tren de media distancia entre Valladolid y Zamora de plaza H, ella y su acompañante tuvieron que coger un billete de Palencia a Madrid y otro desde allí a Zamora, con la consiguiente pérdida de tiempo y dinero.
No es la única situación que le ha ocurrido, ya que siempre viaja con un acompañante y en otras ocasiones a él le han puesto peros para viajar junto a ella por estar el asiento de anclaje de la silla de ruedas en zona confort y tener billete para asiento estándar.
Pero el peor caso que recuerda lo vivió hace tres años en un viaje entre Santander y Valladolid en el que el tren sufrió cerca de Reinosa (Cantabria) una avería.
El apeadero no era accesible para silla de ruedas y mientras el resto de viajeros pudieron continuar trayecto en un autobús, a ella le tuvieron que fletar un taxi adaptado que nunca llegó, ya que antes el tren logró reparar la avería y proseguir la marcha con ella como única viajera.
Conociendo estas situaciones más liviano parece lo que le ocurrió a Carol Hall, una peregrina inglesa que realizaba sola en silla de ruedas el Camino de Santiago desde Sevilla y que tuvo que abandonar la ruta en Zamora con heridas en sus manos, por lo que hace ahora un mes se dispuso a viajar en tren a Madrid para desde allí coger un avión a Londres.
Ella desconocía que para recibir asistencia en la estación debía solicitarla al menos con un día de antelación, por lo que finalmente tuvo que cancelar sus planes y viajar de Zamora a Madrid un día más tarde de lo previsto.
Son sólo tres ejemplos que demuestran que las físicas no son las únicas barreras que las personas con ese tipo de discapacidad encuentran a la hora de viajar en transporte público.
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