Cataluña

Arranca la nueva Fundació Suñol

Interior de la nueva sede expositiva de la Fundació Suñol
Interior de la nueva sede expositiva de la Fundació SuñolROBERTO RUIZ

¿Existen obras maestras contemporáneas o sólo el tiempo determina dicha distinción de prestigio? Si es el tiempo quien lo determina, ¿entonces cuántos años han de pasar en que la calificación de «obra maestra» se fije en el conocimiento colectivo? ¿Una obra de 150 años puede ser maestra pero otra de 149 no? ¿Qué convierte a «La rendición de Torrejón», por ejemplo, célebre obra irónica de Equipo Crónica de 1970, que se atreve a volver pop «La rendición de Breda», de Velázquez, en obra maestra? La respuesta es compleja, aunque se limita a una cuestión de significado. Toda obra es una muestra, y toda muestra es una enseñanza, y todas aquellas enseñanzas que crean nuevas formas de crear o sea nuevas formas de mostrar y, por tanto, nuevos maestros, son, por definición, «obras maestras». Una obra maestra no es más que una obra que crea maestros. Por tanto, no es el público, no son los críticos, son los propios artistas los que crean las obras maestras, y nos las que hacen ellos, por supuesto, sino las que les hacen a ellos maestros.

La Fundación Señol inicia una nueva etapa en su recién abierta sede en la calle Mejia Lequerica, en Les Corts, con una exposición que intenta interrogarse sobre el mismísimo corazón de su colección. Bajo el lema «Obras maestras conocidas» utiliza sus grandes obras maestras para hacerlas dialogar de forma nueva para mostrar cómo una obra puede determinar la maestría de otra.

Bajo el comisariado de Valentí Roma, la exposición coge una veintena de obras y las hace dialogar entre si como si fuese una gran carambola de billar, para ver como entre unas y otras van creando la particularidad de obra maestra. Por ejemplo, en la primera estancia podemos ver a la obra del Equipo Crónica dialogar con dos retratos a Fernando Vijande de Robert Mapplethorpe, un gran lienzo de Manolo Millares de finales de los años 50 o una de las célebres serigrafías de Andy Warhol o una escultura de Eduardo Chillida.

De Dalí a Arroyo

En la segunda estancia destaca el maravilloso lienzo dedicado irónicamente a Churchill de Eduardo Arroyo o los oscuros azules de Antonio Saura. Junto a ellos, obras de Barceló, Miró, Dalí, Jean Arp, Fontana, Palazuelo, Christo, Richard Avedon o Tàpies, «Las obras clásicas difícilmente sientes que te hablan a ti, pero todas éstas sí. Son los usos y las obras más que los autores, lo que define la obra maestra contemporánea», señala Roma.