Salud

Entrevista a Josep Tabernero: «Sólo el 0,01% de los genes que llevamos son humanos»

El 99,9% de los genes que llevamos encima son de las 4.000 bacterias que viven en nuestro organismo. Hoy, día mundial del cáncer, el doctor Tabernero explica cómo estas bacterias interactúan con una enfermedad que en 2020 se diagnosticará a 277.394 españoles

Con motivo del Día Mundial del Cáncer, el doctor Josep Tabernero, entre otras cosas, jefe del Servicio de Oncología del Hospital Vall d’Hebron y director del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), repasa los últimos avances para vencer al cánce
Con motivo del Día Mundial del Cáncer, el doctor Josep Tabernero, entre otras cosas, jefe del Servicio de Oncología del Hospital Vall d’Hebron y director del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), repasa los últimos avances para vencer al cánceShooting

Un año más, con motivo del Día Mundial del Cáncer, el doctor Josep Tabernero, entre otras cosas, jefe del Servicio de Oncología del Hospital Vall d’Hebron y director del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), repasa los últimos avances para vencer al cáncer. No pierde la ocasión para recordar que el 40% de los tumores se pueden prevenir. Pero esta vez, habla también un descubrimiento casual que en los próximos años, junto a la inmunoterapia, ayudará a dar un salto cualitativo en la lucha contra el cáncer: el estudio del microbioma. Hace 15 años, su equipo participaba en un proyecto internacional para clasificar el cáncer colorrectal. Los investigadores que estaban descifrando el genoma vieron un fragmento que no era humano. Investigando tumores primarios y metástasis, descubrieron que algunos tenían el genoma del fusibacterium, un microorganismo que habita en el ser humano. E investigando más, vieron que los tumores que tenían integrado el genoma de la bacteria eran más agresivos y reaccionaban peor a los tratamientos. Este descubrimiento abrió la puerta al estudio del microbioma en el cáncer, que en el último congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), dio que hablar. Tabernero, que ha estado al frente de la ESMO dos años, es uno de los protagonistas de la revolución oncológica. «El cáncer se cura más», afirma. Uno de los ultimos hallazgos es el del doctor Joan Massagué y su equipo, que ha descifrado el origen de la metástasis.

- ¿Este descubrimiento varía otras investigaciones?

–Son investigaciones complementarias. Joan Massagué lleva más de 30 años investigando sobre los mecanismos iniciales de la metástasis. Y aunque es investigación básica, es fundamental, porque la mayoría de los enfermos de cáncer acaban muriendo por metástasis. Recordemos que todos los tratamientos que tenemos hoy están basados en investigaciones básicas de hace años. La investigación básica es muy importante para entender por qué la enfermedad crece y hace metástasis. Los avances de Massagué serán importantes para prevenir que los enfermos hagan metástasis cuando podamos desarrollar medicamentos que vayan dirigidos contra estos mecanismos.

–Al arrancar el siglo XXI se auguró que la tecnología (la genómica, el almacenaje e intercambio de información) revolucionaría el cáncer. Usted que ha estado al frente de la ESMO, ¿puede corroborar que estamos viendo avances inimaginables?

–Hay avances en muchos frentes. Conocemos mejor la enfermedad y su comportamiento. Por ejemplo, antes pensábamos que sólo había dos tipos de cáncer de mama, ahora tenemos más de diez y seguramente en veinte años tendremos 20 subtipos. Avanzamos hacia una medicina de precisión. Cada vez somos más precisos en el diagnóstico y en el tratamiento y esto ha sido gracias a la colaboración internacional. No hay manera de encontrar estos subtipos de cáncer de mama, colon o pulmón si no es poniendo en común miles de casos de enfermos de los que tenemos datos clínicos y genómicos. Así hemos visto que una enfermedad como el cáncer de pulmón o de mama son un conjunto de enfermedades relativamente diferentes. Entender bien que estas enfermedades son diferentes y tienen tratamientos diferentes nos hace avanzar.

– «Unidos venceremos», como los superhéroes de la Liga de la Justicia.

–Los tres pilares del ESMO son colaborar, dar voz al enfermo y que el control del cáncer sea accesible y sostenible en todo el mundo. Aunque el ESMO lleva en sus siglas Europa, más del 46% de sus miembros son de fuera de Europa. Y esto es importante porque el volumen más importante de cáncer en los próximos años estará concentrado en Ásia y en el área del pacífico.

– ¿Esta incidencia tiene que ver con el tipo de estilo de vida?

–Tiene que ver, sobre todo, con el volumen de población. Uno de mis objetivos al frente de la ESMO ha sido favorecer que el control del cáncer sea equitativo. Hablo de control, porque entre el 35 y 40% de los cánceres se puede prevenir con un estilo de vida sana.

–No fumar no beber...

–... seguir una dieta equilibrada, baja en grasas, carne roja y rica en fibras vegetales; hacer ejercicio; o protegerse de tóxicos naturales como las radiaciones solares y la contaminación. A estas acciones, habría que sumar las vacunas o los programas de screening. Lástima que sólo el 40% de las personas que reciben una carta para hacerse una colonoscopia pide cita, porque se podría prevenir más cáncer.

–Si lo hiciéramos todo bien, ¿qué pasa con el 50–60% de tumores que no podemos prevenir?

–Hay que diagnosticarlos lo antes posible. Hace quince años, la mortalidad por cáncer era del 70%, ahora es del 55%. Pero en tumores como el de mama la mortalidad se ha reducido al 5% porque estamos delante de casos donde prevenimos, diagnosticamos antes y tratamos mejor. Queremos que no haya cáncer, pero si aparece, hay que diagnosticarlo precozmente y curarlo. Y si no podemos curarlo, cronificarlo.

–Habla de curación

–Sí. Hay enfermedades como la leucemia mieloide crónica, el sarcoma intestinal o algún tipo de cáncer de pulmón que no se cura, pero convierte a la persona en enfermo crónico. Hay otras enfermedades en las que hemos avanzado como el cáncer de mama, pulmón o próstata. Y otras en las que no hemos avanzado tanto, como el cáncer de páncreas, que siempre se diagnostica tarde y mal o los tumores de estómago. Tecnologías como la biopsia líquida nos pueden ayudar a diagnosticar antes.

– ¿Cómo van los avances de la biopsia líquida?

– Estamos investigando mucho en el diagnóstico precoz o el control de la enfermedad. ¡Imagina sustituir el Tac, el Pet, la ecografía por un análisis de sangre cada tres meses!

–Para avanzar, ¿qué hace falta más tecnología o dinero?

–La tecnología tiene que ser más sensible, pero se va avanzando. También hace falta dinero, pero el dinero se puede ahorrar de otro lado, si haces más biopsias líquidas, harás menos radiología y bajarás la presión asistencial que hay con los tacs y resonancias.

–Este año se han presentado muchos avances en inmunoterapia.

– El sistema inmune tiene mecanismos muy complejos, porque depende de muchos tipos de células. En los últimos años, ha habido una revolución del conocimiento. Sabemos que el 25% de tumores reconoce la enfermedad como algo anómalo pero que por múltiples circunstancias se ha dormido. Y lo que hemos logrado es despertarlo para que ataque las células cancerosas.

–¿Y qué pasa con el 75% de tumores restantes?

– Que el sistema inmune no reconoce la enfermedad como algo a eliminar, pero sabemos lo qué buscamos. Aquí la estrategia de investigación es diferente. Lo primero que hemos de hacer es educar el sistema inmune para que reconozca la enfermedad. Se hace desde diferentes variantes, con vacunas, con virus autólogos u otras tecnologías para que las células inmunitarias reaccionen. No vamos tan avanzados, pero que hay mucho esfuerzo.

–Cuando citamos el 25% y 75%, hablamos de un tipo de tumores o del conjunto.

–El sistema inmune reconoce el cien por cien de los tumores renales o melanoma; la mitad de los tumores de cabeza o cuello; el 25% de pulmón o hígado y apenas un 5% de cáncer de colon.

– También hay grandes expectativas en el microbioma (el conjunto de genes de los microorganismos, sobre todo bacterias, que pueblan el cuerpo humano)

–Hay una cosa que me fascina, sólo el 0,01% de los genes que llevamos encima son humanos, es decir, son herencia de tu padre y de tu madre. El 99,9% de los genes restantes son de aliens que llevamos dentro. En nuestro organismo viven 4.000 bacterias. Todas tus células llevan el mismo genoma, pero cada una de estas 4.000 bacterias tiene su genoma. Y esto hace pensar. Porque nosotros somos un gran reactor químico. Las bacterias no paran de generar proteínas y metabolitos, que nos harán bien o mal. En los últimos años, los resultados de varios estudios señalan que las bacterias que tienes dentro pueden incidir en el riesgo de desarrollar cáncer o a la respuesta de un tratamiento. Y no sólo se relaciona con el cáncer, también con otras enfermedades como la esclerosis multiple, enfermedades autoinmunes, demencias o parkinson.

–Y en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología, ¿qué estáis trabajando?

–Estamos trabajando sobre todo en el área de cáncer colorrectal. Una de nuestras primeras publicaciones determinaban que una de las bacterias, el fusibacterium estaría integrado en el genoma de la enfermedad. Y estamos viendo cómo modificando el microbioma podemos incidir en que el cáncer de colon no aparezca o no sea tan agresivo. Otra área en la que trabajamos es cómo el microbioma puede afectar también en el pronóstico de la enfermedad, en la eficacia de los medicamentos y en su toxicidad. Cambiando el microbioma, un tratamiento puede ser más efectivo, pero esto que parece tan fácil no lo es porque tenemos 4.000 bacterias agrupadas en diez familias. Empezamos a conocer la dimensión de la tragedia.

-¿El microbioma también puede incidir en la inmunoterapia?

- Hemos visto tumores (riñón, pulmón o melanoma), que dependiendo del tipo de microbioma que la persona tiene en su intestino, responden mejor o peor a un tratamiento. El cuerpo humano es un gran reactor que genera proteínas y metabolitos, que viajan por la sangre y pueden hacer que el sistema inmune funcione o no.

- Y más allá de la inmunoterapia, ¿hacia dónde avanza la investigación?

-Conocer el mecanismo de cómo se genera la metástasis se acabará traduciendo en tratamientos para evitar que se desarrolle una metástasis. También había muchas expectativas de encontrar medicamentos dirigidos contra las alteraciones epigenéticas que no han funcionado, pero funcionarán. Y sobre todo queda por avanzar en el campo de la medicina de precisión, ahora conocemos 10 tipos de cáncer de mama, pero conoceremos 100. El número de tratamiento que tiene la enfermedad es directamente proporcional a la cantidad de subgrupos que tiene la enfermedad. Con dos tipos de cáncer de mama, teníamos cuatro tratamientos, con diez tipos de cáncer de mama, tenemos 30.

-¿También habrá más casos de cáncer?

-Habrá más porque vivimos más, pero a partir de 2035, si mejoramos los hábitos, la incidencia empezará a bajar. El mejor cáncer es el que no se tiene.

La lactancia materna

La curiosidad del doctor Josep Tabernero es infinita. Habla ilusionado de unas investigaciones que está haciendo su colega alemán, Harald Zur Hausen, Premio Nobel después de describir el papel del virus del papiloma en algunos tipos de cáncer. Resulta que Zur Hausen está en fase de jubilación y se ha interesado por el papel de la lactancia materna. Es epidemiólogo y ha estado observando a las comunidades que alargan la lactancia materna, no es necesario que sea de manera continuada, basta con una toma al día, puntualiza Tabernero. Zur Hausen ha corroborado que la lactancia reduce el riesgo de madre de tener cáncer, pues cuantos más embarazo y más se alarga la lactancia menos estrógenos. Pero también ha constatado beneficios para el bebé, pues mantiene un microbioma más favorable que será fundamental apra el resto de su vida. “¡Esto es una revolución”, exclama Tabernero que no pierde la capacidad para asombrarse. “Son cosas interesantes”, comenta. Y añade que “si miras la naturaleza de los animales de los mamíferos, los humanos son los que tienen el periodo de lactancia más corto”.