Cataluña
“La dieta anticáncer no existe”
Entrevista a Olga Muñoz, Nutricionista de la AECC Cataluña
Ala Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) llegan pacientes asustados que en poco tiempo han perdido mucho peso, cuenta Olga Muñoz, la nutricionista de la delegación de Cataluña. Muchos se encontraron desorientados cuando, tras el diagnóstico, preguntaron al doctor qué podían comer y el doctor respondió que «de todo». Entonces buscaron en «doctor Google»...
-... y si uno escribe «dieta y cáncer» en «Google», aparece esta lista de alimentos prohibidos: Yogures, quesos y kéfir; carne o pescado crudo; hamburguesas y productos picados, o fruta con la piel porosa, como fresas, uvas y kiwis.
-Cuando uno enferma, encuentra consejos como setas: en «Google», en las redes sociales o en el vecino del quinto. Y tanta información, genera desinformación. Estas recomendaciones, por ejemplo, son para gente que tiene las defensas bajas.
- ¿Qué dieta se recomienda a una persona con cáncer?
-En términos generales, una dieta mediterránea. No se ha de eliminar ningún grupo de alimentos. Durante el tratamiento, pueden aparecer efectos secundarios derivados es entonces, cuando el nutricionista adapta la alimentación.
- Habla del nutricionista, pero es una figura que aún no está disponible en todos los hospitales.
-En la consulta del hospital, el médico aconseja al paciente que coma de todo. Su prioridad es curar al enfermo. Pero ante la falta de información, muchos pacientes recurren a otras fuentes y a veces el prescriptor no tiene la formación adecuada. Se generan miedos y se recurre a dietas peligrosas que hacen bajar de peso porque restringen muchos grupos de alimentos, que si fuera lácteos, fuera gluten, fuera carne roja... Al final, el enfermo sólo se puede alimentar a base de verduras, pierde peso y puede llegar a sufrir desnutrición.
- Y con el tumor ya se pierde peso.
-Es una enfermedad que consume energía. Pero además el paciente puede perder peso porque está emocionalmente débil. La suma de que se te cierre el estómago, más el cáncer, más una dieta peligrosa, más los efectos secundarios de los tratamientos hace que nos llegue gente con 10 kilos de menos y un miedo tremendo.
-En la AECC, contáis con un servicio de nutrición y uno de vuestros «hits» es una charla sobre mitos y creencias del cáncer, ¿cuáles son las preguntas más frecuentes?
-Si el azúcar alimenta al tumor.
-El azúcar es Satanás
- Es el mito más extenso, pero no hay evidencia de que el azúcar haga crecer los tumores. El azúcar no es sólo el azúcar de mesa, es glucosa y está en la patata, en la pasta, la fruta... También está en alimentos poco saludables como la bolleria o los ultraprocesados, pero no se ha visto que el azúcar tenga un efecto perjudicial. Al final, hay que aplicar el sentido común, no es recomendable consumir estos productos en exceso, ni para un enfermo de cáncer ni para una persona sana.
-Otro mito es evitar la harina refinada
-Hay muchos estudios sobre alimentación y prevención de cáncer, pero pocos sobre alimentación y cáncer. A veces, se extrapolan estudios sobre prevención a la dieta durante la enfermedad, cuando las necesidades son otras. Cruzamos información y esto crea mitos tipo eliminar la carne roja durante el tratamiento.
-Los oncólogos insisten en que el 40% de los tumores se puede prevenir con buenos hábitos. ¿En qué consiste una alimentación?
-En una dieta mediterránea, rica en fibras, fruta y verdura.
-¿Una mala alimentación con qué tumores se relaciona?
-No hay alimentos concretos que producen cáncer, es el sobrepeso y la obesidad la que tiene una relación con el cáncer. Una de las cosas que hemos de atacar es la obesidad infantil, evitar la bollería, los productos ultraprocesados y las bebidas azucaradas, porque estos niños tiene una base para que a la larga desarrollen un cáncer.
-Cuando la persona está enferma, va al médico y se encuentra con que no tiene asesoramiento nutricional, ¿cómo llega la AECC?
-Informamos al equipo médico de que existimos. Damos trípticos con información en los hospitales. También utilizamos las redes sociales, si no puedes con el enemigo, alíate. Ofrecemos charlas y un programa gratuito de tres meses donde combinamos ejercicio físico e información sobre nutrición. Ayudamos a integrar hábitos saludables. Si el enfermo gana seguridad no irá a buscar una dieta milagrosa. La dieta anticáncer no existe.
-¿Cuesta cambiar la opinión de una persona que se ha aferrado a un consejo que le ha dado el «doctor Google»?
-Mucho. Las alternativas suelen ser cosas nuevas, caras y atractivas. Nosotros recomendamos lo de siempre, dieta mediterránea.
-Hay prácticas peligrosas como ingerir gotas de lejía, la fórmula del MMS
-Es importante que el paciente informe a su médico sobre lo que toma, porque un tratamiento alternativo puede se incompatible con el tratamiento habitual. Al final, el enfermo busca, porque no tiene la información necesaria. Falta integrar la figura del nutricionista en el sistema sanitario, si desde el primer momento del diagnóstico hay alguien que resuelva dudas, se acabarían mucho rumores.
-Depende del tratamiento, las necesidades serán distintas.
-Uno de los efectos secundarios más común es la pérdida de peso o hambre. Recomendamos muchas comidas repartidas a lo largo del día, cinco comidas con poco volumen, pero con densidad energética.
-Quizás no hay alimentos que alimenten el tumor, pero sí que ayuden al sistema inmunitario.
-Una alimentación rica en proteínas, por ejemplo, con carne, huevo o legumbres. Si no hay proteínas no se pueden fabricar defensas y el sistema inmune no funciona.
-Y para combatir las náuseas
-Funciona fraccionar la dieta e ingerir alimentos secos que se toleran mejor, como palitos de pan, galletas de arroz. También se toleran mejor alimentos fríos o templados que calientes.
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