Política

C’s aleja el plan electoral de Junqueras

El partido naranja impugna los presupuestos: la aprobación final se retrasa un mes y estrecha el margen para convocar elecciones antes de verano

Imagen de archivo de Oriol Junqueras, líder de ERC, en el Congreso de los Diputados / Cipriano Pastrano
Imagen de archivo de Oriol Junqueras, líder de ERC, en el Congreso de los Diputados / Cipriano Pastrano@ C.PASTRANO

El coronavirus ha roto toda previsión política en Cataluña. Ni los presupuestos de la Generalitat, que son el paso previo para concretar el desenlace de la legislatura –fecha de las elecciones– y ya están listos para su aprobación tras el acuerdo entre Govern y Catalunya en Comú Podem, se han salvado de la crisis sanitaria. En las últimas horas, algunos consellers de JxCat han dejado entrever la necesidad de que las cuentas se revisaran para adaptarlas a las consecuencias económicas de la pandemia, un extremo que Aragonès rechazó ayer de plano, zanjando cualquier debate. La portavoz de la Generalitat (JxCat), Meritxell Budó, lo aceptó pese a apuntar que se deberán de hacer ajustes posteriormente.

No se modificarán, pero su aprobación final en el Parlament se retrasará previsiblemente un mes. O el tiempo que tarde el Consell de Garanties Estatutàries (CGE) –órgano que se encarga de valorar si las leyes se ajustan al Estatut y la Constitución– en elaborar un informe sobre los presupuestos a petición de C’s, que considera que las cuentas «no son útiles» para afrontar «los retos sociales y económicos» derivados de la crisis sanitaria y contravienen el principio de estabilidad presupuestaria recogido en el artículo 135 de la Constitución porque las previsiones «no se cumplirán».

La pandemia ha impactado sobre los presupuestos de la Generalitat –que lleva desde 2017 sin aprobarlos– aunque, sobre todo, sobre el desenlace de la legislatura. Si el retraso de las cuentas estrecha el margen de celebrar las elecciones antes de verano como pretendía Esquerra, la irrupción del coronavirus las aleja aún más. De hecho, el conseller de Territorio (JxCat), Damià Calvet, dio ayer por sentado en una entrevista en «El Periódico» que el escenario «más deseable» tras la situación de emergencia es convocar los comicios en otoño. Calvet, además, ya era un firme partidario de alargar la legislatura –hasta octubre–.

Los neoconvergentes, en este sentido, son mucho más proclives a retrasar la fecha de las elecciones para ganar tiempo y reorganizarse internamente. Al reto del encaje entre la Crida y el PDeCat –las dos formaciones independentistas herederas de Convergència alejadas entre sí–, también tienen por delante la elaboración de una lista electoral que se antoja con cierta tensión –porque hay diversidad de candidatos y, además, el propio Calvet ha sugerido un proceso de primarias para escogerlo–.

La voluntad de JxCat, sin embargo, choca con Esquerra, que es favorable a una convocatoria antes de verano. Pese a la crisis sanitaria, los republicanos no descartan todavía ese escenario y prefieren mantenerse prudentes –ir «paso a paso»–, aunque exigen que la fecha surja de un acuerdo con los neoconvergentes –que hasta ahora se han mostrado reticentes–. Esquerra no quiere desaprovechar el viento a favor ni dar mucho más margen a JxCat para despreciar y desgastar su apuesta por el diálogo y prefiere atar una victoria lo más pronto posible: por el momento, todas las encuestas apuntan al partido de Oriol Junqueras como vencedor.

Las perspectivas más optimistas invitan a pensar que la crisis sanitaria podría empezar a remitir a partir de mediados de abril, por lo que mayo se prevé todavía poco apto para la convocatoria. En todo caso, con el retraso de la aprobación de las cuentas, ya es un mes descartado. Por Ley, las elecciones se celebran 54 días después de la firma del decreto de convocatoria: así que, con la previsión de que el CGE emita su informe a mediados de abril, los comicios no se celebrarían hasta el 7 o 14 de junio como pronto –julio y agosto son meses poco propicios para procesos electorales–.

En cualquier caso, el límite temporal de Torra al frente de la presidencia de la Generalitat también se va acercando. Es probable que, en julio, el Tribunal Supremo inhabilite de manera firme a Torra y ahí se activaría de manera inevitable la cuenta atrás hacia las elecciones. El Alto Tribunal tiene que resolver el recurso interpuesto por el president contra la condena impuesta por desobediencia por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña a raíz de la polémica de los lazos amarillos. Ese escenario, si bien, también podría anticiparse si el Supremo finalmente atiende la posición de la Fiscalía, que ha pedido que no admita el recurso de Torra –podría decidir a lo largo de este mes–, aunque parece complicado.