Coronavirus
Benito Almirante: «No veo probabilidad de un rebrote»
Entrevista con Benito Almirante, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital de la Vall d’Hebron
El jefe de enfermedades infecciosas del Hospital Vall d'Hebron, Benito Almirante, ha sido en estos día uno de los médicos que ha luchado contra el virus. Responsable de varios experimentos médicos para combatir la enfermedad, habla con LA RAZÓN sobre el futuro del covid-19.
-¿En qué situación estamos ahora desde un punto de vista médico?
-En lo que hace referencia a los hospitales en una situación muy adecuada porque el número de pacientes tratados ha disminuido de una manera muy considerable, hasta el punto de que el volumen de ingresos del hospital -que es el más grande de Cataluña- no supera uno o dos por día y a veces ninguno. Eso es algo que pasa desde hace dos semanas. No se puede olvidar que venimos de un momento en el que llegaron a haber ochenta ingresos por día. La diferencia es significativa.
-¿Nos estamos despidiendo del virus?
-Todo hace pensar que a partir de ahora mejorará. La persistencia del virus depende de la capacidad de transmisión y la capacidad de transmisión depende del número de personas que puedan transmitir.
-¿Le parece bien que nos empecemos a relajar en cuanto a las medidas de protección?
-Más que relajar debemos tender a llevar una vida lo más convencional posible que es diferente. No podemos relajarnos, sobre todo el sistema sanitario, pero las personas tienen que empezar a llevar una vida convencional, de relación, de contacto con otras personas. Eso es lo que estamos empezando a hacer en muchos sitios.
-¿Hay posibilidad de un rebrote?
-Sí, pero de momento no se ve esa posibilidad. Ya hace muchos días que la gente sale a la calle y hace actividad normal. El rebrote puede haberlo, pero no tiene por qué ser inmediato sino cosa de seis meses. Un retroceso no debe impedir que tengamos una vida de relaciones. Ya hay muchos países que están llevando una vida de relación de una forma muy convencional y parecida a nosotros.
-¿Es la mascarilla la mejor solución para salir a la calle?
-Creo que no. El virus se transmite por el aire poco o nada. La mascarilla es un instrumento más. Si la gente la lleva puesta no produce ningún perjuicio, pero el beneficio es muy limitado en el sentido de que el virus no se transmite por aire sino por gotas. Las gotas necesitan proximidad, es decir, que una persona se acerque a ti y lo esté durante un tiempo prolongado, unos diez o quince minutos. Tampoco deben ser personas de tu ámbito personal sino que no conozcas. Por eso fue bueno que la gente no estuviera en la calle sino en casa.
-Entonces, ¿qué consejo nos da para salir a la calle?
-Que quien quiera ponerse la mascarilla que se la ponga, pero lo que debe haber es una recomendación no una obligación. Todas aquellas personas que encuentren adecuado ponérsela que lo hagan durante unas semanas, hasta que sea el descofinamiento final. Tenemos que intentar que la población contribuya a tomar la decisión. Las personas deben ser copartícipes de las decisiones que se tomen.
-Recientemente en una entrevista hablaba de que en dos o tres semanas sería marginal el coronavirus en España. ¿Qué nos puede decir de la situación en Cataluña?
-Lo razonable que vaya sucediendo igual en todos los territorios de España. Si mira las cifras verá que son casos puntuales, una situación marginal, pero lo que no habrá serán brotes de miles de personas.
-Se ha apuntado que podría existir un rebrote fuerte en otoño.
-Sin ir más lejos, ayer lunes, la doctora María Neira, directora de salud pública de la OMS, dijo que no hay ningún dato que apoye esa situación. Puede haberlo o no, pero las posibilidades son las mismas. Estoy totalmente de acuerdo con lo que ella dice. Es una especulación como otras muchas. No hay datos científicos que lo avalen.
-¿En qué punto están las investigaciones médicas en la Vall d'Hebron?
-Hemos hecho varios ensayos clínicos, pero todavía no están cerrados y los datos no están analizados. Lo que sí podemos decir es que nuestros enfermos, los que han participado en los ensayos, han ido bien y han recibido el alta. En tres o cuatro semanas tendremos datos mucho más claros. La buena suerte para la población es que no hay enfermos, la mala suerte para la investigación es que no podemos disponer de pacientes ahora mismo.
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