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Los actores blancos lo quieren todo: 10 intentos ridículos de interpretar otras razas

De Mickey Rooney o Marlos Brando haciendo de japonés a Charlton Heston haciendo de mexicano, lo ejemplos de suplantación racial siempre caen en los estereotipos

Mickey Rooney haciendo de japonés en "Desayuno con diamantes"
Mickey Rooney haciendo de japonés en "Desayuno con diamantes"La RazónArchivo

Cuando entrabas por primera vez en el bloque de pisos de “Desayuno con diamantes” y veías a Mickey Rooney vestido con kimono y con los ojos rasgados, la primera idea es que aquella exagerada representación de un japonés era sólo un alivio cómico. Nadie tenia por qué sentirse ofendido, no se quería reflejar la cultura japonesa ni demostrar que lo peor que te podía pasar en el mundo es tener un vecino irascible japonés. Sölo era un mecanismo para hacer reír. Claro que ésta era la perspectiva occidental, porque visto desde oriente podía ser muy insultante.

Éste es uno de los ejemplos más claros de lo ridículo que siempre ha sido que un actor blanco haga un personaje de otra raza. Los críticos blancos siempre defienden el mismo argumento, ¿acaso el trabajo de un actor no es interpretar otras personas? Los críticos defensores de las minorías contestan a continuación, ¿acaso no existían actores japoneses cómicos que pudiesen interpretar al vecino de Audrey Hepburn? Y los críticos blancos respondían a la defensiva, “al final un actor blanco no podrá interpretarse más que a sí mismo”. Porque una cosa está clara, el hombre blanco lo quiere todo y el crítico blanco también.

Marlon Brando es uno de los mejores actores de todos los tiempos, pero su interpretación de un japonés en “La casa de te en la luna de agosto” debería haberle condenado a tres meses de arresto domiciliario por crímenes de odio. Ni los mejores actores pueden interpretar otras razas sin caer en el estereotipo cómico. Meryl Streep puede hacer todos los acentos del mundo, pero no puede interpretar a una japonesa y conseguir que la gente no sepa que es Meryl Streep haciendo de japonesa.

Y no es que la sensibilidad de otros tiempos sea diferente ahora. Johnny Deep hizo de indio en “El llanero solitario” y otra vez utilizó toda sus dotes cómicas de exageración para representar al icónico Toro, el ayudante del gran salvador blanco. Porque una vez defines tu rol como el dominante, el discurso te convierte automáticamente en el salvador del mundo y lo demás son sólo complementos cómicos.

Hay ejemplos de grandes películas con protagonistas brillantes interpretando personajes de otras razas. Aún así, siempre quedan raro. Al Pacino es un actor italoamericano. No tiene que disfrazarse mucho para interpretar a un cubano, y aún así, su moreno en “Scarface” es algo que al principio te obliga a mirarle dos veces. Más extraño todavía es ver a Charlton Heston haciendo de policía mexicano en “Sed de mal”, por no hablar de John Wayne haciendo de mongol en “El conquistador”. Si Gengis Khan levantase la cabeza, se la pintaría de negro y crearía una polémica tremenda..

Entonces, ¿Paz Vega y Antonio Banderas sólo pueden hacer papeles de andaluces y es un crimen que disimulen sus acentos? El crítico blanco vuelve a la carga. ¿Una actriz hawaina haría mejor de hawaina que la ganadora de un Oscar? ¿Acaso Emma Stone en “Aloha” no estaba estupenda como mujer de origen chino, sueco y hawaiano? Sí, se notaban todos esos matices, la capacidad de los actores blancos es increíble, pero ese no es el tema.

Pensemos en “Othelo”. Laurence Fishburne estaba excelente en la versión de Kenneth Branagh, y Orson Welles y Laurence Olivier también, pero estuvo bien, para variar, que lo representase un actor que como el personaje reclama es negro. Es como los reyes magos, por supuesto que puedes pintarte la cara y hacer de Baltasar, pero ¿cuántos hombres negros se han pintado la cara de blanco y han interpretado a Gaspar o Melchor?

El mejor ejemplo en la historia del cine de actor interpretando otras razas es el de Robert Downey Jr. En “Tropic Thunder” interpretó a un actor australiano que se opera para tener rasgos negros para un papel de soldado americano para una película de guerra. Lo que era una genial burla y crítica al sistema hollywoodiense de actores blancos capitalizando todos los papeles también recibió muchas críticas de ¿los críticos blancos? No, por supuesto.

Luego están los actores cuyo rostro extraño les hacen que interpreten a todas las minorías posibles, como el de Rob Schneider, el actor cómico de las películas de Adam Sandler o Fred Armisen, que hace de árabe o hispano con la misma gracia. Natalie Wood tenía orígenes ruso americanos, pero interpretó de maravilla, con la cara maquillada de rojo para que pareciese moreno, a una hispana en “West side story” Spielberg estrenará estas navidades, si el coronavirus lo permite, con una María por primera vez de origen hispano, así que los tiempos parece que están cambiando. Esperemos que el crítico blanco le deje.