Cultura
Cuando Rosalía se hizo de cera
El Museo de Cera de Barcelona se renueva completamente con nuevas figuras y salas
Decía Salvador Dalí que su museo favorito en París era, no el Louvre, sino el Grévin, el de cera, un espacio que le parecía mágico. A Joan Brossa le pasaba lo mismo con el de Barcelona, pero este último hacía mucho tiempo que necesitaba una apuesta a punto, entrar en el siglo XXI. Desde esta semana ha dejado de ser aquella cosa anticuada donde la figura más actual era la de Juan Pablo II. Con nuevos dueños, una renovación de sus contenidos y de sus salas y que ha supuesto una inversión de seis millones de euros, el museo trata ahora de conectar especialmente con el público de la ciudad.
Pese a que se han conservado algunas figuras de la anterior etapa, aunque debidamente retocadas tras el paso del tiempo, la mayoría de ellas son nuevas, una mirada a aquellos nombres que son tendencia en el mundo de la música, el cine, el deporte o la alta cocina, sin olvidar a clásicos de la historia, la ciencia o la literatura.
El Museo de Cera apuesta por la interacción de manera que los visitantes participen y toquen las figuras, se puedan hacer fotografías con ellas. «Este es un museo en el que queremos que la gente toque las figuras, que no se está quieta», dijo Ángel Díaz, uno de los nuevos responsables del centro junto con Toni Cruz. Para eso era inevitable introducir la actualidad en este espacio, como lo demuestra el hecho de que se inicie el recorrido con una sala en la que los atracadores de «La casa de papel» tratan de saquear una caja fuerte, capitaneadas por Úrsula Corberó y Alba Flores.
A continuación viajamos a la jungla donde, tras la aparición de Indiana Jones, el visitante se codea con un enorme King Kong y un muy realista Copito de Nieve. De ahí pasamos a un viaje por el mundo de las tradiciones catalanas, desde los castellers a los corre-focs, un lugar en el que nos esperan Francesc Macià y Lluís Companys.
Un pequeño paseo por el mundo de las letras, de Cervantes a Lorca pasando por Shakespeare, Calderón, Maragall o Neruda, nos hace de antesala para llegar al rincón de la ciencia con la presencia, entre otros, de Ramón y Cajal, Einstein o Hawking.
Pero seguramente el mayor rincón para el «selfie» lo encontramos con un salón destinado a la música en la que no faltan los cuatro miembros de The Beatles, Adele, Rihanna, Michael Jackson y una espectacular Rosalía a la que solamente le falta cantar. Ellos son los que presentan a los maestros de la pintura, presididos por un «Guernica» junto a su autor, el mismísimo Pablo Picasso. La alta cocina también se ha colado en el nuevo museo con los hermanos Roca y a la espera de la llegada de Carme Ruscalleda y Ferran Adrià.
Estrellas de Hollywood, de Marilyn Monroe a Brad Pitt; del deporte, como Messi, Jordan o Gasol; algunos iconos del terror, como el Joker o Hannibal Lecter; pasear por el gélido invierno de «Juego de Tronos»; enfrentarse a Hitler y Franco; o sentarse en el Halcón Milenario de «Star Wars» son algunas otras de las propuestas en las salas de un museo que espera ampliarse cada año con una docena de nuevas figuras, además de la extensión hacia otras salas. Para esto será fundamental la implicación del público, tratando especialmente de volver a seducir a los barceloneses. Sus responsables esperan que cada año vengan unas 150.000 personas.
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