España

14-F

Illa usa la Delegación del Gobierno en Cataluña como escaparate electoral

El ministro y candidato del PSC anuncia las vacunas de Moderna desde Barcelona

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este jueves en el Delegación del Gobierno de Cataluña.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, durante la rueda de prensa que ha ofrecido este jueves en el Delegación del Gobierno de Cataluña.Quique GarcíaEFE

La irrupción de Salvador Illa en campaña ha roto el tablero político catalán. El inesperado movimiento del PSC situando al aún ministro de Sanidad como candidato a la Generalitat en las elecciones del próximo 14 de febrero ha dado un vuelco a las expectativas electorales y ha situado a Illa como serio aspirante a la victoria y a presidir Cataluña. Si bien, también es cierto que la carrera se le puede acabar haciendo larga porque el desgaste se puede ir acentuando, sobre todo, en la medida en que siga sin renunciar al Ministerio y el resto de formaciones políticas aumenten la presión y las críticas por ello.

En este sentido, Illa ha dado hoy pábulo a esas críticas al desplazarse hasta el corazón de Cataluña para anunciar la llegada de las vacunas de la compañía estadounidense Moderna. En concreto, ha comparecido desde la Delegación del Gobierno en Barcelona y, aunque no ha lanzado ningún mensaje político, ha alimentado las acusaciones sobre el uso electoral que está haciendo del Ministerio. Illa, en su comparecencia, breve, se ha centrado en hacer una valoración del proceso de vacunación, una tarea que ha delegado en las autonomías y que, por lo tanto, le permite sortear el desgaste por las críticas que ha desatado la lentitud a la que avanza la inmunización en los últimos días. También desde la Delegación compareció el pasado domingo 27 de diciembre, día en que se inició la vacunación. Si bien, en aquella ocasión, la cita se celebró en plenas celebraciones navideñas y cogió allí a Illa porque estaba de visita a la familia –es de la Roca del Vallès (Barcelona)–, pero tampoco había sido nombrado candidato aún.

Existen dos precedentes de estas características en Cataluña y, en ambos, se actuó de manera diferente. Josep Piqué, ministro durante la etapa de José María Aznar, dejó el Gobierno cuando fue nombrado candidato del PP a las elecciones catalanas del 2003 sin esperar a la campaña electoral, como pretende Illa –Piqué dejó el ministerio el 3 de septiembre y las elecciones se celebraron el 16 de noviembre–. De la misma forma actuó el también socialista José Montilla, que alcanzó la presidencia de la Generalitat en 2006: dejó el Ministerio de Industria del Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero el 8 de septiembre y la cita electoral se celebró el 1 de noviembre.

En este marco, las críticas contra Illa arrecian por parte de los partidos de la oposición que no comprenden que siga desempeñando sus labores al frente del Ministerio de Sanidad y, a la vez, estar envuelto en la precampaña electoral de las autonómicas. Concretamente, el líder de la oposición Pablo Casado ha repetido hoy que el candidato catalán debe dejar Sanidad «de inmediato», ya que, a su juicio, «siendo tan mal ministro» no puede estar «encima a tiempo parcial» cuando el país está ya «en una tercera oleada» de la pandemia y con una «campaña de vacunación errática». «El ministro de Sanidad no puede seguir ni un día más al frente de esta pandemia si quiere dedicarse a la campaña electoral en Cataluña. Es el ministro que ha dado un peor balance en la historia democrática en la cartera de Sanidad gestionando la pandemia de la forma más negativa de los países de nuestro entorno», ha concluido.

El presidente del PP ha pronunciado esas declaraciones desde Lérida, donde ha realizado un acto de precampaña en Gimenells junto al líder del PP catalán, Alejandro Fernández. Éste también ha hecho referencia a la equívoca situación de Illa: «Cada minuto que Salvador Illa siga haciendo el doble papel de ministro y candidato es un día perdido para la salud de los españoles». El líder del PP catalán ha dejado claro además que «no se pueden utilizar recursos públicos, mediáticos, para hacer campaña, no se puede jugar con la salud de los españoles para hacer campaña electoral».