Opinión

Edmundo Bal

El candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Edmundo Bal.
El candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Edmundo Bal.Javier LópezAgencia EFE

Ante todo, mi sincera felicitación a la señora Ayuso por su victoria en Madrid. Felicitación, que es también motivo de esperanza para los que aquí vivimos porque ha demostrado que se puede derrotar a la demagogia y a las malas artes y que una sociedad de ciudadanía libre, es mejor que una de ciudadanos aterrorizados.

Pero mi apoyo, mi aprecio y mi reconocimiento también para un valiente, para un hombre que de forma un tanto quijotesca decidió aceptar un reto que era casi imposible. Mi orgullo de amigo para Edmundo Bal, uno de los mejores abogados que he tenido enfrente, un referente de la Abogacía del Estado, un hombre coherente donde los haya, alguien con cuya amistad me honro y, como decía, me enorgullece.

Edmundo dio un paso al frente y se fue de la Abogacía del Estado para no claudicar de sus principios, se fue a la política por pura vocación de servicio al Estado, si hubiese querido pasarse al sector privado cualquier despacho lo hubiese cogido y ahora se ganaría seguro mucho mejor la vida, pero a Edmundo le puede España y la vocación de servicio; no les quepa la menor duda que hubiese sido uno de los mejores Ministros de Justicia que hubiésemos podido tener y tampoco tengan duda que si vuelve a la Abogacía del Estado lo hará por la puerta grande, porque ahí quedó su coherencia como ahora ha quedado su valentía y su dignidad.

Soy consciente que escribo con admiración sobre alguien que ha perdido, al fin y al cabo él lo entenderá como pocos, entre otras cosas porque no en vano es “colchonero” igual que yo “perico” y por algo es motero de Harley, es decir, no importa lo rápido que llegas al final del camino, lo que importa es el camino en sí mismo, las experiencias vividas.

Si se queda en la política ánimo y suerte, si vuelve a los tribunales, sinceramente prefiero tenerle en el mismo bando que en la bancada de enfrente.