Investigación Médica
El tratamiento con litio podría reducir el riesgo de desarrollar cáncer en personas con trastorno bipolar
Según un estuido del Clínic, este perfil de paciente tiene cerca de un 20% más de riesgo de sufrir esta enfermedad y el litio tendría un efecto protector de ese riesgo de entorno al 5%
El trastorno bipolar, el cual tiene un carácter crónico y una prevalencia del 2% de la población, se asocia a una reducción significativa de la esperanza de vida, que está en torno a unos 10 o 20 años menos, y ello se debe, principalmente, a la presencia de otras enfermedades, como las cardiovasculares, la demencia o el cáncer.
Este trastorno del estado de ánimo se puede tratar a nivel farmacológico con litio, uno de los principales medicamentos efectivos a la hora de combatir esta enfermedad, el cual además se ha asociado a un efecto protector frente a otras patologías, como el deterioro cognitivo y la demencia, las fracturas por osteoporosis, el ictus o el suicidio. Sin embargo, hasta el momento, han existido dudas acerca de su relación con el cáncer, especialmente con el cáncer del tracto urinario.
En este contexto, la Unidad de Trastornos Depresivos y Bipolares del Clínic ha desarrollado un estudio para analizar el riesgo de sufrir cáncer en personas con trastorno bipolar y el papel que el tratamiento con litio juega en este sentido, cuya conclusión principal tras una revisión sistemática de datos de más de 4,5 millones de personas -59.000 con trastorno bipolar y 4.500 tratadas con litio- es que las personas con trastorno bipolar tienen cerca de un 20% más de riesgo de sufrir cáncer.
Entre los posibles motivos que podrían explicar esa mayor prevalencia del cáncer figuran las dificultades de acceso a los servicios de prevención y tratamiento primario de salud de las personas con trastorno bipolar, así como el aislamiento social; unos hábitos de vida menos saludables, como la escasa o nula práctica de ejercicio, una dieta poco saludable o el tabaquismo y consumo de alcohol; e interacciones fisiopatológicas comunes entre el trastorno bipolar y el cáncer, que incluyen alteraciones hormonales, inmunitarias o inflamatorias, y una predisposición genética y epigenética entre ambas patologías.
Además, el estudio pone de relieve que “pese a que no se puede afirmar con rotundidad, existiría una tendencia a que el tratamiento con litio se asocia a un menor riesgo de desarrollar cáncer”, señala el doctor Eduardo Vieta, jefe del servicio de Psiquiatría y Psicología del Clinic y director de la Unidad de Trastorno Bipolar, quien al respecto comenta que “el litio sería solo un factor más de protección ante el cáncer, por lo que su consumo no garantiza no desarrollar esta enfermedad”. Es decir que, “los resultados del estudio no indican que sea adecuado ingerir litio como tratamiento para el cáncer, pero nos invitan a ser conscientes de que muchos trastornos mentales se pueden asociar a otras enfermedades, de manera que es importante no discriminar a los pacientes por sufrir algún tipo de trastorno mental, sino que más bien hay que estar atentos a su salud física, ya que tienen un mayor riesgo de desarrollar, por ejemplo cáncer”.
Además, el estudio confirma que el litio aporta ventajas en el tratamiento del trastorno bipolar, pero además también contribuye a reducir el riesgo de desarrollar otras complicaciones, como el cáncer, lo que, tal y como señala Vieta, contrarresta esa tendencia a la baja en el uso del litio a nivel médico que se viene evidenciando en los últimos años. “El litio es una sustancia que si se consume en exceso tiene cierta toxicidad, por lo que es importante controlar la ingesta y hacerlo de forma regular, es decir que requiere cierta precisión, razón por la cual no suele indicarse para tratar a pacientes con adicciones y poco formales en las tomas, por ejemplo, pero en cualquier caso no debería ser estigmatizado”, explica el doctor Vieta, quien al respecto señala que “éste aporta beneficios en el tratamiento de enfermedades como el trastorno bipolar y reduce el riesgo de desarrollar patologías asociadas”.
Así pues, el estudio concluye que el tratamiento con litio no solo no aumenta el riesgo de sufrir cáncer, sino que apunta a un posible efecto protector del riesgo de desarrollar esta enfermedad, que sería de entorno al 5%. Sobre los motivos que explicarían ese efecto protector, el doctor Vieta indica que “el litio estimula la conectividad de las neuronas, hace que éstas se conecten más entre sí, construyendo una red más tupida que sería más efectiva para protegerse ante el tumor”. “El litio estimula la proliferación del tejido sano”, destaca el jefe del servicio de Psiquiatría y Psicología, para a continuación indicar que “ello abre la puerta a otros estudios específicos para ver también los posibles beneficios del litio en otros tejidos más allá de los neuronales”.
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