Embajador de la marca ejército

El pasado día 23, de manos del Excmo. Sr. Teniente General Jefe de la IGE (Inspección General del Ejército) Don Fernando Aznar Ladrón de Guevara, y por decisión de JEME (Jefe del Estado Mayor del Ejército) recibí el gran honor de ser nombrado Embajador de la Marca Ejército.

Supongo que ustedes, como yo cuando me lo propusieron, se preguntarán en qué consiste esta figura. Pues bien, además de un compromiso de disposición, asumir la tarea de promover en el ámbito profesional de cada uno los valores del Ejército, “La fuerza de los valores” tal y como reza su lema.

A priori, la tarea parece sencilla, difundir los valores de nuestras Fuerzas Armadas es difundir lo obvio, el valor en sí mismo, la abnegación, la entrega, la eficacia…, el problema sólo aparece cuando la defensa de esos valores se hace ante quien niega obviedades, amparándose en tópicos.

Permítanme unos ejemplos, “el pueblo catalán no quiere al Ejército”. Ese es el tópico difundido, la obviedad, cuando el triste encierro de la pandemia los militares fueron, fuimos, donde nadie más quería o podía ir. La respuesta de la gente, la valoración en forma de aplausos en las calles y en todas las encuestas, la más alta consideración.

Permítanme otro: El tópico “el militar es alguien rudo e inculto”, la realidad, sólo hay que acudir a los baremos de acceso a las Universidades para saber que el acceso a la oficialidad militar requiere previamente uno de los cortes de nota más altas tras la selectividad y que nuestros oficiales hoy acaban con el grado de Teniente junto a una carrera civil.

Podría así llenar el diario entero, no obstante y como nada es más elocuente que el ejemplo vivido, puedo explicar mi propia experiencia, por motivos varios mi vida se ha desarrollado en tres ámbitos: la justicia pues vivo de la profesión de abogado, la Universidad pues soy profesor universitario y la militar puesto que soy Reservista voluntario del Ejército.

Pues bien afirmo y asumo mi afirmación que de las tres instituciones que conozco directamente la que más ha evolucionado, la que más se ha perfeccionado es la militar y por supuesto que al margen de consideraciones concretas, el personal militar está a la altura como mínimo del personal que trabaja en al ámbito de la Justicia o en el mundo universitario.