Opinión

Pasó la noche de Reyes

Sus majestades los Reyes Magos de Oriente recorren las calles de Barcelona
Sus majestades los Reyes Magos de Oriente recorren las calles de BarcelonaEnric FontcubertaAgencia EFE

Ricardito se fue a la cama como un niño bueno a las nueve de la noche, le atenazaban los nervios porque esa noche venían los Reyes Magos. Alejandra, más inquieta y un año mayor, andaba con la mosca detrás de la oreja y procuraba hacerse la dormida para ver si había algún movimiento en el salón, pero al final les venció el sueño.

Una vez se aseguraron que los niños dormían, Alberto e Irene decidieron cenar y continuar el debate.

–Alberto, insisto en que la fiesta de Reyes debería ser suprimida, es un ataque al subconsciente de los niños porque asumen que la Monarquía es algo bueno.

–Tienes razón Irene, poco a poco, también este año hemos avanzado en el área de inclusión social con lo de los juguetes alejados del género, verás como los niños asumen perfectamente su rol igualitario, incluida la supresión de los juguetes bélicos.

Al día siguiente emocionados se levantaron de la cama Ricardito y Alejandra. Nada más entrar en el salón, Ricardito vio un paquete redondo –«una pelota», pensó rápidamente– y se fue hacia ella. Su padre le corrigió –«no Ricardito esto no es lo tuyo, lo tuyo es esto»- y le indicó una cocinita. Alejandra comprendió que la pelota era para ella.

–Alejandra. ¿A ti te gusta el fútbol?

–Un poco, pero me gusta más la cocina

–Te cambio la pelota por la cocina

–Vale

–Aunque podremos jugar juntos, yo con tu pelota como las futbolistas de televisión y tú con mi cocina como los de «Masterchef».

–¡Qué bien!

Los padres se miraron entre sí y no sabían cómo reaccionar mientras Ricardito se alejaba con su pelota y Alejandra con su cocina.

–¿Ves como esto de los Reyes tiene que desaparecer?

–Cierto, es anti natural que a un niño le guste una pelota y a una niña una cocina.

–Pero han dicho que jugarán juntos a fútbol y a «Masterchef».

–No es excusa. El año que viene promulgo un decreto prohibiendo el día de los Reyes Magos.

Luego fueron a casa de los abuelos donde a Ricardito los Reyes le habían traído unos soldados y a Alejandra una muñeca.

A sus padres casi les da un pasmo al ver la alegría de los niños.