Brecha de género

El 28% de las catalanas no trabaja para hacerse cargo de los hijos y de las tareas domésticas

Pese a que la presencia de la mujer en el mercado laboral ha mejorado, continúa prevaleciendo una cultura de género muy tradicional y, en las parejas con hijos, son ellas quienes, en primer lugar, hacen las adaptaciones necesarias para hacerse cargo de las responsabilidades del hogar

Las mujeres migrantes son las que más han sufrido el impacto de la pandemia en lo que se refiere al ámbito laboral
Las mujeres migrantes son las que más han sufrido el impacto de la pandemia en lo que se refiere al ámbito laboralDani CaballoAgencia EFE

Pese a que la presencia de la mujer en el mercado de trabajo ha evidenciado una tendencia al alza en los últimos años, lo cierto es que se mantienen la desigualdades de género en el mundo laboral, lo que se traduce en que prácticamente una de cada tres mujeres está en situación de pobreza y exclusión, y ello se debe principalmente a que se mantienen los mandatos tradicionales de género en nuestra sociedad. Y es que siguen siendo ellas quienes sacrifican su carrera profesional para adaptarse a las necesidades familiares.

“El 43% de las mujeres está en situación de inactividad, de las cuales casi un 28% lo justifica por la necesidad de atender el trabajo doméstico y los cuidados en el hogar”, señala la presidenta de la Mesa del Tercer Sector, Francina Alsina, mientras que entre los hombres la inactividad es nueve puntos inferior y solo el 5,1% alude a tareas del hogar como principal motivación. Al respecto, Alsina comenta que “los mandatos del rol de género continúan imperando de tal manera que frenan cualquier avance, por grande que sea”.

Esa es la principal conclusión del dossier La pobreza en las mujeres: el precario equilibrio del trabajo y la conciliación, presentado por la Mesa de Entidades del Tercer Sector Social de Cataluñay elaborado porMª José González, profesora e investigadora del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Pompeu Fabra, quien acerca del informe señala que “existe una relación muy estrecha entre lo que pasa dentro del ámbito familiar y el mercado de trabajo”. “Son como vasos comunicantes”, asegura.

En este sentido, el dossier apunta que en la franja de edad de los 25 a los 45 años, las pautas de trabajo entre hombres y mujeres cuando no tienen hijos son muy similares y actualmente, en este sentido, la tasa de ocupación ronda el 80%, sin embargo, cuando la pareja tiene descendencia, “los hijos representan una penalización para el mercado de trabajo en el caso de las mujeres, mientras que con los hombres sucede lo contrario”, indica Mª José González.

En este sentido, cabe señalar que en el primer trimestre de 1999 la tasa de ocupación de las mujeres con dos o más hijos era del 47%, mientras que en los últimos tres meses de 2021 ese porcentaje se había incrementado casi 25 puntos para alcanzar el 72%, lo cual supone una reducción significativa de la distancia entre madres y no madres, que en 2019 era de 28 puntos y en 2021, de 10 puntos. Pese a estos datos revelan que las mujeres con hijos están cada vez más presentes en el mercado laboral, es importante tener en cuenta que en los padres de dos o más hijos, la tasa de ocupación en el último trimestre del año pasado rondaba el 90%, lo cual pone de manifiesto que la maternidad sigue representando uno de los factores más importantes para explicar la brecha de género en el mundo laboral.

Esta mayor presencia de las mujeres en el mercado de trabajo se traduce en una manera diferente de organizar la vida en pareja en términos económicos. En este sentido, la autora del dossier pone de relieve que “en 1999 un 53% de las parejas contaba con ingresos por parte de hombre y mujer y en la actualidad ese porcentaje de parejas con dos ingresos es del 68%, mientras que en lo que se refiere al modelo tradicional en el que el hombre es el único proveedor económico, éste ha pasado de representar el 40% al 22%”. Este cambio es muy importante ya que el que la mujer también aporte ingresos al hogar le da más poder de decisión en el ámbito familiar, favorece el que las parejas estén más preparadas ante una posible situación de crisis económica y reduce las probabilidades de pobreza infantil”.

Triple carga para ellas

En cualquier caso, pese a que en los últimos años se han producido cambios significativos en lo relativo a la presencia de la mujer en el mercado laboral, los hijos siguen teniendo un impacto negativo en su trayectoria laboral debido, principalmente, a un reparto injusto de las cargas de trabajo doméstico y cuidados en el ámbito de la familia. “Actualmente, estas mujeres que están en el mercado laboral, cuando acaba su jornada, siguen trabajando en el ámbito de la casa, una tarea que no está equitativamente repartida y, cuando ya han acabado esta doble jornada, aún tienen que hacer frente a la carga mental que conlleva el plantificar y gestionar la rutina familiar y este reparto tan injusto que hay dentro de los hogares tiene un impacto en el mercado de trabajo, ya que ello supone que las mujeres tienen menos horas para desarrollar determinados empleos, de manera que acaban trabajando menos horas, acaban haciendo trabajos típicamente femeninos, los cuales tienen salarios más bajos...”, explica MªJosé González.

Sería esa repartición desigual de las responsabilidades en el hogar la que explicaría, por ejemplo, que las mujeres cobren un 13% menos por hora que los hombres ya que tienen una inserción laboral con cargos diferentes, ellas trabajan menos horas que ellos y además suelen tener interrupciones en sus carreras laborales. Ese también sería el motivo de una mayor tasa de ocupación a tiempo parcial de las mujeres o de que las éstas ocupen puestos de menor responsabilidad, pero resulta especialmente significativo el que, si bien el salario bruto anual medio de las mujeres ha ido en aumento, siempre se mantiene la distancia con los hombres. De hecho, en 2019, la diferencia del sueldo bruto de hombres y mujeres era casi de 6 mil euros y está es incluso mayor cuando se analizan puesto de mayor responsabilidad,

Por último, en este ámbito, cabe destacar que en lo relativo a la tasa de riesgo de pobreza, en 2020 ésta era del 23% entre las mujeres y del 19,9% entre los hombres y ésta diferencia de género es especialmente significativa entre la población de 65 años en adelante y eso se debe a las diferentes trayectorias laborales que han tenido hombres y mujeres a lo largo de la vida.

Impacto de la pandemia

Y pese a que a raíz de la pandemia y los sucesivos confinamientos, los hombres se implicaron más en las labores domésticas, ellas también asumieron más carga de trabajo, de manera que las diferencias relativas a la carga de trabajo en el ámbito del hogar entre hombres y mujeres se mantuvieron. “Cuando hay una ideológica de género patriarcal, tradicional, no se rompe de un día para el otro, sino que necesitamos forzar la igualdad de género con políticas”, comenta al respecto la autora del dossier. El contexto de la crisis generada por la pandemia también ha puesto de relieve que hay determinados perfiles más vulnerables ante este tipo de situaciones como son las mujeres extranjeras, las jóvenes con hijos, los hogares monoparentales, las mujeres con bajos niveles educativos.

Así pues, el porcentaje de mujeres en situación de inactividad en pleno pandemia fue del 18%, por el 14% en el mismo periodo del año anterior, mientras que en el segundo trimestre de 2020, en confinamiento, la tasa de ocupación fue del 80%, frente al 57% de las mujeres de Centroamérica, el Caribe y Suramérica, el 47% de las asiáticas o el 22% de las africanas.

En definitiva, este estudio pone de relieve que “cuando hay niños en el seno de la pareja, continúa prevaleciendo una cultura de género muy tradicional y son las mujeres las que en primer lugar hacen las adaptaciones que sean necesarias para poder atender las tareas domésticas y el cuidado de los hijos y, por lo tanto, viven en un constante precario equilibrio para conciliar las responsabilidades familiares y la participación en el mercado de trabajo y éste se ha hecho aún más evidente durante la crisis sanitaria de la Covid-19″, resume Mª José González.