Procés

Junts contradice a Puigdemont y templa la respuesta por el espionaje

Descarta romper con el PSC en la Diputación y los ayuntamientos como reclama el expresident, aunque exige a ERC que la Generalitat “rompa las relaciones políticas con el Gobierno”

Junts se desmarca de Carles Puigdemont y templa la respuesta por el presunto espionaje: la dirección posconvergente llama a “romper relaciones políticas” con el Gobierno -en un inequívoco mensaje de presión a ERC- y exige una comisión de investigación para “depurar responsabilidades”, aunque echa mano de su particular pragmatismo y descarta romper los pactos con el PSC en la Diputación y en los distintos ayuntamientos catalanes en los que gobiernan en coalición. Un botín que Junts no quiere dejar escapar a un año de las elecciones municipales de 2023, donde se juega parte del futuro del partido.

Así de claro lo ha dejado el aún secretario general de la formación, Jordi Sànchez, en una comparecencia tras la reunión interna de la ejecutiva y apenas unas horas después de que el Consell per la República, el órgano parainstitucional que dirige Puigdemont desde Waterloo, pidiera acabar con cualquier pacto con los socialistas a nivel local. “Supone banalizar el escándalo” por el presunto espionaje, ha zanjado el dirigente cerrando la puerta a despojarse del poder en entes tan influyentes como la Diputación de Barcelona.

Para la entidad que preside Puigdemont, las medidas anunciadas no solo no son suficientes sino que demuestran que el Gobierno de Pedro Sánchez es “incapaz de ordenar a sus poderes que investiguen el crimen y la malversación económica para poderlo cometer”, por lo que propone acciones de respuesta desde el independentismo, que condicionarían la estrategia de ERC y JxCat. Y además de “retirar el apoyo al Gobierno español”, el Consell per la República llama a “romper todos los pactos políticos que incluyan a los partidos españoles que no condenen la violencia digital” o que “participen en gobiernos que se nieguen a investigar” el espionaje, en velada alusión a los pactos que tanto Esquerra como JxCat mantienen en diversas instituciones con los socialistas.

Un extremo que este lunes el partido posconvergente ha descartado templando así su respuesta ante el presunto espionaje. “Quien pretenda que se resuelva en un ayuntamiento o diputación, equivoca enormementela dimensión del problema”, ha zanjado Sànchez para limitarse a decir que la continuidad del pacto se abordará en el congreso del partido, en verano.

“Exigimos y practicaremos la suspensión de todas las relaciones políticas con el Gobierno, y pedimos al Govern que lo lleve a cabo en toda su actuación de forma clara e inequívoca”, ha reclamado Jordi Sànchez en la línea oficial de los últimos días.

También ha pedido retirar el apoyo al Ejecutivo central hasta que no se comprometa a crear dicha comisión de investigación, dejando claro que el PSOE y Unidas Podemos tienen “la mayoría suficiente” con los independentistas para tirarla adelante. “O comisión o complicidad”, ha afirmado Sànchez en una rueda de prensa desde la sede del partido, en la que ha dicho que las explicaciones e investigaciones de la Moncloa no pueden quedar circunscritas a la comisión de secretos oficiales ni a una comisión interna.

Un mensaje directo hacia la línea de flotación de ERC, a quien Junts presiona y reclama dejar de prestar su apoyo en el Congreso con la vista puesta en el decreto a de medidas para combatir los efectos económicos de la guerra de Ucrania que se debe votar el jueves.

Según “The New Yorker”, al menos 60 líderes independentistas fueron víctimas del sistema de ciberespionaje Pegasus, que solo se puede vender a gobiernos, entre ellos el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y los expresidentes Artur Mas y Quim Torra y el entorno del expresident Carles Puigdemont, así como la presidenta del Parlament, Laura Borràs.