Opinión
Crónica de una gesta humilde
Fue durante los días más duros de la pandemia cuando Pepe y Tomy, los dos con solo diecisiete años, se llamaron.
-¿Y si fundamos un equipo de fútbol?
Luego nos lo comentaron a los padres, no nos lo creímos mucho, pero era una forma de tenerlos entretenidos. Por teléfono, por redes sociales, contactaron con amigos, amigos de amigos…
-Vamos a montar un equipo de fútbol, envíanos videos. Algunos les creyeron, otros no.
Cuando acabó el encierro fueron a la Federación Catalana de Fútbol:
-Hemos creado un club de fútbol durante la pandemia, ¿qué tenemos que hacer para inscribirnos?
Hubo quien los miro con cara extrañada pero les ayudaron en todos los trámites.
Contactaron con Álex, hoy un ejecutivo de una importante cadena hotelera que regresaba de hacer prácticas en el Manchester City, con Jordi hoy con un cargo importante en un grupo de restauración y alimentación pero que antes había trabajado en el Fútbol Club Barcelona. Creyeron en ellos y en el proyecto, aportaron su extraordinaria experiencia y sus conocimientos.
Treinta y tres jugadores a prueba, un entrenador, un director técnico, pero faltaba el campo. Pepe y Tomy habían enviado emails a todos los campos de Barcelona y alrededores, nadie les había contestado, decidieron cada mañana coger su moto y recorrer uno por uno todos los campos para hablar con quién les quisiera escuchar, pero no había manera, hasta que toparon con una gente increíble Ignacio y Javier Marcet, los responsables de la misma Fundación Marcet que últimamente ha traído a mil quinientos ucranianos, creyeron en ellos y les dejaron un campo. Tocaba competir y se hizo bien, pero esta historia se hizo viral, un equipo profesional la SAD Huesca les abrió las puertas de sus corazones y de sus instalaciones, también creyó en ellos un patrocinador la empresa conservera cántabra Fredo.
Para la nueva temporada había ya tres equipos en competición y en estas llegaron David y Carlos, dos pedazo de entrenadores y ahí estaban Borja, Jan, Pepe, Lluís, Monte, Pablo, Rifá, Yago, Raúl, Noel, Cararach, Nacho, Guille, Joel, Santi, Xucli, Aleix, Danito, Nico, Víctor y Dani...
La Bonanova era un equipo formado por estudiantes, la época de exámenes universitarios sería muy difícil, pero a ilusión y a voluntad de vencer nadie les superaba.
Pepe tiró del carro, Tomy se fue a estudiar a Holanda pero jamás faltó su apoyo, su aliento, su consejo, un Presidente y un Vicepresidente de dieciocho años. Tomy ha vuelto para quedarse, primera gran alegría.
Hoy domingo segunda gran alegría, el Club de Fútbol La Bonanova ha ganado la liga de su categoría y el equipo ha ascendido.
Estos chavales, son los protagonistas de una gesta humilde, son el reflejo de la educación recibida, y representan lo mejor de nuestra juventud. Felicidades.
✕
Accede a tu cuenta para comentar