Procés

El Govern avisa a Pedro Sánchez: «Sin referéndum, el conflicto catalán no terminará»

ERC insiste en una consulta para mantener la estabilidad parlamentaria

El doble discurso de ERC en Cataluña y Madrid queda cada vez más al descubierto. Mientras en la Generalitat está a punto de sacrificar la apertura de nuevas embajadas para salvar los presupuestos (con el PSC), en Madrid no hay día que pase sin invocar otro referéndum. Así, la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, ha advertido este viernes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que sin un referéndum de autodeterminación el conflicto político catalán «no se acabará», por lo que ha sugerido que la Moncloa todavía tiene «muchos deberes» pendientes con el independentismo.

En una entrevista con Efe, la número dos de la Generalitat e interlocutora directa con el Gobierno en el marco del proceso de diálogo abierto entre ambos ejecutivos ha destacado los avances logrados en esa mesa de negociación, pero ha dejado claro que el objetivo de ERC es abordar ahora la carpeta del referéndum. «El proceso independentista no ha muerto», ha afirmado Vilagrà, replicando a las palabras de Sánchez hace unas semanas. «Había dos carpetas: la primera, la de la desjudicialización, que para nosotros aún tiene recorrido. Y después la de la autodeterminación, para que en Cataluña podamos decidir nuestro futuro político». Si bien la consellera exhibió los «resultados» logrados en la desjudicialización –como los indultos, la derogación del delito de sedición o la reforma del de malversación–, consideró que ese camino deberá culminar en una «amnistía» definitiva.

No obstante, el plan de la Generalitat para 2023 pasa sobre todo por explorar la posibilidad de pactar un referéndum: la hoja de ruta del president Pere Aragonès, siguiendo la vía canadiense, apuesta por articular este año un Acuerdo de Claridad, que se produciría tras un debate interno en Cataluña y la suma de alianzas con actores políticos, económicos, sindicales y sociales. Obviando, sin embargo, que en el caso canadiense no existía un artículo en la Constitución que impidiese la celebración del referéndum sin una reforma previa, casi imposible, de la Carta Magna.

La política general, y la catalana en particular, sin embargo, es muy aficionada a los brindis al sol. Así que, una vez articulada esa propuesta catalana –que fijaría las condiciones para ese referéndum–, se trasladaría a la negociación con el Estado, para pactar entonces la hipotética consulta.

La consellera se ha mostrado convencida de que, a pesar de que las posturas están «alejadas», ambos gobiernos podrán «trabajar» esta cuestión y permitir esa consulta. «Sabemos que es complejo y que el camino no será fácil, pero estamos absolutamente convencidos de que es la línea para conseguir que el conflicto político se acabe. Sin la votación de la ciudadanía de Cataluña, el conflicto político no se acabará», ha apuntado.

Vilagrà, una de las principales piezas del engranaje de la mesa de diálogo y con interlocución directa con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha evitado dar detalles sobre los contactos discretos entre ejecutivos, pero ha sugerido que el Gobierno «sabe» que ERC quiere «trabajar esta cuestión» y que «con el independentismo hay muchos deberes aún por hacer», entre ellos el referéndum. Porque, ha avisado al presidente Pedro Sánchez, «se estaría equivocando si pensara que solo por haber abierto la línea de la desjudicialización el conflicto se ha acabado. Al contrario, el conflicto sigue vigente. Simplemente mirando para otro lado no se acabará», ha sentenciado.