Opinión

Brindemos por los que nos dieron la vida

Para los de mi generación, Malmö 040 lleva a un recuerdo de Hombres G

Malmö 040
Malmö 040Archivo

Hace unos meses mi hija estaba escuchando una canción cuyo estribillo decía “Brindemos por los que nos dieron la vida” le pregunté:

-¿Quién canta?

-Papá, son amigos míos. Es un grupo que se llama Malmö 040.

Le dije que me gustaba, que me parecía muy reconfortante que un grupo de chavales jóvenes que además sonaban muy bien, tuvieran ese estribillo para una canción. Le dije también que me dijese de otros temas para escucharlos.

Me gustaron, me gustó el grupo. Para la gente de mi generación lleva a un recuerdo de Hombres G. Sus canciones hablan del amor y del desamor, de los sueños, las inquietudes, las ilusiones, la forma de ver la vida, desde el prisma de grupo de chavales que se han preocupado de sus estudios, que tienen una buena relación con su entorno, que manifiestan sus preocupaciones sin necesidad de abroncar a nadie, que aún reconociendo lo difícil que tienen el futuro dan las gracias a quienes les dieron la vida.

La semana pasada volví a escuchar una nueva canción del grupo titulada “Cuando éramos felices sin saberlo” y me reafirmé en lo que pensaba. Me dijo mi hija que era una colaboración con Pignoise, ni más ni menos que el grupo que hizo la banda sonora de la mítica serie “Los hombres de Paco”. Entonces recordé que una noche cenando con ella pasaron dos chicos de este grupo, dos chavales completamente normales que en persona me causaron la misma magnífica impresión. Les dije que me declaraba fan suyo y les prometí que iría a un concierto.

Se preguntarán ustedes a qué viene este artículo. Pues bien, viene a que entre tanto lio y confusión que se vislumbra en el mundo, es un canto a la esperanza (nunca mejor empleado lo de canto) que haya una parte de la juventud que se forma, que se prepara, que además lucha por hacer realidad sus sueños, en este caso cantar y lo hacen bien, igual que otros juegan al fútbol o a cualquier otro deporte, crean sus propios equipos con sus propios medios, y compiten contra viento y marea.

Ellos son nuestro motivo de esperanza, ellos que viven inmersos en la tecnología pero hacen de la voz o de golpear a un balón una causa por la que esforzarse. Quizás no les dejemos el mejor de los futuros, quizás nos hayamos equivocado en cosas, pero por mi parte, por lo menos escuchando a Malmö 040 (ignoro el por qué del nombre) o viendo los fines de semana a mi hijo Pepe jugar a fútbol con su C.F. La Bonanova, estoy convencido que ellos superaran las dificultades porque creen en algo y son capaces de luchar por ello.

Así que padres, brindemos por aquellos a los que les dimos la vida